Jueves, 22 de Marzo de 2012 12:50
Osmar Laffita
Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Al cierre de diciembre del
pasado año estaban registrados como trabajadores por cuenta propia 355
000 cubanos. De ese total, al finalizar enero, a nivel nacional, 43 326
propietarios de autos y camiones poseían licencia operativa del trasporte.
Esto da una idea de las miles de personas que diariamente como chóferes
de alquiler privado, se ocupan del traslado de centenares de miles de
personas a lo largo y ancho del país, dado que estas licencias son de
carácter nacional.
Los que visitan Cuba se quedan asombrados al contemplar los miles de
autos norteamericanos de marcas conocidas como Ford, Chevrolet,
Cadillac, Dodge, Buick, Lincoln y algunas ya extinguidas como
Studebeker, Ramble y Pontiac, de los años 40 y 50 del siglo pasado, que
circulan por las avenidas, calles, caminos, terraplenes, carreteras y
autopistas de ciudades y pueblos de la isla.
A estos autos de alquiler se suman los otros cientos de miles de
propietarios de viejos autos americanos que no se dedican a alquilarlos,
así como los que por su fidelidad al gobierno en las décadas del 70 y 80
del pasado siglo se les autorizó a comprar autos Moskvich, Aleco, Ladas,
Polsky, Fiat y Peugeot argentinos. También en aquella época a unos pocos
funcionarios de las legaciones cubanas en el exterior, marinos mercantes
y de pesca les autorizaron comprar autos de fabricantes de Europa
Occidental.
La mayoría de los autos americanos destinados a los servicios de
alquiler, conocidos popularmente como "Almendrones", han sido sometidos
a un proceso de reconversión en el que se les han instalado motores
diesel, sistemas de dirección, trasmisión y cajas de velocidad de autos
japoneses, coreanos y europeos, de las marcas Hyundai, Kia, Toyota,
Fiat, Peugeot, Perkins, Fiat, Iveco y Volvo. Es decir, que de americano
lo único que tienen es el casco y la mala idea.
Estos vehículos recorren en ida y vuelta uno 150 kilómetros diarios.
Esto implica un gran consumo de combustible y aceite, lo que se suma al
desgaste natural de piezas, partes y gomas, las cuales se supone que
compran en los Servicentros de las cadenas CUPEC y Oro Negro, propiedad
del Grupo Empresarial CIMEX, que tiene el monopolio de venta de
combustible, piezas y partes en todo el país.
Como el litro de diesel vale 1,20 dólar, cualquier dueño de un
"Almendrón" tienen que destinar diariamente 60 dólares solo para
combustible, que al cambio de 25 pesos por dólar, representa 1500 peso
en moneda nacional; es decir, que trabajaría sólo para pagar el combustible.
Pero en los hechos, los dueños de los autos de alquiler compran el
diesel por la izquierda, proveniente de las bases de trasporte y
paraderos de ómnibus. Pagan a 0,28 dólar el litro, lo que representa un
gasto diario de 17 dólares. Por eso no es común ver a ninguno de estos
"Almendrones" abasteciéndose en los servicentros del Estado.
El otro asunto es el de las gomas. En un recorrido por los principales
servicentros de La Habana, se puede apreciar que no hay oferta en
ninguno de ellos.
Un empleado del servicentro "Tángana", ubicado en Línea y Malecón, en El
Vedado, comentó que hace más de seis meses no entran gomas de auto de
ninguna medida.
No hay gomas en los servicentros, pero como ocurre con el combustible,
los dueños de auto de privados las adquieren en el lucrativo mercado
negro a 70, 90 y 100 dólares la unidad. Los suministradores son diversos.
Tenemos el caso de los chóferes de las bases de auto de alquiler del
Estado con tarifas en dólares y las pocas existentes en moneda nacional,
que de acuerdo a las normas vigentes, luego de una determinada cantidad
fijada de recorrido de cientos de miles de kilómetros, se les cambian
las cuatros gomas; las viejas, los chóferes no las mandan a recapar,
sino que se las venden al primero que se las pague al precio que están
en el mercado informal.
La situación del precio de las piezas es algo realmente insostenible.
Los propietarios de autos, con la excepción de los que alquilan, los
artistas, marinos mercantes y funcionarios que trabajan en firmas
extranjeras, la mayoría son directivos de ministerios, organismos del
Poder Popular y empresas estatales, cuyo salario no sobrepasa los 20
dólares mensuales. Por tales razones, le resultan inalcanzables los
altos precios en dólares de las piezas y partes que vende el Estado.
El precio de los acumuladores fluctúa de 75 a 112 dólares. Si quieres
pintar el auto, el galón de aceite esmalte está a 32 dólares; las
bujías, las más baratas las encuentras a 1,55 dólares; un pomo de medio
litro de líquido de freno, 4,90 dólares; el galón de aceite de
producción nacional a 16 dólares; el de importación, de mayor calidad,
marca "Castrol", a 35 dólares.
Los motores diesel los encuentras vendidos por el Estado desde 3405
hasta 5111 dólares; los amortiguadores, tanto delanteros como traseros,
los más baratos están a 45 dólares; algunos los encuentras a 132
dólares, en dependencia de la marca del vehículo; las bombas de agua,
sus precios varían de 98 dólares hasta 290 dólares; un motor de arranque
no baja de 257 dólares; los platos opresores de cloches están 290
dólares y el plato a 98 dólares; las bandas de freno a 10 dólares,
sobresalen por su altos precios las llantas de aluminio, la más barata
está a 314 dólares, pero las hay a 579 y de 960 dólares, sumado una gama
de piezas y partes cuyos precios oscilan: 5, 12, 35, 70, 90, 160, 280
dólares.
Esto es un simple muestreo. Son contados los que tienen autos y compran
esas piezas y partes al precio que las vende el Estado, porque todas
tienen una sobretasa del 260% de su precio original.
Esto ha dado lugar a un floreciente y lucrativo mercado de ventas
ilegales de estos recursos, debido a que los precios son un 50% y menos
a los que vende el Estado. Por eso, los réditos obtenidos en este turbio
e ilegal negocio son beneficiosos tanto para que el que vende como para
el que compra, y esto posibilita que los vehículos circulen raudos por
toda Cuba.
Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com
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