A calzón quitado
Fernando Ravsberg
BBC Mundo, @ravsberg
Jueves, 11 de julio de 2013
Raúl Castro pidió a los cubanos combatir lo que llamó la "indisciplina
social". (Foto: Raquel Pérez)
La aproximación entre el discurso y la realidad es uno de los procesos
más importantes que se gestan en la política cubana actual. Y las
palabras del Presidente Raúl Castro en la última reunión del parlamento
fue una descarnada expresión de este cambio.
Empezó afirmando que sus criticas servirían a la prensa internacional
para denigrar a Cuba pero a renglón seguido descalificó la mentalidad
que limita la difusión de los problemas económicos, políticos y sociales
para no dar armas al enemigo.
Llamó a "debatir con toda crudeza la realidad" porque "el primer paso
para superar un problema de manera efectiva es reconocer su existencia
en toda la dimensión y hurgar en las causas y condiciones que han
propiciado este fenómeno".
Reconozco que me sorprendió que criticara públicamente tal cantidad y
variedad de problemas nacionales. Medio en broma y medio en serio, un
buen amigo y asiduo lector de "Cartas desde Cuba" me dijo: "te ha dejado
sin temas para tu blog".
En realidad no creo que Raúl Castro deje sin tareas a la prensa nacional
o extranjera, por el contrario su diagnóstico invita a profundizar en la
gravedad de algunas de las enfermedades que padece la sociedad cubana y
sus posibles tratamientos.
¿Cuántas investigaciones periodísticas o sociales se podrían realizar
sobre "el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos , como la
honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la
sensibilidad ante los problemas de los demás"?.
No creo que algunos de estos males estén más desarrollados que en otras
sociedades sino que aún se puede estar a tiempo de revertir sus efectos.
Cuba se ha "modernizado" lentamente y, para bien o para mal, aún vive a
la antigua usanza en muchos aspectos.
Hasta el pasado año se vendían automóviles y casas sin firmar papeles,
el apoyo a la familia es parte de la cultura nacional, cualquier vecino
"te tira un salve" cuando la comida no llega a fin de mes y la lealtad
entre amigos aun vale más que los bussines.
Pero lo cierto es que muchas de esas características del cubano se
empezaron a perder durante la crisis económica, un proceso que podría
acelerarse con la inevitable legalización del "mercado" y algunas de las
toxinas sociales que este naturalmente activa.
Realmente no sé si es posible ganar una pelea contra los demonios que
despierta la modernización. El Presidente propone una estrategia a largo
plazo, pensando la educación de las nuevas generaciones en base a la
cultura que se persigue construir.
"Tengo la amarga sensación de que somos una sociedad cada vez más
instruida, pero no necesariamente más culta". Este reconocimiento ofrece
un punto de partida para dejar de alabar los logros de la educación y
repensarla como instrumento cultural.
Poco quedó en el tintero de Raúl Castro, habló de los bajos salarios, la
dualidad monetaria, el robo generalizado en las empresas, de la
corrupción de los funcionarios, del fraude en la educación, del
vandalismo, las construcciones ilegales y de la falta de normas de
convivencia.
Y fue al fondo cuando responsabilizó de parte de ese caos al "irrespeto,
en primer lugar, por las entidades estatales de la institucionalidad
vigente, lo cual menoscaba su capacidad y autoridad para exigir a la
población que se atenga a las regulaciones existentes".
Sin duda hay que empezar a poner la casa en orden por arriba porque
socialmente el ejemplo de un dirigente enriqueciéndose a costa de
sobornos contamina más que 1000 trabajadores "resolviendo" lo básico
para alargar el salario y llegar a fin de mes.
Son los gerentes ladrones quienes abastecen fundamentalmente al mercado
negro y la mayor parte de las ilegalidades se realizan con la bendición
de funcionarios que a cambio de moneda dura autorizarían a hacer
"barbacoas" hasta en el mismísimo Capitolio.
El Presidente cuestionó que "esto sucede ante nuestras narices, sin
concitar la repulsa y el enfrentamiento ciudadanos", pero lo cierto es
que la gente no tiene o no conoce cuales son los mecanismos
institucionales que le permitirían defender sus derechos y las leyes.
No existe una defensoría de los derechos ciudadanos ni del consumidor,
pocos conocen qué hacer cuando un inspector exige un soborno, donde
presentar una queja contra un policía o a quien acudir cuando el
director de su empresa desvía recursos.
Algunos de los viejos mecanismos están desactualizados, oxidados o
viciados. Si se pretende que la población participe "en un movimiento
permanente", ayudaría armarla de instituciones capaces de recibir,
tramitar y dar respuesta legal a la acción ciudadana.
Pero más allá de los retos, hablar descarnadamente sobre las crisis que
enfrenta la sociedad ayudará al cubano a comprender un discurso político
que empieza a parecerse a su propia vida, a su cotidianidad, a su
entorno y a los problemas que sufre.
Source: "A calzón quitado - BBC Mundo - Blogs" -
http://www.bbc.co.uk/mundo/blogs/2013/07/130711_blog_cartas_desde_cuba_calzon.shtml
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