Corrupción
Fidel Castro en bancos suizos
Manuel Zayas
Barcelona 27-02-2011 - 10:29 pm.
Un ex agente secreto filtra el nombre del supuesto testaferro del
dictador ante la banca suiza. Este reportaje de investigación intenta
desentrañar el misterio.
De izquierda a derecha: Carlos Lage, Fernando Flores Ibarra y el rey del
pollo, Gérard Bourgoin. En el puerto de Ajaccio, en una de sus escalas
de vuelo en jet privado. Años 90.
Constantino Páez Roselló. Según declaraciones de un ex agente de la
inteligencia cubana, ese es el nombre del ciudadano "cubano
nacionalizado suizo" que sirve (o sirvió) de testaferro financiero de
Fidel Castro ante la poderosa banca helvética.
El ex mayor Roberto Hernández del Llano, que en octubre de 2007 solicitó
asilo político a las autoridades estadounidenses, mencionó junto a Páez
Roselló, a Max Marambio y Abraham Maciques, como el trío que protegía
con celo extremo la "multimillonaria fortuna" de Castro.
En 2007, Del Llano hizo esas declaraciones en el programa María Elvira
Live de la cadena MegaTV, de Miami. El ex mayor apareció en tres de esos
programas. Dijo que Constantino Páez Roselló era el hombre encargado de
operar las transacciones con los bancos Credit Suisse y la Unión de
Bancos Suizos (UBS) en Cuba.
El ex agente castrista había sacado de Cuba unas seis horas de vídeo
donde aparecían algunas propiedades de Fidel Castro, entre las que
enumeró unas 45 residencias de uso exclusivo o a entera disposición del
Comandante en Jefe, fincas, hospitales privados, y hasta un museo
fílmico y otro con los regalos recibidos de dignatarios extranjeros.
Entrenado en espionaje e inteligencia en la escuela de la KGB (antigua
Unión Soviética), Del Llano fue durante 14 años miembro de los servicios
de inteligencia cubanos: captaba agentes de la CIA para que trabajaran
para Cuba.
En el momento de su solicitud de asilo en Estados Unidos, llevaba 12
años fuera de los servicios secretos castristas. Desertó en Venezuela y
se trasladó a Estados Unidos. Allí, fue intensamente investigado e
interrogado por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI), y se le
considera el oficial de más alto rango que haya desertado de la
inteligencia cubana en las últimas dos décadas.
Tiempo después de la filtración de Del Llano, apareció, en el mismo
programa de la periodista cubano-americana María Elvira Salazar, el ex
ministro de Economía Arturo Guzmán Pascual, que atribuyó a Fidel Castro
una fortuna de "1.200 millones de dólares", lo que según la revista
Forbes lo sitúa entre los mandatarios más ricos del mundo. Por si fuera
poco, un antiguo escolta del Máximo Líder, Carlos Calvo, corroboró lo
dicho por los otros entrevistados.
Castro, apartado del poder en 2006 por una crisis intestinal que puso en
peligro su vida, renunció dos años después a todos sus cargos, excepto
al de Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba. En varias
ocasiones, ha negado que posea tal fortuna.
El misterio de Constantino
Ahora que la banca suiza ha congelado las cuentas millonarias de —hasta
hace poco— connotados sátrapas africanos en ejercicio de un poder que
creían ellos vitalicio, sería conveniente recordar lo que en 2007
aseguró la Asoción Suiza de Banqueros, a través de su presidente Pierre
Mirabaud: que Fidel Castro no tenía cuentas secretas en ese país, ni a
su nombre ni a través de posibles "alias".
Lo que no dijo nunca Pierre Mirabaud es a cuánto ascendía la fortuna de
Constantino Páez Roselló, nombrado por el ex agente de los servicios
secretos cubanos como enlace entre Castro y los bancos Credit Suisse y
UBS en Cuba.
Era imposible porque, para las autoridades financieras helvéticas, el
nombre del cubano-suizo Constantino Páez Roselló es el de un fantasma.
Páez Roselló aparece sólo vinculado a las filtraciones hechas por Del
Llano. Algunas fuentes aseguran que posee una mansión de un millón de
dólares en el barrio habanero de Atabey, bajo seguridad permanente.
