La Cuba poscastrista
Por Freddy Zárate - 22/10/2013
Hoy en día aún numerosos melancólicos izquierdistas ven a la Cuba
revolucionaria de la década de los 50 como la expresión consolidada del
modelo socialista. Estos procubanos (que los hay en todo el mundo)
ensalzan a este régimen desde la cómoda y sobre todo lejana distancia.
Con preferencia estos aduladores se encuentran en los odiados sistemas
capitalistas. La vida cotidiana en Cuba es mucho más compleja y aburrida
de lo que uno se imagina. El caudillo Fidel Castro una vez que tomó por
asalto el poder instauró los llamados "controles políticos", que en el
fondo era una cacería de brujas a todo aquel que pensaba diferente al
nuevo Gobierno. Otra medida que se impuso fue la expropiación de todo lo
que pudo el Estado revolucionario. Esta medida fue vista como un paso
ficticio de igualdad económica a favor de todos los ciudadanos cubanos.
Se estandarizó al pueblo a una vida monótona y controlada. En palabras
simples se puede decir que se forjó un disciplinamiento autoritario al
gusto y medida del "papá" Fidel.
Ha pasado más de medio siglo de este experimento socialista. A
principios del siglo XXI, se puede vaticinar hipotéticamente el
desenlace de la Cuba poscastrista. El espíritu revolucionario de la isla
parece poco a poco desvanecerse en sus partidarios.
Tras la asunción al poder por vía monárquica de Raúl Castro, muchos
cubanos de manera discreta señalan: "mi apoyo es a Fidel", "el papá es
la revolución". Esto quiere decir que hay un descontento frente al
régimen (que tal vez siempre lo hubo) castrista que posiblemente ahora
es un poco más abierta. La generación joven cubana no se siente
identificada con su propio modelo revolucionario, sino ellos prefieren
lo otro, lo prohibido por el mismo régimen, con preferencia el
imperialismo yanqui.
Ellos sueñan tener el estilo de vida de los EEUU y para ellos les es
indiferente, por ejemplo, el paradigma de vida de países africanos.
La Cuba actual está moderadamente dando concesiones a una apertura
económica. En la isla hoy en día se puede adquirir discretamente bienes
raíces (propio de países capitalistas, precios asequibles por el
momento). Hay un servicio privado de transporte al público. El comercio,
la telefonía celular, el Internet (aunque parcialmente restringido) ya
son accesibles al ciudadano común que tiene dinero. En la Cuba antes de
Fidel y ahora con Raúl, los turistas extranjeros son los más
apetecibles. A ellos le son proporcionados discretamente los mejores
hoteles y gozan de un espectáculo de lujo donde resplandecen sobre todo
sus bellas mujeres. En la actualidad lo que está atravesando Cuba no es
algo nuevo en la historia política de los países socialistas
contemporáneos, es simplemente la mutación exitosa que supieron llevar a
cabo, por ejemplo, la China de Mao, que en lo político es socialista y
en lo económico es capitalista furiosa. Esta combinación exitosa será
posiblemente el camino que seguirá la élite revolucionaria de Cuba.
El propio Fidel Castro en 1961 afirmó: "Soy marxista-leninista y lo seré
hasta el último día de mi vida", eso nadie lo pone en duda, una cosa es
el discurso y la ideología dogmática que profesan abiertamente, pero
otra cosa es el accionar. La vida cotidiana del "papá" estuvo entre la
plácida comodidad y la libertad abierta que disfrutó él y su entorno
político. La élite (como cualquier otro sector privilegiado del mundo)
tiene prerrogativas que están vedadas a los ciudadanos comunes. Esto nos
muestra la versatilidad aun en los más fanáticos revolucionarios que
tiende a mutar a lo inicialmente criticado.
El autor es abogado
Source: "La Cuba poscastrista" -
http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20131022/la-cuba-poscastrista_232552_503619.html
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