Wednesday, December 05, 2012

El criminal bloqueo contra Cuba

El criminal bloqueo contra Cuba
Miércoles, Diciembre 5, 2012 | Por René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Desde hace más de medio
siglo, el pueblo cubano está sometido a un bloqueo francamente criminal,
que lo ha asfixiado a lo largo de todo ese tiempo, y que a la misma vez
lo priva de un futuro. Esa situación se refleja en todos los aspectos de
la vida nacional.

Los efectos más obvios de ese cerco se observan sobre todo en el campo
de la alimentación. Si bien las limitaciones de este tipo se vieron algo
paliadas en la década de los ochenta —cuando estaba en su apogeo la
"ayuda fraternal y desinteresada" de la extinta Unión Soviética y de
todo el "campo socialista"—, incluso en esos tiempos de relativa bonanza
eran perceptibles las restricciones que sufrían los ciudadanos de a pie.

Lo mismo es válido para otros artículos de primera necesidad, tales como
ropa, calzado o efectos electrodomésticos. Las escaseces que sufren de
manera sistemática los cubanos resultan particularmente perceptibles en
las tiendas que comercializan esos productos.

Las consecuencias de ese bloqueo saltan a la vista en el campo de la
educación, e incluso en el de la salud pública, niña de los ojos del
gobierno castrista. Esto se pone de manifiesto en la pobre calidad de la
atención asistencial y las dificultades en el acceso a medicinas.

Para resumir en unas pocas palabras los efectos de esa situación que se
ha extendido a lo largo de decenios, habría que decir que esas carencias
y limitaciones constituyen las estaciones del difícil vía crucis que le
ha tocado en suerte padecer al pueblo del archipiélago caribeño desde
comienzos de la década de los sesenta y hasta hoy.

Estas amargas consideraciones me fueron sugeridas hace días por la
noticia de una nueva votación —la vigésimo primera— realizada en la
Asamblea General de la ONU para aprobar por amplia mayoría una
resolución de muy largo nombre: "Necesidad de poner fin al bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de
América contra Cuba".

No obstante, debo aclarar que, pese al modo en que votó la generalidad
de esos países, no son las medidas discriminatorias mantenidas durante
decenios por el gobierno de nuestro vecino norteño las que motivan mi
preocupación, debida a las calamidades que sufre el pueblo cubano.

Para empezar —y con perdón de los ilustres embajadores de los estados
miembros de la ONU— esa política no merece el nombre que le dio el
gobierno castrista y que muchos aceptan. El verdadero bloqueo es una
medida de fuerza en la que un país impide la entrada o salida de barcos
en los puertos de otro. Nada más lejos de lo que sucede en el diferendo
cubano-norteamericano, donde el país anglosajón ha llegado a ser incluso
nuestro mayor suministrador de alimentos.

Entonces, ¿a qué estoy refiriéndome? Al cerco establecido contra su
propio pueblo por el régimen castrista, que desde hace más de medio
siglo le asignó a sus súbditos el papel de meros peones destinados a
trabajar por un salario miserable, y les prohibió crear riquezas o
alcanzar la prosperidad económica.

Se trata de un verdadero bloqueo que asfixia a los simples ciudadanos y
les impide vislumbrar posibilidades futuras de mejorar de modo
sustancial su destino. Si en los años más recientes se ha levantado en
una pequeñísima parte, ha sido sólo porque el inoperante sistema ha
necesitado un poco de iniciativa privada que oxigene la depauperada
economía. Pero esto se hace en la escala mínima, al tiempo que se
persigue el "excesivo enriquecimiento" de los trabajadores por cuenta
propia.

Mientras tanto, el sufrido pueblo cubano padece todo género de
escaseces: alimentos, productos de la industria ligera, medicamentos; y
mejor no hablar de la ínfima calidad de los servicios que recibe. ¿Qué,
si no el carácter probadamente ineficaz del modo de producción impuesto
por el régimen, ha hecho que el nivel de vida del cubano se haya
deteriorado de manera tan alarmante!

El país no produce, de modo que es natural que la falta de suministros
se haya hecho endémica. Podemos comprar en todos los restantes países
del mundo (incluso en los Estados Unidos tenemos la posibilidad de
adquirir con libertad alimentos y medicinas), pero la ausencia de fondos
exportables determina que no tengamos con qué hacerlo.

La catástrofe ha alcanzado proporciones tales que la otrora "azucarera
del mundo" ya no puede producir montos apreciables del dulce producto
para la exportación. Y lo peor es que, pese a que la monumental
catástrofe salta a la vista, el régimen de los Castro se niega a hacer
los cambios profundos que la realidad pide ya a gritos.

http://www.cubanet.org/articulos/el-criminal-bloqueo-contra-cuba/

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