Hasta hoy, nadie ha filtrado una foto suya, lo que lo pondría en
evidencia como un verdadero hombre fantasma.
Pero los otros dos de la tríada que denunciara el ex mayor Roberto
Hernández del Llano no son gente de bajo perfil: son hombres públicos.
El chileno Max Marambio, apodado "El Guatón", ex escolta del presidente
Salvador Allende, y refugiado en Cuba después del golpe militar de
Augusto Pinochet, gozó durante muchos años de la simpatía personal de
Fidel Castro, lo que le permitió convertirse en empresario. Y en
multimillonario.
En la actualidad, es buscado por el régimen cubano, que ha emitido orden
de captura contra él por supuestos delitos de cohecho, estafa,
malversación y falsificación de documentos bancarios.
Marambio, quien actualmente reside en Chile y que debe saber muy bien
cómo funcionan los tribunales cubanos, se ha negado a comparecer ante
ellos y ha presentado una reclamación ante la Cámara Internacional de
Comercio, con sede en París, para dirimir conflictos con las autoridades
de la Isla, con quienes agotó, según él, toda posibilidad de diálogo.
A pesar de su actual enemistad con el gobierno cubano, es sintomático
que, hasta la fecha, Marambio no haya revelado información
comprometedora sobre Fidel Castro. Para "El Guatón", que busca restaurar
fama y fortuna, esa podría ser su manera de hacer baza.
Y el último del trío, Abraham Maciques, fue fundador de la compañía
Cubanacán, vinculada al turismo, y presidente de Cubalse, en cuya
empresa una auditoría detectó en 1995 faltantes por más de 27 millones
de dólares.
Aunque se le destituyera de su cargo en Cubalse, Maciques no fue
sancionado, y se le designó para administrar el Palacio de las
Convenciones de La Habana, lugar donde se celebran congresos y reuniones
de alto nivel en Cuba. Es, igualmente, presidente de la Feria
Internacional de La Habana.
Tras las huellas de un fantasma
El Registro de Comercio suizo corrobora la categoría de fantasma de
Constantino Páez Roselló. En el Folleto Oficial Suizo de Comercio (FOSC)
no existe mención alguna a aquel nombre.
Quien sí consta —y no precisamente como fantasma— es Constantino Pàres
Roselló, "originario de Versoix", dueño o accionista de, al menos, dos
empresas helvéticas. Hombre acaudalado al que, además de su poder
económico, se le atribuye influencia política. Es también coleccionista
de arte. Y mecenas.
Más allá de sus dotes de benefactor, Constantino Pàres Roselló es el
vivo ejemplo del empresario de traje oscuro. Una de las empresas suizas
en la que ha sido directivo es Gill & Duffus S.A, con sede en Ginebra.
Las actividades de Gill & Duffus S.A. son "el comercio, la exportación
de azucar, café, materias primas; la participación en todo tipo de
sociedad comercial o industrial, así como su financiamiento", según el FOSC.
Pàres Roselló ha tenido igualmente participación en la empresa NTI
Technology S.A., también asentada en Ginebra, que se dedicó a "la
comercialización, montaje y fabricación de equipos médicos".
Ambas empresas helvéticas, Gill & Duffus y NTI Technology, han sido
controladas desde la Isla, con el nombramiento de varios administradores
cubanos residentes en La Habana, quienes, a la par, ocupaban importantes
cargos públicos.
Estas designaciones habrían dejado al desnudo a ambas sociedades
anónimas frente al gobierno cubano, debido al poder de los
administradores para conocer al detalle información contable y los
activos financieros.
La dolce vita (con el rey del pollo)
Entre la escasa información que existe sobre Constantino Parès Roselló,
una muy reveladora la ofrece Fernando Flores Ibarra, ex embajador de La
Habana en París, en el libro Yo fui enemigo de Fidel, y que firma con
toda intención con el apellido Flórez.
Contrariamente a lo que se pueda pensar por el título escogido, Flórez,
que es en realidad Flores, verdadero amigo de Fidel Castro, fue entre
1960 y 1963 fiscal en los Tribunales Revolucionarios. Su lealtad hacia
Castro fue recompensada con sucesivos nombramientos como embajador en
Polonia, Yugoslavia, Suecia, Ecuador y, finalmente, Francia, donde
estuvo acreditado seis años en la década del 90.
