En Cuba, el efecto más devastador del cambio climático es el aumento de
la frecuencia y potencia de los huracanes que atraviesan la isla, algo
que el pasado año se tradujo en pérdidas valoradas oficialmente en
US$10.000 millones.
Una empresa estatal cubana, productora de tejas de fibrocemento, está
ensayando la fabricación de nuevos techos que ejerzan una mayor
resistencia a los vientos ciclónicos y sean más baratos que los de
hormigón, que el país no puede costear.
La base es un bloque de poliestireno expandible, conocido también como
corcho blanco o poliespuma, muy usado en el embalaje de equipos
electrodomésticos. El panel se refuerza con pequeñas cantidades de
hierro y una capa de cuatro cm de hormigón.
Según los especialistas de la empresa Perdurit y del Ministerio de la
Construcción, el sistema utiliza un tercio del material que se
necesitaría para hacer un techo de hormigón y es capaz de soportar
ciclones de categoría cuatro de la escala de cinco.
En la actualidad todavía es un plan piloto. Se están cubriendo casas con
estos paneles a lo largo de toda la isla de forma que, entre por donde
entre, el huracán se encuentre con estos techos, lo que permitirá a los
ingenieros medir su resistencia real.
Viviendas y ciclones
Todos los sectores económicos y sociales en Cuba fueron afectados por
los huracanes de 2008, pero muy en particular el de la vivienda. Esto no
debería extrañar, ya que en el país hay 3,5 millones de casas, de las
cuales 1,5 millones tienen techos ligeros, tejas, guano, etc.
La primera reacción fue entregar cubiertas de fibrocemento para los
damnificados, pero, aunque esto soluciona el problema inmediato, todos
están conscientes de que el próximo ciclón se las llevará y habrá que
volver a empezar de cero.
Después de los huracanes del 2008, el gobierno prometió desarrollar una
industria de materiales de la construcción que permita mejorar el parque
habitacional cubano, en el que más del 40% de las viviendas se
encuentran en mal o regular estado.
Bueno, bonito y barato
Lázaro Tejo, director de la empresa Perdurit, lugar donde se fabrican
estos paneles, nos explica que "se trata de un derivado del petróleo que
es mucho más barato que las placas de hormigón. Se utilizan un tercio
menos de materiales".
"Además es mucho más liviano, pesa un 50% menos que la placa, por lo que
nos ahorramos mucho dinero en cimentación, columnas y vigas. Sin grandes
inversiones podemos utilizarlo en casas que antes tenían techos
ligeros", nos explica el ingeniero.
Tejo nos dice que han recibido orientaciones gubernamentales de
masificar la producción y que este año piensan culminar con la
fabricacion de 10 mil techos, la mayoría para damnificados de los
huracanes que el 2008 asolaron Cuba.
Existen tres fábricas ubicadas en el oriente, el centro y el occidente
de la isla, en las que trabajan unos 1000 obreros y podrían aumentar la
producción si se invirtiera en nuevas maquinarias para fabricar los
moldes, que cuestan hasta U$D 200 mil.
Con sus propias manos
En la provincia de Pinar del Rio están reparando por este sistema 530
techos, explica el delegado del Ministerio de la Construcción, Orestes
Núñez, y agrega que no hay problemas de fuerza de trabajo porque junto a
los obreros laboran los propios damnificados.
Fidel Hernández se levanta a las cuatro de la mañana para ordeñar sus
vacas, pero por las tardes se incorpora a la fábrica de paneles. "Estoy
reconstruyendo el techo que me llevó el ciclón" nos dice y agrega que
está dispuesto "a trabajar las horas que sean necesarias".
"El material es tan liviano que para ponerlo no hacen falta grúas, basta
con siete obreros y se tarda alrededor de 15 días", dice Núñez, y
explica que el costo de un techo de 60 m2 es de unos $4000 (U$D166)
"pero el Estado subvenciona una parte".
De hecho, cuando llegamos a la casa de Alberto Cruz, una de las primeras
en ser cubiertas con estos paneles, el campesino nos dice que no tiene
idea de cuánto le cobrarán, pero está seguro de que "no será mucho" y
que le darán facilidades de pago.
A las tres de la tarde era un verdadero placer entrar en el frescor de
aquella casa. La poliespuma funciona como aislante y se calcula que hace
descender la temperatura entre 3 y 4 grados, un beneficio colateral que
en el trópico siempre se agradece.
http://www.bbc.co.uk/mundo/participe/2009/05/090505_participe_cambio_climatico_cuba_am.shtml
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