La revolución energética un año después
Alejandro Tur Valladares, Jagua Press
CIENFUEGOS, Cuba - Febrero (www.cubanet.org) - El sábado 24 de diciembre
de 2005 apareció en el periódico Granma, en la primera plana, un titular
que anunciaba: AÑO DE LA REVOLUCIÓN ENERGÉTICA. Hacía alusión al nombre
con el que la Asamblea Nacional del Poder Popular bautizó al nuevo año.
La selección del nombre había tenido su inspiración en la campaña que
desde meses antes el régimen venía librando en pos de lograr la fórmula
capaz de poner fin a los prolongados y sistemáticos cortes eléctricos
que se producían en la nación.
"Tenemos asegurada cuatro veces la capacidad de generación eléctrica que
va a necesitar el país. Sería muy difícil que para junio o julio del
próximo año no tengamos ya el 80 por ciento de las nuevas capacidades de
generación instalados, a las cuales se añaden un 80 por ciento de
capacidades en plantas de emergencia" -aseguró Fidel Castro en una de
las sesiones de la Asamblea.
Hasta esa fecha, la generación de energía eléctrica había pasado por
períodos sumamente tensos. El huracán Dennis había dañado una parte
importante de la infraestructura de la red nacional. Sin embargo, la
gota que colmó la copa fue la salida de servicio de la mayor
suministradora de energía, la termoeléctrica Antonio Guiteras. Esto,
sumado a averías imprevistas en otras plantas, lo obsoleto de las
restantes (en su mayoría con 25 ó 30 años de explotación) y una
eficiencia de tan sólo el 60 por ciento. A lo que se agrega la salida
del sistema de otras plantas por mantenimiento programado, lo que colocó
al país al borde del colapso.
En su momento más crítico el déficit de generación de energía fue
cercano a los mil MW.
Entre las medidas anunciadas, y que serían aplicadas durante el año
2006, figuraban: aumento de las tarifas eléctricas, inventivas para que
las plantas de energía quemaran gas y crudo nacional, sustitución de
componentes eléctricos muy derrochadores, y la regeneración del sistema
electro energético nacional.
Se implementó entonces una campaña de ahorro en todo el país, que
consistió (en lo fundamental) en la sustitución de por lo menos cinco
millones de bombillas incandescentes por tubos de luz fría y bombillos
ahorradores, la sustitución de termostatos y juntas de puertas de los
refrigerados y la venta de electrodomésticos de bajo consumo para
sustituir a muchos de construcción casera.
El 13 de enero de 2006 se resaltaba a bombo y platillo durante un acto
oficial celebrado en la provincia Pinar del Río, la culminación del
montaje de los grupos electrógenos de la región, declarándola libre de
apagones. "Para el primero de mayo habremos alcanzado la capacidad de
generar millones de kilowatios hora, con grupos electrógenos coordinados
equivalentes a tres termoeléctricas como la Antonio Guiteras", dijo
durante el acto Fidel Castro.
¿Qué saldo arroja el programa tras un año de aplicación? ¿Se acabaron
los apagones? ¿Están ahorrando verdaderamente los cubanos?
Si bien es cierto que la frecuencia en los apagones ha disminuido
significativamente, aún no desaparecen. El mal estado de las líneas
conductoras y de los transformadores, más los bajos niveles de voltaje,
me hacen dudar del triunfalismo oficial que asegura que todo marcha bien.
En las horas pico se puede apreciar con más claridad la insuficiencia en
el suministro eléctrico, particularmente al sector residencial. Luces
que no encienden por la caída del voltaje, transformadores que explotan
por sobre calentamiento, apagones fortuitos que se hacen más frecuentes,
aumento en el pago de la tarifa eléctrica, desaparición de las tiendas
dolarizadas de los bombillos ahorradores, son algunas de los efectos
secundarios colaterales que dejó el programa.
Entre la población existe la percepción que todo el plan está diseñado
para garantizarle al estado un excedente de petróleo por concepto de
ahorro que luego vende en el mercado a muy buen precio, sacando jugosos
dividendos de esta transacción. Además, es un método comprobado por la
población el hecho de que ahora paga más que antes por igual consumo de
corriente.
Así las cosas, el verano por venir será uno de los más calientes de la
historia del planeta. No son pocos los que se muestran recelosos con la
propaganda y temen que regresen los malos tiempos.
Es justo reconocer, sin embargo, el esfuerzo que día a día miles de
lineros y decenas de ingenieros hacen por garantizar el servicio
eléctrico a la población, a pesar de las limitaciones y escaseases, que
son muchas.
Si existe un responsable de tanto mal pasado e insuficiencias presentes,
no es otro que el estado. Por décadas abandonó una dimensión de la vida
nacional que debió priorizar.
Según reveló un ingeniero consultado, la inversión que se requiere para
lograr una verdadera y definitiva solución, es multimillonaria. Recursos
con los que el estado no cuenta. Por lo pronto, los cubanos exigimos que
se nos informe con veracidad y que se solucione de una vez y por todas
lo que se tenga que solucionar.
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