Raúl Castro y sus diez años de gobierno
El general ha iniciado su año 11 con una población decepcionada de sus
promesas incumplidas, y temerosa ante la posibilidad de un nuevo Período
Especial
Miércoles, agosto 3, 2016 | Miriam Leiva
LA HABANA, Cuba.- Se cumplen diez años de la ascensión de Raúl Castro a
la presidencia del Consejo de Estado cubano. Durante ese tiempo sí ha
realizado cambios, lentos, limitados e insuficientes en lo económico;
históricos junto a Barack Obama en el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, reapertura de las embajadas respectivas, conversaciones y
acuerdos para coexistir Cuba y Estados Unidos como vecinos inevitables.
Su legado enfrenta los retos de conferir derechos de opinión y
participación ciudadana en la toma de decisiones de la nación, y
acelerar los cambios económicos, entre ellos el reconocimiento a la
propiedad privada, la legalización de pequeñas y medianas empresas
(PYMES) como complemento a la macroeconomía y fuente de empleo,
viabilizar la aplicación de las medidas de Obama y las inversiones
extranjeras, honrar los compromisos internacionales, simplificar el
entramado de leyes y reglamentos, aprobar una nueva Constitución y leyes
complementarias.
El presidente concluyó los 10 años de gobierno el 31 de julio con serias
dificultades por el solo un 1% de crecimiento del PIB en el primer
semestre de 2016 (planificado en 2%, la mitad del año anterior); sin
liquidez y con atrasos en los pagos corrientes a los proveedores
extranjeros, anuncio de restricciones del combustible y la electricidad,
la concentración de las inversiones en producciones para la exportación
y la sustitución de importaciones, el desarrollo del turismo y las
infraestructuras. No ha logrado incrementar la producción a pesar de los
Lineamientos para la Actualización del Modelo aplicados desde 2011, con
bochornosos resultados agrícolas e incumplimientos en el modesto plan de
la zafra azucarera 2015-2016, y sin visos de mejorar porque tendrán
restricciones de energía e insumos y consecuentemente disminución del
empleo y salarios.
Raúl Castro renovó la imagen internacional del gobierno, dañada por la
represión de 2003 y el encarcelamiento de 75 prisioneros de conciencia,
incorporó a Cuba en los organismos regionales, participó en la creación
de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), asistió
a la Cumbre de Las Américas en Panamá y la Sesión de la ONU
conmemorativa del 70 aniversario en 2015, compartiendo escenarios y
entrevistándose con Barack Obama. El acercamiento con Estados Unidos, el
canje de Alan Gross y los tres cubanos encarcelados como espías, las
condonaciones de deudas, la Ley Migratoria y las negociaciones con la
Iglesia Católica, la Unión Europea, Japón y países árabes son sus
logros. Sin embargo, la visita del presidente norteamericano en marzo de
2016 resultó un éxito para el adversario, que expresó sus ideas
democráticas y explicó las posibilidades para los cubanos, con la
anuencia de un Raúl Castro a su lado con criterios retrógrados y
campañas de propagada rechazadas por la población.
El general inició su año 11 con una población decepcionada de sus
promesas incumplidas, y temerosa ante la posibilidad de un Período
Especial agravado como sucedió entre 1991-2000, hasta que comenzó la
asistencia de Hugo Chávez. Las dificultades y posibilidades reales de la
economía no se conocen porque no se publicó su evolución entre 2011-2015
y el plan para el próximo quinquenio, analizados por el VII Congreso del
PCC en abril y la Asamblea Nacional el 8 de julio. Los cubanos se
preguntan por qué Raúl Castro ha perdido tanto tiempo a pesar de saber
que Venezuela se consumía, y dilapidaba la avalancha de poderosos
interesados en realizar negocios e inversiones impulsados por los pasos
de Obama, que termina su mandato en enero de 2017. Posiblemente la
respuesta esté en el lastre de la mentalidad obsoleta, el miedo a perder
el poder absoluto y las precauciones de los subalternos para no pasar la
raya de lo posible a decir y hacer. A este escenario habría que sumar
las medidas relajantes del embargo, el incremento de las remesas y el
turismo, potencialidades de exportación de servicios médicos, las
cancelaciones de deuda y posibilidades de créditos.
No obstante, Raúl Castro enfrenta una situación económica, política y
social muy compleja, que no se resuelve con el enroque de dirigentes, ni
con llamados a trabajar y liberar las fuerzas productivas sin tener en
cuenta que el cubano libre y motivado es la fuerza productiva creadora.
Source: Raúl Castro y sus diez años de gobierno | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/raul-castro-y-sus-diez-anos-de-gobierno/
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