Refiriéndose a sus lazos con el millonario francés Gérard Bourgoin, a
quien describe como "el primer productor europeo de aves de corral",
escribió Flores: "Nuestra amistad comenzó cuando Pepín Naranjo, ministro
cubano, viajó a Francia con la tarea de negociar la adquisición de
alimentos. Una noche, planificando los pasos a seguir, nos acompañaba
Constantino Pares [sic], joven y exitoso hombre de negocios de origen
cubano, radicado en Suiza, que conocía a Bourgoin y lo mencionó como
posible contraparte en la compra de pollos congelados".
Y he aquí un subrayado (mío) que, en apariencia, no tiene mayores
connotaciones. Pero las tiene. La manera en que Flores menciona a
Constantino Pàres es de una familiaridad extrema: conoce su pasado.
Denota, además, y a pesar de que no exista otra mención suya en el
libro, que Pàres es el vínculo para que, el entonces embajador en París
y los ministros cubanos de visita, conozcan a empresarios franceses que
inviertan o hagan negocios en Cuba. Constantino Pàres es, por tanto,
hombre de total confianza para la diplomacia castrista. O algo más.
Verdadero placer fue lo que provocó en Flores conocer al rico empresario
francés de pollos y gallinas. En su libro, no escatima admiración hacia
aquel aventurero en toda regla.
Sin embargo, la primera impresión del embajador fue que Bourgoin "no
mostró el más mínimo interés" en los negocios, "pretextando que sólo
permanecería en París unas horas, ya que debía salir en su jet hacia
Chaillot —centro neurálgico de sus operaciones comerciales—".
Esa misma noche, según relata Flores, una atmósfera de amistad se
apoderó del ambiente: entre Gérard Bourgoin, Constantino Pàres, Pepín
Naranjo y él.
"A altas horas de la madrugada, después de haber conversado de pollos,
de lo humano y de lo divino, de haber respondido mil preguntas de
Bourgoin sobre nuestro país, entre risas y palmetazos al hombro, copas
de vino de Borgoña y bocados de terrine de canard que preparaba él mismo
y siempre llevaba consigo, nos propuso partir de inmediato a La Habana".
Lo que hace el vino: aunque el millonario francés hubiera sacado mapas
de navegación y planificado al detalle su periplo en jet privado rumbo a
La Habana, en la mañana de resaca, el viaje quedó postergado.
Tiempo después, Flores acompañó a Bourgoin en su primer viaje a la Isla.
El empresario avícola francés repetiría estancias en Cuba, "donde llevó
a cabo diversas negociaciones de beneficio mutuo". Pero, ¿se benefició
Flores de esas negociaciones? Por su particular manera de redactar y de
ser impreciso, su modo gramatical indicaría que sí, que se benefició.
Aunque no ofrece en su libro ningún detalle de fecha de ese primer
encuentro con el empresario de "las aves de corral", lo que sí se sabe
—y no precisamente a través del entonces embajador—, es que Bourgoin
acabó invirtiendo en 1996 en la industria petrolera cubana,
conjuntamente con su amigo, el actor Gérard Depardieu, también cercano a
Castro. El Máximo Líder ya había visitado la commune francesa de
Bourgoin en 1995.
Fidel Castro y Gérard Bourgoin son amigos gracias al cubano-suizo
Constantino Pàres. Sin imaginarlo siquiera, sin decirlo, la escueta
revelación de Flores respecto a Constantino Pàres sirve para establecer
los vínculos de éste con el propio Fidel Castro.
De una extrema familiaridad fueron los contactos del embajador cubano en
París con el dueño del emporio Bourgoin S.A.: cuanto jerarca castrista
llegaba a Francia recibía las atenciones de Flores y Bourgoin, quienes
ponían a su disposición jets y yates privados.
De una de esas visitas a Francia del vicepresidente cubano Carlos Lage
(defenestrado en 2009), Flores Ibarra cuenta en su libro cómo un día
efectuaron con Bourgoin y "nuestro Vicepresidente", "seis despegues con
sus respectivos aterrizajes".
Alabando la personalidad intrépida y de hombre de riesgo de Bourgoin,
adicto a "competir en el rally París-Dakar", Flores ofrece detalles de
una aventura en la que participan Lage y "Ricardo Cabrisas, nuestro
Ministro de Comercio Exterior".
