Wednesday, June 25, 2014

El debate socioeconómico continúa

Economía, Cambios, Reformas

Cuba: El debate socioeconómico continúa
Mientras se mantenga la estricta intransigencia dogmática sobre la
propiedad y contratación privada, la expansión económica será limitada
Rolando H. Castañeda, Washington DC | 24/06/2014 6:37 pm

El año pasado Carmelo Mesa Lago (ML) y yo sostuvimos un debate sobre las
reformas socioeconómicas raulistas en varios artículos de CubaEncuentro
y durante la XXIII reunión anual de la Asociación para el Estudio de la
Economía Cubana (ASCE) en agosto. Tres de los temas debatidos que
todavía tienen plena vigencia y están estrechamente interrelacionados
son las afirmaciones de ML que las reformas raulistas son las más
importantes de la era revolucionaria, están bien orientadas y son
insuficientes.
Reanudo el debate porque considero que se requiere un amplio examen
sobre estos temas fundamentales para superar la precaria situación
socioeconómica de Cuba. Los mismos no son exclusivos de los analistas
sociales y deberían interesar a la ciudadanía en general, la prensa
nacional y el parlamento en su función de supervisar y asesorar al poder
ejecutivo. Este año la XXIV reunión de ASCE se centrará sobre las
desconcertantesreformas raulistas y contará con la activa participación
de varios compatriotas de la isla, gracias a la infatigable labor de su
presidente Ted Henken.
De acuerdo a las estadísticas oficiales la situación socioeconómica de
Cuba se ha continuado deteriorando en el último año a pesar de la ayuda
venezolana. La tasa de crecimiento del PIB es baja y decreciente, el
nivel de inversión es de solo un dígito y los salarios reales son
menores al 28 % del nivel de 1989, de facto, lo que podríamos llamar una
dilatada "terapia de choque". La deuda habitacional es elevada y
creciente, el acceso al agua potable insuficiente y la sanidad pública
precaria y posibilita brotes periódicos de dengue y cólera. El
envejecimiento poblacional y la contracción demográfica continúan.
Por su parte, el Gobierno ha adoptado nuevas actualizaciones,
particularmente la conversión de varias pequeñas y medianas empresas
estatales de producción y servicios en cooperativas, una nueva ley de
inversión extranjera y la unificación gradual de la tasa de cambio. Esta
última medida es positiva e involucra un significativo cambio en la
posición de las autoridades que por años sostuvieron, incorrectamente en
mi opinión, al igual que ML, que era necesario aumentar la productividad
antes de unificar y ajustar la tasa de cambio.
Aún considero que las reformas adoptadas en la década de 1990 para
movilizar recursos externos han sido las más importantes del periodo
revolucionario, porque fueron esenciales para frenar la caída del 35 %
del PIB real en 1990-1993 y comenzar la recuperación. Las acciones como
el aliento de las remesas, el turismo y la inversión extranjera todavía
mantienen su determinante importancia. Raúl aún no ha adoptado medidas
similares que permitan una mayor movilización de recursos externos para
aumentar la tasa de crecimiento, mantener el nivel de los servicios
sociales y reducir la vulnerabilidad a la ayuda venezolana. La
infraestructura del puerto del Mariel es positiva, pero hay que crear
las condiciones para que sea aprovechada.
Pavel Vidal señaló recientemente que las reformas todavía no dan frutos;
o sea, que las actualizaciones están lejos de brindar prosperidad y
sostenibilidad económica. Su calificada opinión implica que las reformas
raulistas son insuficientes. Mi diferencia con ML sobre la insuficiencia
de las reformas se centra en nuestra contrapuesta apreciación sobre que
están bien orientadas.
Considero que no solo se necesita ampliar y profundizar algunas de las
reformas realizadas, como las actividades autorizadas a los
cuentapropistas, y mejorar las condiciones en que las tierras en
usufructo son otorgadas a los pequeños agricultores, sino también
emprender otras reformas sistémicas.
Entre ellas, modificar sustancialmente los derechos y la participación
ciudadana que motiven, brinden incentivos y eliminen riesgos e
incertidumbres innecesarios; autorizar la iniciativa, propiedad y
contratación privada; y brindar un mayor rol al mercado en la asignación
