La isla caribeña es el tercer destino de las exportaciones españolas a
Latinoamérica. El año pasado el comercio con Cuba aumentó un 30%, hasta
alcanzar los casi 800 millones de dólares, una cifra récord.
(martes 20 de febrero de 2007)
XORNAL I Madrid.- Desde que el comandante Castro enfermara el pasado 31
de julio, pocos vientos de cambio han soplado para la economía cubana.
Tampoco para las inversiones españoles en la isla. "Si hubiera entrado
miedo, no hubieramos alcanzado el incremento del 30% en nuestros
intercambios comerciales", asegura en la revista Capital Fernando
Puerto, director de Relaciones Internacionales del Consejo Superior de
Cámaras. Y es que el nuevo estilo impuesto por su hermano Raúl y su
equipo de gobierno por ahora sólo se limita a reducir la duración de las
comparecencias públicas.
"No esperamos ningún cambio brusco en la economía", confirma desde
México Jorge Máttar, director adjunto de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Cepal). Sin embargo, muchos cubanos albergan
la esperanza de que Raúl abra la mano. Ya lo hizo a partir de 1993,
cuando intentó una reactivación económica mediante el fomento del
turismo y la inversión extranjera. También dio alas a una nueva clase de
profesionales autónomos, los "cuentapropistas", y a que los campesinos
vendiesen sus cosechas en los mercados.
Sin embargo, a partir de 1998, los cimientos de la igualdad socialista
comenzaron a resquebrajarse. El surgimiento de diferencias entre los que
tenían, por ejemplo, un "paladar" y los que sólo cobraban el salario
medio mensual (en la actualidad, unos 16 dólares), hizo que el padre de
la revolución apretase el puño, subiese los impuestos y prohibiese o
limitase la actividad de algunas de las 150 profesiones permitidas.
Ahora, la vuelta a los viejos tiempos no ha impedido el buen paso de la
economía, según subraya la revista española Capital. El año pasado, el
gobierno proclamó a los cuatro vientos que su PIB había crecido un
12,5%, una cifra mayor a la de las estadísticas internacionales. Un
truco de magia del gobierno cubano, que a partir de 2004 cambió de
metodología de cálculo. "La economía ha mostrado una gran mejora en los
últimos años", añade Máttar.
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