La lucha diaria por el agua en Cuba
El suministro no llega de forma regular a muchos hogares y se
desperdicia por un sistema anticuado
La Habana 18 MAY 2017 - 08:27 CEST
En Cuba es muy común ver las calles mojadas, aunque no haya llovido
durante días. Las tuberías, casi siempre anticuadas y porosas, permiten
que se pierda el agua. Más del 50% de la potable se desperdicia por este
motivo. El mantenimiento está a cargo de empleados del Estado, quienes
dependen de materiales importados, que no llegan. Las soluciones son
temporales y las fugas se suelen cerrar de forma provisional.
Cuando descubren un problema en la tubería, muchos cubanos no confían en
que el Estado lo vaya a arreglar pronto. El dueño de un restaurante de
La Habana cuenta que pasarán días, "tal vez semanas", antes de que
alguien lo solucione: "La semana pasada, un hombre que estaba trabajando
aquí con cables de electricidad accidentalmente perforó un agujero en el
agua. ¡Nos roció a todos! Pero porque tarda demasiado antes de que
alguien lo revise. Hemos tenido que rellenar el hueco con los vecinos
para evitar que el líquido salga".
Para el abastecimiento de agua potable, Cuba depende en gran medida de
la lluvia, que se absorbe y llega a los ríos a través de fuentes
subterráneas, desde donde se bombea y se filtra para distribuirla
posteriormente a las casas. También hay presas, pero con la sequía
escasea la potable.
Gonzalo Pérez lava en Cienfuegos la acera frente a su casa colonial.
"Hoy tengo agua, por lo que aprovecho la oportunidad para limpiar".
"Está regulada por el Estado. Esto se debe a los principios del
socialismo: es para todo el mundo. Pero la ciudad ha crecido y no hay
suficiente. Por eso llega a un distrito un día, y al siguiente se envía
a otro", explica.
Gonzalo la recibe cada dos días. Pero eso varía por barrios, y también
es diferente por regiones en Cuba. Algunos en La Habana tienen acceso
cada día, otros, en el sur de la Isla, solo una vez cada cuatro o cinco.
Los días en los que hay suministro, éste no llega con una corriente
constante. Debido a los problemas con las tuberías y a la escasez, solo
hay durante unas horas. Y las tuberías no siempre llegan dentro de los
hogares, que la reciben mediante mangueras o tubos caseros
confeccionados por los propios habitantes. Muchos cubanos usan motores
para bombear el agua hasta la parte superior de la vivienda; de ahí se
distribuye a toda la casa.
En La Habana Vieja las bombas eléctricas están conectadas a las casas,
cuyos depósitos se llenan cuando hay suministro. El residente de la
planta baja enciende manualmente el motor para que llegue a las
viviendas de arriba, así que es recomendable tener una buena relación
con el vecino de la primera planta para asegurarse de que tienes agua
cada día.
Omar, que vive en La Habana Vieja, dice que hace dos años no le llega ni
una gota del grifo. Cada día va a la calle con baldes, para recogerla de
alguna fuente pública. "Nos robaron la bomba que compartimos seis
familias. Y como un motor nuevo costará por lo menos 130 dólares, no lo
podemos comprar. No tenemos tanto dinero", explica. Omar vende
periódicos en la calle y no tiene suficientes ingresos. Las demás
familias en el edificio también viven con un salario del Estado, que
equivale a unos 25 dólares al mes. Para ellos cada peso es necesario
para la subsistencia diaria. Ni siquiera después de dos años serían
capaces de ahorrar unos 30 dólares por familia para comprarse un nuevo
motor.
El agua cuesta 1,1 pesos, unos cinco centavos de dólar, por persona y
mes, independientemente de la cantidad del uso. Los hoteles pueden
encargar camiones del agua, llamados pipas, por alto precio. También se
pueden pedir pipas gratuitas en los barrios, cuando llevan varios días
sin ella. Todo el barrio acude con cubos para transportarla a sus
tanques. Se necesita paciencia porque el suministro tarda en llegar una
vez se pide. Por eso muchas personas prefieren buscar un distribuidor
ilegal. Por ejemplo, en Trinidad, donde hay mucha escasez, los tanques
llegan cargados en coches de caballos. Aunque está oficialmente
prohibido, es tolerado por la policía. Cuando les paran en los
controles, siempre pueden decir que están en camino de casa de un amigo
o familiar para regalarles agua, algo que no es ilegal.
Aunque el agua es un derecho humano básico, el suministro en Cuba no es
una realidad diaria.
Source: La lucha diaria por el agua en Cuba | Planeta Futuro | EL PAÍS -
http://elpais.com/elpais/2017/05/12/planeta_futuro/1494596416_316299.html
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