Tuesday, September 25, 2007

La crisis según San Lage

Economía
La crisis según San Lage

Diez años después del último congreso comunista, el 'perfeccionamiento
empresarial' es un fracaso y la recentralización el peor camino.

Dimas Castellanos, La Habana

martes 25 de septiembre de 2007 6:00:00


El V Congreso del Partido Comunista de Cuba, efectuado en 1997, acordó
extender la experiencia del perfeccionamiento empresarial desde las
Fuerzas Armadas a la maltrecha economía civil. Partiendo de la
convicción de que el factor clave para salir adelante era "la
resistencia" y el mantenimiento de la "preeminencia de la propiedad
estatal socialista", se inició un proceso que al cabo de diez años se ha
extendido sólo a 797 empresas, de un total de 2.732.

El pasado 30 de agosto, en la clausura del seminario nacional con los
directores de dichas entidades, el secretario ejecutivo del Consejo de
Ministros, Carlos Lage Dávila, planteó que los aspectos negativos del
proceso radicaban en "no haber podido incorporar más empresas al
proceso" y en los "problemas de las empresas que ya están en el proceso".

La pobre incorporación, dijo, se debe a la falta de disciplina e
insuficiente control presentes en el funcionamiento de la economía, las
deficiencias de la contabilidad y la atención superficial y poco
sistemática a las empresas por parte de los organismos de la
Administración Central del Estado y de los Consejos de Administración.

De las 797 empresas en proceso, más del 13% tiene resultados deficientes
en la contabilidad y el control interno, causa por la cual han tenido
que suspender a 38; el 40% no ha logrado certificar o avalar los
sistemas de calidad; de 625 sistemas de pago revisados, 138 presentaron
problemas por estar mal concebidos o mal aplicados.

También reconoció que 389 empresas planificaron en 2007 menos utilidades
que las obtenidas el año anterior, mientras que al cierre del primer
semestre otras 220 (27,6%) ya habían cumplido sus planes de utilidad del
año. Ello significa que planificaron mal 609 empresas, más de las tres
cuartas partes. Teniendo en cuenta las cifras anteriores, la afirmación
de Lage de que "lo que no es eficiente no es socialista", expresa que
prácticamente nada es socialista.

Desde Lenin hasta Deng

La comprensión equivocada de la tesis leninista de que la política es la
expresión concentrada de la economía y no puede menos que tener
supremacía sobre ella, ha llevado a ignorar que el papel activo de la
economía es directamente proporcional al grado de autonomía que esta
goce respecto a los intereses políticos o ideológicos.

En fecha tan temprana como 1921, Lenin, refiriéndose a los fracasos,
reconoció que "no puede caber la menor duda de que hemos sufrido una
derrota muy grave en el frente económico". De ese reconocimiento surgió
en Rusia la "Nueva Política Económica"; fracasos que se repitieron en la
Unión Soviética, en los países socialistas de Europa Oriental, Corea del
Norte, China y Vietnam. Los ejemplos de estos dos últimos son
ilustrativos de la afirmación anterior.

En China, el primer plan de economía centralizada comenzó en 1953 y
terminó en el estancamiento. Ante el fracaso, se aplicaron reformas en
la agricultura que se extendieron a las pequeñas empresas y la
industria. Como resultado, el PNB creció entre 1979 y 1993 al 9% anual.
Hoy, China, con el 7% de la tierra cultivable del mundo, alimenta al 21%
de la población mundial, su industria crece al 12% anual, ocupa el
primer puesto en la producción de televisores a color y equipos de audio
y telefónicos. La electrónica y las comunicaciones constituyen su mayor
industria de exportación.

En Vietnam, después de 1976 se generalizó el sistema de economía
planificada, el cual sumió al país en el hambre. En 1986 emprendieron la
denominada "Renovación Vietnamita": mecanismos de mercado, autonomía de
los productores, derecho de los nacionales a ser empresarios y entrega
de tierra a las familias campesinas.

A pesar de la devastadora guerra con Estados Unidos, en la que se
arrojaron sobre su territorio tres veces más bombas que durante la
Segunda Guerra Mundial, y del bloqueo el económico y los ataques
fronterizos posteriores, los vietnamitas lograron con las reformas
crecer de forma sostenida, producir alimentos para más de 76 millones de
habitantes y ocupar el segundo lugar en la exportación mundial de arroz.

Durante la transición en todos esos países, surgieron desigualdades y
conflictos. En China, por ejemplo, se generó una ola de disturbios y
protestas que culminaron en la conocida matanza de la Plaza de
Tiananmen. A pesar de ello, la voluntad política se impuso y optaron por
profundizar las reformas.

El camino de Cuba

En Cuba, con la desaparición del campo socialista, la crisis de los años
noventa obligó a iniciar transformaciones: despenalización de la
tenencia y uso de divisas, cooperativización de una parte de las granjas
estatales, apertura de mercados agropecuarios, ampliación del ejercicio
del trabajo por cuenta propia, autorización de las remesas de divisas, y
entrega de tierras en condiciones de usufructo familiar a productores de
tabaco, café y cacao, entre otras.

Dichas medidas fracasan si no se aplican en el nivel requerido. Estas
tímidas reformas, como ocurrió en el resto de los países de economía
centralizada, generaron contradicciones, ante las cuales el Estado
cubano optó por dar marcha atrás e impedir la formación de una clase
media. Los resultados de tal política son harto conocidos.

En Cuba, cualquier intento real de perfeccionamiento tiene que partir de
la necesaria descentralización. Sin embargo, según Lage, entre las
medidas adoptadas al inicio de la actual década destacan la creación de
la cuenta única en divisas convertibles para todos los ingresos del
país, la aprobación centralizada de todas las inversiones, la revisión
de las facultades de importación otorgadas, la concentración de las
compras de los productos estratégicos y el mayor control del
presupuesto. Es decir, mayor centralización.

En lugar de tal empeño, el Estado debería concentrarse en una parte de
las empresas que ya están en el proceso de perfeccionamiento y retirarse
de las restantes (casi 2.000), vendiéndolas a los trabajadores o
particulares para su gestión. En definitiva, ¿no son los trabajadores
los verdaderos dueños?

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/la-crisis-segun-san-lage/(gnews)/1190692800

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