Publicado el Jueves, 22 Marzo 2012 05:50
Por Wilfredo Cancio Isla
El gobierno de Raúl Castro acaba de poner en vigor tres resoluciones del
Banco Central de Cuba para establecer un control más riguroso sobre las
finanzas del país.
Las nuevas regulaciones van dirigidas a controlar y establecer los
límites del flujo de entrada y salida de capital en moneda libremente
convertible (MLC) por parte de personas naturales, controlar el fraude
empresarial, y regular la exportación del peso cubano (CUP) y el peso
convertible (CUC).
¿Que hay en realidad detrás de estas medidas?
La economía cubana está obligada a un cambio estructural de su modelo
económico. Para ello, se dan una serie de pasos que poco a poco han ido
transformando la realidad empresarial del país. Las finanzas y el
control de los recursos financieros también requieren serias y profundas
modificaciones para poder corresponder a los requerimientos del nuevo
modelo económico.
Al parecer, estas resoluciones constituyen las primeras medidas que
permitiirán establecer las bases necesarias para eliminar la enquistada
dualidad de moneda que hoy impera en la economía cubana.
Control sofisticado
La Resolución 17/2012 que acaba de implementarse busca regular la
importación y exportación de capital en dólares estadounidenses por
parte de personas naturales, estableciendo un limite de $5,000 dólares,
o el equivalente en cualquier otra MLC o instrumento de pago utilizado
en la banca internacional. Anteriormente la cantidad de MLC en efectivo
que podía entrarse al país era libre y la cantidad a exportar tenía que
ser autorizada por el Banco Central de Cuba (BCC).
Las condiciones del mercado cubano han cambiado en los últimos dos años.
A partir de la apertura al sector privado en 181 modalidades, así como
la liberación de la compraventa de autos y casas, se ha producido un
movimiento de capital desde el exterior con el fin de facilitar las
inversiones en miles de pequeños negocios y en el naciente mercado
inmobiliario de la isla. Un grupo de estos inversionistas exitosos ya
comienzan a repatriar sus ganancias hacia el lugar de origen del capital.
Este flujo de entrada y salida de dinero es de carácter totalmente
familiar, por lo que no está controlado directamente por las
instituciones financieras del gobierno.
Desde que Cuba despenalizó la tenencia de divisas en 1993, la constante
ha sido la aparición de mecanismos para captar la mayor cantidad de
moneda dura posible. Así se creó el CUC y se eliminó la circulación del
dólar años atrás. Con semejantes fines también se establecieron las
casas de cambio conocidas como CADECAS.
Vigilancia sobre el dinero
En las condiciones actuales, por ejemplo, ¿cómo podría un cubano sacar
del país $40,000 dólares que obtuvo por la venta de su casa?
La nueva regulación plantea que quien quiera exportar cualquier cantidad
superior a los $5,000 dólares, deberá tramitarse por las vías bancarias
correspondientes.
Según la resolución, "el Banco Central de Cuba podrá autorizar a las
personas naturales que soliciten exportar sumas superiores a la
establecida, previa presentación por el interesado de documentos que
acrediten su licita adquisición". El documento agrega que la Secretaría
del BCC tramitará las solicitudes de exportación en un plazo de siete
días, y comunicará al interesado y a la Aduana General de la Republica
el otorgamiento o denegación de la autorización.
Otra de las resoluciones emitidas este lunes -la 19/2012- constituye una
rigurosa medida de control, diseñada para disminuir y eliminar el fraude
financiero y la corrupción que hoy ateneza el sector empresarial cubano.
La nueva ley establece que todas las entidades estatales y sociedades
mercantiles de capital ciento por ciento cubanas tienen que reportar
trimestralmente los estados de sus cuentas bancarias. Para ello,
emitirán un certificado expedido por el jefe máximo y el contador de la
institución.
De pesos cubanos y pesos convertibles
El banco sancionará a los incumplidores con suspender los servicios
bancarios, que solo podrán reanudarse una vez que el jefe máximo del
organismo sea informado por escrito de las medidas tomadas por la
entidad incumplidora para evitar futuras irregularidades. Si
transcurridos tres meses la entidad no reporta las medidas tomadas, se
procederá a cerrar sus cuentas bancarias, acreditando los saldos
existentes al presupuesto del Estado (si se trata de pesos cubanos) o a
la Cuenta de Financiamiento Central, en caso de operarse en CUC o MLC.
La medida, también va dirigida a controlar las nuevas relaciones
comerciales entre el sector estatal y el emergente sector privado, y
evitar que estos vínculos se transformen en otro foco de corrupción.
Por último, la Resolución 18/2012 se refiere a la actualización de las
normas que rigen la exportación y exportación de pesos cubanos (CUP) y
los pesos convertibles (CUC) por los ciudadanos cubanos y los ciudadanos
extranjeros con residencia permanente en el país.
La disposición permite a las personas naturales la exportación e
importación de sumas que no excedan los 2,000 CUP, y prohíbe la
exportación de CUC.
¿Qué se busca con esto? ¿Evitar que el mercado negro se controle fuera
de las fronteras nacionales? ¿O evitar una devaluación de la moneda ante
una sorpresiva vuelta de la tasa de cambio actual?
Los próximos meses dirán la ultima palabra.
Una decisión impostergable
Cada día que pasa, se hace más impostergable la eliminación de la doble
moneda. Pero para ello, el régimen tendría que tomar medidas audaces que
pueden destapar la caja de Pandora, y la situación actual lo que amerita
es cautela para permitir la gobernabilidad sin salidas descontroladas o
traumáticas.
En primer lugar, tendría que eliminarse toda venta de productos
subsidiados, es decir, la cada vez más exigua libreta de racionamiento,
así como los subsidios en pagos de electricidad, teléfono, agua y gas.
Quedarían luego los subsidios relacionados con la salud (venta de
medicamentos y servicios médicos) y la educación, rubros políticamente
sensibles y que requieren de tratamiento especial para poder adaptar a
los ciudadanos a un cambio de mentalidad.
Pero para impulsar estas acciones, el gobierno tiene que elevar el poder
adquisitivo de la población. Esto es, en suma, incrementar los salarios
de los trabajadores, reducir la tasa de cambio actual del peso cubano
respecto al dólar (1x24) y disminuir los porcentajes de impuestos que
las cadenas cubanas le gravan a los productos.
Callejón sin salida
El paquete de modificaciones también tiene que contemplar, a mediano
plazo, un verdadero estímulo a la agricultura, y el desarrollo de un
sistema privado de distribución que permita el flujo eficiente de los
pagos y la transportación de las producciones agrícolas.
Al mismo tiempo, deberá estimular el desarrollo de la mediana y pequeña
empresas, echando a un lado la idea reduccionista de que una "pequeña
empresa" es una barbería o un timbiriche para vender alimentos. Lo que
reclama la realidad es impulsar el desarrollo de medianos y pequeños
empresarios con un alto componente tecnológico.
Y en ese paquete no puede faltar el incentivo para las exportaciones y
las inversiones extranjeras. La recuperación de la industria azucarera,
el desarrollo de la industria petrolera y la expansión del procesamiento
de níquel son tres sectores que a plena capacidad generarían grandes
dividendos como rubros exportables.
Coordinar estas acciones al unísono es la única fórmula posible para
garantizar una transición ordenada y eficiente de la economía cubana
hacia una sola moneda. Lo demás es continuar en el callejón sin salida
que podrá superarse sólo con resoluciones bancarias de ocasión.
* Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia
en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso
al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and
Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.
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