Lage y Cabrisas aceptan hacer de copilotos en el auto de carrera de
Bourgoin. "Cuando le tocó el turno a Cabrisas (…) el auto se volcó
estrepitosamente, Bourgoin salió disparado fuera del vehículo y ambos
resultaron seriamente lesionados (…) tuvieron que ser trasladados a
París en helicóptero-ambulancia. El ministro cubano debió permanecer más
de un mes hospitalizado, recuperándose de una fractura de pelvis".
El ex embajador nunca aclaró quién pagó la factura hospitalaria.
Nuestro hombre en La Habana
En 1995, la salida de Pàres Roselló de la administración de la empresa
suiza NTI Technology S.A., dedicada a la fabricación y venta de equipos
médicos, coincidió con el nombramiento del cubano Joseph Mitchell Valdés
Sosa, residente en La Habana, como miembro y presidente del Consejo de
Administración de esa empresa, cargo que ocupó durante varios años.
Según su propio currículo médico, Valdés Sosa es, desde 1995, Jefe del
Grupo Nacional de Ciencias Neurofisiológicas del Ministerio de Salud
Pública (MINSAP) cubano. Además, es investigador del Centro de
Neurociencias de Cuba, institución vinculada al Consejo de Estado. Y
diputado al Parlamento.
En 2005, NTI Technology adoptó una nueva razón social, Mont-Blanc Energy
S.A., y comenzó a dedicarse al "comercio y negocio de materias primas,
principalmente el petróleo crudo, productos petroleros y productos
derivados, su transporte y el refinamiento de crudo", etc.
Según un vocero de la compañía, Parès Roselló no tiene participación en
Mont-Blanc Energy.
Una resolución aparecida en la Gaceta Oficial de Cuba, la No.433 de
1997, firmada por el ministro de Comercio Exterior Ricardo Cabrisas,
renovaba la licencia de operación como sucursal extranjera a "la
compañía Cubinvest N.V., constituida en Curazao", que tenía como objeto
"la realización de actividades comerciales, vinculadas a la producción
agrícola e industrial, y a los sectores científicos, biotecnológicos y
del transporte".
Desde 1995, Cubinvest figura como empresa autorizada para operar en la
Isla. Constanino Pàres Roselló es su representante.
Cinco años después de su constitución en Curazao, Cubinvest fue
registrada en Bermudas, paraíso fiscal desde el que opera.
La empresa suiza Gill & Duffus S.A. tenía en el 2000 a Constantino
Pàres, "originario de Versoix", y a Bertha Martínez Acebal, cubana,
residente en La Habana, como miembros del Consejo de Administración.
Además de dedicarse a la comercialización de café, cacao y azúcar, Gill
& Duffus tenía negocios en la industria biotecnológica cubana.
Parès Roselló ha sido varios años director general de Gill & Duffus
S.A., con sede en Ginebra. En 2008, era una sociedad en liquidación.
Como liquidador del negocio fue nombrado Eulogio Guillermo Ferriol
Molina, de La Habana, quien es director de asistencia legal de la
Corporación Cimex S.A. y ocupa un alto cargo en la Unión Nacional de
Juristas de Cuba, instituciones gubernamentales.
Según la Cámara de Comercio de Cuba, Yukio Hasada es el representante
actual de Gill & Duffus en La Habana.
Un abogado de Baker & Mckenzie, con sede en Ginebra, grupo que ha
representado a la junta de accionistas en el proceso de liquidación de
la empresa, dijo desconocer que Gill & Duffus tuviera algún tipo de
participación por parte del gobierno cubano.
Por varios años, Constantino Pàres Roselló ha patrocinado, a través de
Gill & Duffus, competencias de karting y del Grand Prix de Fórmula T-1
en Cuba. Ha organizado, además, las muestras ArtCuba que han tenido
lugar en el Palacio de las Naciones, sede de Naciones Unidas en Ginebra.
Me voy pa' Santiago
En 2001, el ex embajador Fernando Flores Ibarra salió a la palestra con
declaraciones al periódico La Tercera, de Chile, donde vivía retirado.
