Van triunfando los carretilleros
ELÍAS AMOR | Valencia | 28 de Marzo de 2017 - 08:26 CEST.
Acaba de ver la luz, la publicación de la Oficina Nacional de
Estadística e Información (ONEI) titulada Ventas de Productos
Agropecuarios. Indicadores Seleccionados, 2015-2016, cuyo objetivo es
presentar los resultados de las ventas de productos agropecuarios que se
realizan en las diferentes formas de comercialización autorizadas por el
régimen, tanto en valor como en físico.
En el estudio se recopilan datos de los mercados agropecuarios
estatales, los mercados de oferta y demanda, los mercados arrendados,
las cooperativas no agropecuarias de mercados agropecuarios, los puntos
de venta y los trabajadores por cuenta propia, carretillero o "vendedor
de productos agrícolas de forma ambulatoria". Estas categorías son las
únicas que el régimen autoriza para la comercialización que lleva los
productos alimenticios del surco y los establos a la mesa de los cubanos.
De acuerdo con la ONEI, en 2016 el valor de las ventas de alimentos
(productos agrícolas, ganaderos y otros) ascendió a un importe de
3.500,9millones de CUP, que, a título simplemente indicativo, supone un
gasto de 318,2 CUP por habitante y año (alrededor de 13 dólares, con el
cambio actual) que ofrece una idea de lo que destinan, en promedio, los
cubanos a alimentarse. Es decir, alrededor de poco más de 1 dólar por
habitante al mes.
Lo primero que alguien tiene que preguntarse es si estas cifras tienen
alguna credibilidad. Podría ser que estuvieran mal calculadas. La base
de la información se encuentra en documentos administrativos o
"formularios" del sistema estadístico nacional a los que habría, al
menos en principio, que otorgar cierta credibilidad. Pues bien, si este
fuera el caso, la conclusión es evidente: el mercado de los alimentos en
Cuba se mueve a unos niveles muy bajos, prácticamente de subsistencia.
En segundo lugar, la publicación se refiere al ejercicio 2015-2016. Y si
bien es cierto que en estos dos años se ha producido una cierta
recuperación de las ventas de alimentos en los mercados agropecuarios
estatales (un crecimiento del 13% que sitúa la cuota sobre el total en
un 42,8%) lo cierto es que este resultado no admite la misma valoración
si se establece un periodo más largo de análisis, por ejemplo, entre
2012 y 2016.
En 2012 los mercados estatales representaban el 51% de las ventas
totales de alimentos en Cuba, un porcentaje que ha disminuido casi 8
puntos porcentuales en el total de la distribución, hasta quedar en el
42,8% antes citado, lo que confirma algo evidente: los cubanos han dado
la espalda al Estado y su red de tiendas a la hora de comprar los alimentos.
¿Quién ha ganado? Si se toman datos del período 2012 a 2016 son los
carretilleros los que aumentan de forma muy destacada sus ventas,
pasando de 332,9 millones de CUP a 699,7 millones de CUP en 2016 después
de haber registrado en 2015 el valor más alto de la serie, con 747,2
millones de CUP. Su cuota en la distribución total ha pasado de un 13% a
un 21%, ocho puntos porcentuales más.
Los emprendedores privados que venden sus productos por las calles, como
en los tiempos de la República, los mismos que fueron prohibidos y
vejados por el régimen castrista, son los que experimentan un mayor
crecimiento en sus cifras de ventas en el último lustro. Un signo muy
saludable de los nuevos tiempos que corren y que llevan a Cuba y a los
cubanos a recuperar el tiempo perdido por el absurdo de una ideología
fracasada.
Las ventas de los carretilleros en los últimos cinco años, según la
ONEI, han experimentado nada más y nada menos que un crecimiento del
110%, frente al 14,7% de los mercados estatales. El motivo es muy
sencillo de explicar: los carretilleros saben atender las necesidades de
los consumidores y se adaptan a ellas para poder obtener sus ingresos.
Los cubanos saben que para poder comer todos los días, nada mejor que
recurrir a estos profesionales que satisfacen sus necesidades por medio
del intercambio, mutuamente beneficioso.
Mientras que las tiendas estatales mantienen sus patrones de
comportamiento indolentes y aburridos que no han supuesto más que
fatigas y resignación para los cubanos, los carretilleros pasan el
tiempo dando servicio a sus clientes y pensando en formas más ágiles y
eficientes de realizar su tarea. Así fue como surgieron los grandes
empresarios cubanos de la distribución a comienzos del siglo XX. Ellos
tenían unas mejores condiciones institucionales para el desarrollo de
sus empresas, pero el castrismo tiene que reconocer su fracaso como
sistema económico y desandar lo andado por la vía incorrecta.
En concreto, y si se presta atención solamente al capítulo de productos
agrícolas, los carretilleros han reducido mucho más la distancia con los
mercados estatales. Si en 2012 las ventas de los primeros alcanzaban
391,6 millones de CUP, en tanto que los segundos vendían 1.115,9
millones de CUP, y una ratio de 0,35; en 2016 la ratio había aumentado a
0,76, con un aumento de 41 puntos. Las ventas de productos agrícolas de
los carretilleros, 699,9 millones de CUP, ya están muy cerca de las
realizadas en los mercados estatales, apenas 916,3 millones de CUP.
Además, estos, los estatales, se hunden en el período considerado en sus
cifras de facturación, casi un 18%, en tanto que los carretilleros
aumentan sus ventas de productos agrícolas más de un 300%.
Es evidente que se está produciendo una rápida especialización del
mercado de consumo que puede tener sus consecuencias en un horizonte no
muy lejano. Ahora se comprende por qué el régimen ha convertido a los
carretilleros en blanco de su acción represiva en los últimos años.
Este artículo apareció originalmente con otro título en el blog
Cubaeconomía. Se reproduce con autorización del autor.
Source: Van triunfando los carretilleros | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1490617583_29940.html
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