Friday, December 25, 2015

Navidades en Cuba, ¿pavo o 'hot dog'?

Navidades en Cuba, ¿pavo o 'hot dog'?
LUZ ESCOBAR, La Habana | Diciembre 24, 2015

Las cocinas y los restaurantes cubanos se preparan para la Nochebuena.
El menú que se coloque sobre las mesas evidenciará el poder adquisitivo
de cada familia y ahondará las diferencias sociales. Mientras algunos
reservan en exclusivos sitios con comida gourmet, otros se conforman con
productos del mercado racionado o con un hot dog: la "proteína" más
barata del mercado en pesos convertibles.

La tradición navideña se abre paso en la Isla poco a poco. Los primeros
árboles con guirnaldas que se colocaron en público, después de décadas
de censura, se remontan a los años noventa del siglo pasado, con la
dolarización de la economía y la irrupción de los negocios privados.
Pero sólo a finales de 1997 la festividad volvió a ser "santificada" por
el oficialismo, al decretarse el 25 de diciembre como feriado.

Desde ese entonces, la Nochebuena se ha hecho más sofisticada para
quienes tienen acceso a la moneda fuerte. Doce uvas a las doce de la
noche y sangría para brindar", ofrece para este 24 de diciembre y para
el 31 de diciembre. Una mezcla de tradiciones típicas del ajiaco cubano.
El gobierno intenta hacer prevalecer la importancia de la festividad del
31 de diciembre, vísperas del triunfo de la Revolución, pero cada vez se
hace más evidente que en el último mes del año a esa fecha le ha salido
competencia.

Turrones, pavo en oferta por el equivalente a tres meses de salario y
ron, mucho ron, se combinan en el menú que compartirán las familias de
la clase media emergente. Casi ocho años después de permitirse que los
cubanos se hospeden en los hoteles nacionales, estos locales se han
lanzado a la carrera por cautivar a un amplio espectro de clientes para
la Navidad.

El Hotel Copacabana, en el municipio habanero de Playa, intenta competir
en oferta con los glamorosos restaurantes privados de la zona. Por 30
pesos convertibles, el salario de un mes de un cirujano, cada persona
accede en ese alojamiento a una mesa bufé en la que se brinda desde el
tradicional pavo hasta lo más local, ropa vieja, pasando por mariscada,
salmón, chuletas, lomo ahumado, o embutidos y quesos internacionales.
Todo eso, con un coctel de bienvenida, música en vivo y un cake navideño.

Cerca de ahí, en la Tercera Avenida, la familia de Gladys prepara una
cena muy diferente. "Sólo pude comprar tres libras de carne de cerdo
porque está muy cara", comenta esta jubilada, a quien una hija emigrada
le trajo los turrones desde Madrid. "El problema es que ahora diciembre
lleva muchos gastos, tiene la cena del 31 y la del 24", se queja la
mujer que asegurar preferir "como era hasta hace algunos años, en que
este era un día como otro cualquiera".

Para la familia de Gladys los gastos no se han convertido solo en
comida. "El nieto más chiquito quería su arbolito, con nacimiento y
todo", cuenta la pensionada. No obstante, reconoce: "Son unos días muy
lindos que uno pasa con la familia y me hace recordar cuando era niña y
mi abuela me cantaba villancicos y mis padres me ponían los regalos al
pie del árbol de Navidad".

En Santiago de Cuba, el hotel que lleva el nombre de la ciudad cabecera
también se ha preparado para la ocasión. Un bufé gourmet con precios que
van desde 45 hasta 50 pesos convertibles por persona tiene opciones de
comida italiana o criolla junto a una copa de vino. Algo que parece un
sueño para una provincia donde la pobreza se ha extendido en los últimos
años.

La clase emergente con menos recursos recurre a ofertas que no superen
los 20 pesos convertibles con bebida incluida. Es el caso del Jazz Café
de La Habana, donde por ese precio una persona obtiene tres copas de
vino, variada comida internacional y un postre cubano. El jazz sonará en
el escenario hasta pasada la medianoche.

Restaurantes estatales como El Conejito aseguran servir "abundante
comida criolla con cerdo asado y una guarnición típica" en moneda
nacional. Llevar a casa un conejo relleno se eleva a 180 pesos cubanos,
lo que recibe de pensión mensual un maestro retirado. "Ayudamos a que no
tenga que cocinar en una celebración así", publicita a la puerta del
lugar un empleado con carta en la mano y pajarita en el cuello.

A los mercados del sistema racionado en La Habana y otras provincias ha
llegado una cuota no esperada de pollo congelado. "Es por el aniversario
de la Revolución" repiten los carniceros sin mucha convicción. Para
muchos no ha pasado desapercibido que el suministro aterrizó en los
mostradores antes de la cena de Nochebuena. "Esto será lo que comeré
esta noche", advierte Yaquelín, vecina del paupérrimo barrio de La
Timba, cercano a la Plaza de la Revolución.

El cardenal Jaime Ortega y Alamino refirió en un mensaje navideño
transmitido en la televisión oficial que la Navidad "no es una fiesta de
fin de año, es en sí misma una celebración de un peso grande, histórico,
espiritual, cultural". Aunque el prelado reconoció que a pesar de que
las tiendas están llenas de adornos navideños en Cuba, "seguimos sin
saber lo que es" esta fiesta.

Otros, han reservado su propio manjar para la noche, dejando a un lado
tradiciones y gastos excesivos. "Compré un paquete de perritos [ hot
dogs] para hoy y los voy a hacer con salsa, que a mis hijos les
encantan", comenta una empleada de limpieza de un policlínico en el
municipio San Miguel del Padrón. "A fin de cuentas Jesús nació en un
establo, rodeado de puercos y vacas, así que no se puede pedir más".

Source: Navidades en Cuba, ¿pavo o 'hot dog'? -
http://www.14ymedio.com/reportajes/Navidades-Cuba-pavo-hot-dog_0_1913208667.html

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