y utilización de los recursos a fin de asegurar mayor flexibilidad y
dinamismo de la economía.
Todavía las reformas raulistas continúan ceñidas a lo establecido en el
artículo 15 de la constitución política que impiden la iniciativa
privada, la propiedad privada de los medios de producción y la
contratación privada de trabajadores, lo que inhibe la pequeña y mediana
empresa privada, la inversión de la diáspora y sobrecarga al Gobierno
con la administración de los activos sociales alquilados a las
cooperativas. En su discurso del 7/7/2013 ante la Asamblea Raúl atribuyó
parte de los problemas de las actualizaciones a que la ciudadanía no
cumple con sus deberes; decidió ignorar los derechos económicos básicos.
Mientras se mantenga la estricta intransigencia dogmática sobre la
propiedad y contratación privada, la expansión económica será limitada
y, por consiguiente, es erróneo considerar que las reformas están bien
orientadas. Cuba aún arrastra las nocivas secuelas (o histéresis) de los
años de las campañas guevarista-castrista de irracionalidad económica.
Además, y de crucial importancia, se imposibilita la absorción del
abultado desempleo disfrazado (o nóminas infladas) de las empresas
estatales y la burocracia pública sin lo cual es imposible
racionalizarlas y aumentar la productividad. El gobierno ha recurrido a
considerar barrocas e innecesarias exoneraciones tributarias hasta por
ocho años a los inversionistas extranjeros mientras asfixia con elevados
impuestos a los cuentapropistas, creando frecuentes tensiones sociales,
entre ellas las de los cocheros.
Como han señalado varios analistas en CUBAENCUENTRO, la restauración
capitalista está en marcha en Cuba. El asunto fundamental es cómo
hacerla inclusiva, dándole igualdad de oportunidades a todos los
ciudadanos para beneficiarse de ella y que no degenere en un capitalismo
salvaje que promueva la explotación de los trabajadores mientras otorga
concesiones excesivas e innecesarias a los inversores extranjeros.
Otro tema que amerita especial reflexión es el levantamiento del embargo
de EEUU para ayudar al incipiente sector privado de la Isla. El gobierno
cubano continúa limitando el sector privado a los cuentapropistas, los
pequeños agricultores, los inversionistas extranjeros y las supuestas
cooperativas (en realidad empresas estatales disfrazadas). Aún permanece
vigente la prohibición de la pequeña y mediana empresa privada,
confiscada y vedada por la ofensiva revolucionaria de 1968, o sea 46
años atrás, y que después fue formalizada por el artículo 15 de la
constitución política.
Por lo tanto, solicitar el levantamiento del embargo para ayudar al
incipiente sector privado, como lo hacen, entre otros, Richard Feinberg
de Brookings Institution, carece de sólida fundamentación legal y
práctica. La gestión de los que reclaman el levantamiento del embargo al
gobierno estadounidense para ayudar al sector privado en la Isla debería
ser precedida o al menos acompañada por la eliminación por el gobierno
cubano de la prohibición de la pequeña y mediana empresa privada
En 2013-2014, el gobierno cubano desperdició una excelente oportunidad
cuando decidió cooperativizar (o convertir en empresas estatales
disfrazadas o cuasi cooperativas) las pequeñas y medianas empresas
estatales de producción y servicios. Sin embargo, aún está a tiempo de
rectificar esta política errónea, tal como lo hizo con el postergado
comienzo de la unificación cambiaria y como China lo ha hecho
exitosamente cuando desde la década de 1990 privatizó las pequeñas y
medianas empresas estatales.
La situación socioeconómica de Cuba tiene solución, pero requiere
acciones pragmáticas y realistas del Gobierno. Hay que motivar a la
juventud cubana a participar activamente en el destino nacional y a no
perderse en las enajenaciones de las tribus descrita en la tercera parte
(el libro de Judith) de la novela Herejes de Leonardo Padura. O para que
Silvio Rodríguez no tenga que referirse a lo muy jodida que está la
gente en algunos barrios.

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http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/cuba-el-debate-socioeconomico-continua-318718

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