12-05-2011.
Elías Amor Bravo
Economista, ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Si en los diez primeros "lineamientos"
aparece con especial incidencia el papel socialista de la economía, la
prioridad de la planificación y el orden y disciplina como elementos
fundamentales de la estrategia de cambio propuesta por los comunistas
cubanos, en los lineamientos que van del 11 al 24 en los que se hace
referencia a la "esfera empresarial" aparece un espíritu diferente y a
la vez contradictorio. Veamos por qué.
El término "esfera empresarial" no acaba de gustarme. Considerar a las
empresas como una esfera, o pensar en la organización empresarial como
una forma esférica, es aceptar la visión compartimentada que caracteriza
a la economía castrista, y que hace muy difícil su funcionamiento
eficiente. Entender cada una de las actividades que integran la economía
como estancos aislados y de forma esférica, es pensar en términos de un
"universo estelar", que gira y gira dando vueltas a lo tonto, que nada
tiene que ver con las interdependencias y cruces que caracterizan a la
economía real.
Aparte de esta cuestión sideral y astronómica para situar en qué piensan
los comunistas cubanos al hablar de las empresas, en el "lineamiento"
11, cuya redacción mejora respecto del texto inicial en términos de
moderno "Management empresarial", al eliminar "organizar y realizar" por
su inclusión en el término "dirigir", se propone, como añadido respecto
a la redacción inicial, "flexibilizar el objeto social de las empresas",
a fin de que puedan desplegar al máximo sus potencialidades.
En total, 880 opiniones suscriben esta propuesta que guarda estrecha
relación con el "corsé restrictivo" creado por la planificación central,
con el que se han visto obligadas a funcionar las empresas en la Isla
durante décadas, lo que impide cualquier orientación hacia la
eficiencia. Lo malo es que tanta flexibilidad puede llevar a que
empresas dedicadas a fabricar cubiertos de mesa, terminen construyendo
viviendas, y eso, de alguna manera lo que pone de manifiesto es una
insuficiencia clara de la base empresarial y productiva existente en la
economía.
Los "lineamientos" 12 y 14 juegan a decir primero "digo", y luego dicen
"diego" o justo lo contrario, alimentando más si cabe la incertidumbre.
La referencia esta vez corresponde al "control empresarial", donde
finalmente los "controles administrativos" ganan la partida y vuelven a
adquirir una relevancia en los procesos, junto a la carga de los
controles, que lejos de suprimirse como se proponía en la redacción
inicial, "se reduce" en la redacción final. En cierto modo es una forma
como otra cualquiera de mantener la economía bajo el control del aparato
político. Y vuelta atrás.
El "lineamiento" 16 introduce la posibilidad de liquidar empresas o
cooperativas (éstas no aparecían en la redacción inicial) que incurran
en pérdidas, y otras situaciones de falta de actividad coyunturales,
previendo su eventual transformación en "otras formas de gestión no
estatal", en lo que se podría interpretar como una salida de la carga de
ineficiencia de la economía castrista por la vía rápida: las empresas
que no funcionen, se transforman, después de un reajuste en otra cosa, y
a ver qué pasa.
Como no es posible comprender cuáles son esas "formas de gestión no
estatal" a las que se refieren, conviene ser muy prudentes hacia este
"lineamiento" y lo que pretende conseguir. Da la impresión, visto desde
fuera, que los dirigentes castristas están preparando un sector de
expertos en reflotación de empresas estatales con pérdidas para su
transformación en otra cosa ¿Posibles ventas a inversores extranjeros?
Por soñar y tener pesadillas, que no quede. Capitalismo en estado puro.
El "lineamiento" 17 elimina la aportación de subsidios a las empresas
para cubrir pérdidas y es una aportación del congreso comunista, ya
situados en las antípodas de cualquier referente ideológico
internacional. Otra vez aflora el capitalismo comunista. La nueva
redacción del "lineamiento" es mucho más directa que en la primera
versión, donde se intentaba bordear esta cuestión. Es cierto que el
"lineamiento" 21 vuelve sobre el mismo tema, al permitir a las empresas
aportar de sus utilidades después de impuestos, a unos fondos en la
"organización superior de dirección empresarial", tampoco se sabe muy
bien qué es esto, destinados a compensar desequilibrios financieros,
ofreciendo así una solución a un "lineamiento" ciertamente controvertido.
El "lineamiento" 18 permite a las empresas dotarse de fondos para su
desarrollo, las inversiones y el estímulo a los trabajadores, pero y
aquí viene la anormalidad, después de pagar impuestos y cumplir
compromisos con el estado y "requisitos establecidos". En cualquier
economía convencional, esas aportaciones empresariales al desarrollo no
salen del neto, que es la retribución del accionista, sino que se
detraen de la cuenta de explotación, es decir, de sus ingresos por ventas.
Las primas a los trabajadores, incentivos o complementos de
productividad, se incluyen en las retribuciones salariales, no en el
beneficio neto, después de impuestos. La pregunta que muchos se harán es
la misma, ¿Qué quedará después de todo lo que se tiene que pagar para
esos "fondos de desarrollo"? Para no dejar duda contable suelta, el
"lineamiento" 19 fija la retribución de "trabajadores y sus jefes" (esto
último añadido) a los resultados que se obtengan, en cierto modo, un
reparto de beneficios ad hoc que se hace ciertamente complicado y que el
gobierno, vía impuestos puede eliminar o incentivar.
En "lineamiento" 19 rompe la unidad tributaria territorial, al permitir
que las empresas y cooperativas paguen sus tributos locales, definidos a
nivel central, teniendo "en cuenta las particularidades de cada
municipio" siendo añadido este texto en los debates del congreso.
El "lineamiento" 22 trata de evitar que las plantillas de las empresas
se vuelvan a inflar de manera artificial, así mismo se reconoce en el
documento, introduciendo el término "cumpliendo los indicadores
establecidos en el plan", y con 922 opiniones en ese sentido. No deja de
ser curioso que el aumento de plantillas de las empresas estatales y su
baja productividad pueda venir derivado de un incumplimiento de los
planes. Entonces, ¿para qué sirven los planes y por qué se incumplen de
forma sistemática?
En este apartado, destacar la aparición de un nuevo "lineamiento" que
apuesta por la integración del "perfeccionamiento empresarial" en las
políticas del modelo económico para lograr empresas más eficientes y
competitivas. Si no lo ha logrado desde su implantación en 1985, cabe
preguntarse qué puede conseguir ahora por mucho que su creador, Marino
Murillo, esté al frente de los "lineamientos".
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32261
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