ECONOMÍA
Una idea Purita
REGINA COYULA | La Habana | 12 Jul 2013 - 5:17 pm.
Una pequeña empresa cuentapropista produce especias deshidratadas y
firma contratos con hoteles: un negocio con éxito en La Habana.
Cuando me parece que la mediocridad ganará la batalla en este paisito
nuestro, hay cosas que me alegran el día. Pasé la semana pasada por una
cafetería particular frente al hospital Clínico Quirúrgico de Avenida 26
y vi que vendían romero, orégano, albahaca y apio deshidratados de la
marca Purita. Pregunté por el ajo, que era lo que conocía, la empleada
me dijo que siempre se acababa temprano. Compré un paquete de apio y
con ese olor remanente que me encanta, el sábado me fui a donde procesan
las especias.
En San Mariano entre Párraga y Poey, en La Víbora, la inusual chimenea
y los colores chillones de la casa sirven como referente inequívoco. Ya
había estado otra vez, pero no pude ver a los jóvenes cuentapropistas.
Esta vez tuve suerte. Boris Albrecht Zaldívar, ingeniero mecánico de 26
años es uno de los papás de esta criatura y el titular de la licencia de
elaborador-vendedor de alimentos ligeros.
Boris me cuenta de la conversación con Carlitos (MCs. Carlos Fdez-Aballí
Altamirano), de la que salió la idea de lo que hoy puede considerarse un
negocio de éxito, a pesar de estar todavía con los números en rojo. Sin
saber de ajo ni deshidratación, sin existir estudio de factibilidad o de
mercado, decidieron, y después experimentaron. Una conjunción de
necesidad económica y talento los llevó a febriles experimentos de los
cuales salió el diseño de las máquinas que llevaron a un amigo con un
taller.
Quedaron feas, pero funcionales. Estos ingenieros además tuvieron en
cuenta el gasto energético y la contaminación. Por el camino se
enteraron de que el negocio que pretendían impulsar se consideraba
"científicamente" no rentable por bajo rendimiento, dificultad que en
la práctica ellos han superado. Hicieron sus estudios de factibilidad y
mercado, y claro, no había nada en ese nicho. Las especias en Cuba en
su enorme mayoría son importadas.
Producir es una cosa, vender es otra. Como sus productos son de calidad,
pudieron firmar contrato con hoteles, la venta minorista es en lugares
como esta cafetería que mencionaba al principio, aunque el lugar
indicado sea el agromercado y, ¿por qué no?, las tiendas en divisas.
Con la experiencia de Carlos y Boris por haber tenido una cooperativa en
España para la construcción de módulos de vivienda a partir de un
núcleo-semilla (naufragada por lejanía de los gestores), Purita, con
Alexander y Fidel como vendedores mayorista y minorista respectivamente,
Erlin de operario, además de Boris y Carlos, ahora se apunta a las
cooperativas nacionales con el Ministerio de la Industria Alimenticia.
Esperan con ello recibir créditos del banco, rentar un local industrial
y ampliar la producción. Boris piensa en grande, no en término de
cifras, sino con el pragmatismo de su inteligencia científico-técnica.
En la despedida me sorprende: conoce mi apellido (que no mencioné),
conoce mi blog, y me dice un poco socarronamente: "eres periodista
independiente". Le aclaro que escribir un blog no lo paga nadie, y
hubiéramos iniciado otra larga y jugosa conversación de no amenazar un
aguacero inmenso. Llevarle este posteo es una buena excusa para retomar
donde nos quedamos.
Este artículo apareció en el blog Mala Letra. Se reproduce con
autorización de la autora.
Source: "Una idea Purita | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1373642240_4191.html
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