Miércoles 19 de Marzo, 2008 5:14 GMT
LA HABANA (Reuters) - Semanas después de asumir el poder, el nuevo
presidente de Cuba, Raúl Castro, ha comenzado a tomar pequeñas medidas,
que aunque tienen un alto impacto psicológico son todavía insuficientes
para reanimar la economía, dijeron analistas.
La liberación de la venta minorista de ordenadores e insumos agrícolas
acarrea, por ejemplo, el riesgo de acentuar diferencias de clase en la
igualitaria sociedad de la isla, advirtieron los expertos.
"Todas estas medidas están encaminadas de manera positiva", dijo Carmelo
Mesa-Lago, un profesor emérito de economía de la University of
Pittsburgh, en Estados Unidos.
"Pero son medidas aún tibias y no van a aliviar de manera significativa
la insuficiencia salarial o de consumo", agregó el cubano especialista
en la economía de su país natal.
La semana pasada trascendió un memorando oficial anunciando la
liberación de la venta de ordenadores, reproductores de DVD y otros
electrodomésticos hasta ahora prohibidos.
Granma, el periódico del gobernante Partido Comunista, añadió que podría
levantarse la prohibición de que los cubanos se alojen en hoteles
reservados hasta ahora para los extranjeros.
Esta semana, Reuters reportó que el Gobierno liberará también el acceso
de los agricultores a insumos necesarios para elevar la producción de
alimentos.
Cualquiera de esas medidas, dijo Mesa-Lago, beneficiará a los sectores
con mayor poder adquisitivo, sin solucionar la situación del 38 por
ciento de la población sin acceso a moneda dura.
"Son pequeños pasos que tienen atractivo para el grupo de ingresos medio
y alto, pero que, al mismo tiempo, alientan un efecto negativo en las
personas de ingreso medio bajo y bajo. Para esa gente tienen que hacer
algo", comentó.
¿REeVALUACION?
Y ahí entran los rumores sobre una futura reevaluación del peso cubano,
con el cual el Estado paga los salarios, frente al peso convertible que
es 24 veces más fuerte y es con el cual son vendidos los productos
importados.
La economía cubana, muy dependiente de las importaciones, creció un 7,5
por ciento en 2007 de acuerdo con una fórmula oficial no revelada que
incluye el costo de la educación y la salud gratuitas, además de
servicios subsidiados.
Pero muchos cubanos se quejan de que ese crecimiento no se refleja en
sus bolsillos y la brecha entre las dos monedas que circulan en la isla
fue una de las quejas que emergió con más fuerza durante un debate sobre
los problemas del país promovido por Raúl Castro a fines de 2007.
Al suceder el 24 de febrero a su convaleciente hermano Fidel en la
presidencia, Raúl dijo que estudia una apreciación gradual y prudente
del peso cubano.
"La sed en el desierto genera espejismos y hacen falta más que oasis
para calmarla", alertó el periódico Granma la semana pasada, moderando
las expectativas después de que los cubanos corrieran a las casas de
cambio a posicionarse en pesos.
Empresarios extranjeros en Cuba creen que una reevaluación de, por
ejemplo, un 8 por ciento, sería soportable para la economía cubana y
tendría un impacto más psicológico que real.
En la práctica, aumentaría ligeramente el poder de compra en pesos
cubanos utilizados casi exclusivamente para adquirir frutas, verduras y
carne de cerdo, penalizando a quienes obtienen moneda dura mediante
remesas, estímulos salariales o negocios ilícitos.
Ninguna de las medidas ha sido anunciada oficialmente hasta ahora,
atizando "bolas" o rumores en las calles de la isla. Hay quienes hablan,
por ejemplo, de una pronta liberación del acceso a teléfonos celulares
y, en el mediano plazo, quizás de la compra y venta de casas y automóviles.
/Por Esteban Israel/.*.
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