Entonces, arremetió contra el escritor chileno Roberto Ampuero, que
fuera su yerno y autor del libro Nuestros años verde olivo, que incomodó
al ex fiscal: él se vio retratado en la figura de un personaje de
ficción, Ulises Cienfuegos, fiscal revolucionario y responsable de
muchos fusilamientos. Ese mismo año, Flores publicó Yo fui enemigo de
Fidel, libro autobiográfico, con título y apellido de mentira.
"Esas muertes no me han quitado el sueño. Jamás he dejado de dormir un
minuto, ni siquiera en la siesta", dijo al periódico chileno sobre los
más de cien fusilamientos que se le achacan durante su período de fiscal
de los Tribunales Revolucionarios.
Según Flores, casado entonces con una doctora chilena, él se mantenía
gracias a su pensión cubana (lo que de ser así, significaría vivir como
del aire), y del dinero de su esposa, que lo compartía con él.
Otras fuentes aseguran que Fernando Flores Ibarra era dueño de una
cadena de farmacias y una inmobiliaria en Chile, y que sería uno de los
protegidos de Max Marambio, alias "El Guatón". También le adjudican
alguna propiedad en Francia.
Cubanos exiliados intentaron, sin éxito, que Flores fuera juzgado.
Muchos lo siguen recordando por un triste apodo: "Charco de Sangre".
Gérard Bourgoin, el "ex rey del pollo", cuyo emporio acabó en bancarrota
en el 2000, fue condenado por fraude fiscal. En 2008, la justicia
francesa lo sancionó a seis meses de prisión con sentencia supendida y
libertad condicional durante 18 meses, más una multa de 37.500 euros, y
a ingresar a favor del Tesoro Público francés la suma de 850.000 euros.
Se le descubrieron 3 millones de euros sin declarar en 2001.
No se ha podido precisar si Gérard Bourgoin sigue teniendo negocios en Cuba.
Multas a UBS y Credit Suisse
En 2004, Estados Unidos multó con 100 millones de dólares a UBS por
permitir que Cuba, Iraq, Libia y Yugoslavia utilizaran un programa
internacional de la Reserva Federal norteamericana para la sustitución
de billetes de dólares en mal estado.
Durante siete años, UBS había aceptado transacciones cubanas por 3.900
millones de dólares en billetes viejos, monto que fue transferido a
cuentas del gobierno cubano en terceros países.
Fidel Castro calificó la medida como una agresión estadounidense a la
economía cubana, y en noviembre de 2004 impuso un gravamen del 10 por
ciento al canje de dólar por el peso cubano convertible, moneda que
carece de valor cambiario fuera de la Isla.
Para 2006, los mayores bancos suizos, UBS y Credit Suisse, habían
cancelado cualquier tipo de operación con Cuba, país que fue calificado
de "sensible". La Habana consideró que los bancos suizos se plegaban a
los intereses de Washington.
Un año después, el presidente de la Asociación Suiza de Banqueros negaba
la existencia de cuentas de Fidel Castro y advertía que "ningún banco
helvético quiere obtener dinero de su procedencia".
En 2009, Credit Suisse pagó una multa de 536 millones de dólares que le
impuso Estados Unidos, por permitir que países bajo sanciones
estadounidenses tuvieron acceso a mercados financieros a través del
sistema bancario de ese país. Credit Suisse había aceptado 32
transferencias electrónicas por 323.648 dólares a cuentas titularidad
del gobierno cubano o donde ciudadanos cubanos tenían interés.
A pesar de haber sido contactado por teléfono y correo electrónico
durante la investigación realizada para este reportaje, Constantino
Parès Roselló declinó hacer comentarios.
Gaceta Oficial sobre renovación de licencia a empresa Cubinvest,
constituida en un inicio en Curazao. Esta empresa opera actualmente
desde el paraíso fiscal de Bermudas.
http://www.diariodecuba.com/sites/default/files/pdf/Gaceta%20Oficial%20sobre%20renovaci%C3%B3n%20de%20licencia%20a%20empresa%20Cubinvest,%20constituida%20en%20un%20inicio%20en%20Curazao.%20Esta%20empresa%20opera%20actualmente%20desde%20el%20para%C3%ADso%20fiscal%20de%20Bermudas.pdf
http://www.diariodecuba.com/cuba/3356-fidel-castro-en-bancos-suizos