Camino equivocado
Las autoridades no parecen percatarse de la situación que se avecina, y
no preparan el país para al menos hacer una resistencia elemental al
peligro que acecha a la economía mundial, y en particular a Cuba
Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 13/09/2011
Las dificultades de todo tipo que enfrenta Cuba aumentan aceleradamente.
Las reformas iniciadas por el presidente Raúl Castro, insuficientes y
limitadas, no han brindado los beneficios esperados y, en consecuencia,
la crisis sigue profundizándose. Ni siquiera se ha podido atenuar el
proceso de descapitalización comenzado en los años noventa, por el
contrario, se acrecienta en un continuo proceso de autofagia.
Es muy probable que la situación se complique mucho más en los próximos
meses, si se cumplen los vaticinios de muchos expertos de que la
economía mundial entrará en una nueva recesión todavía más intensa y
destructiva que la de 2008-2009, cuyo negativo legado todavía no ha sido
superado totalmente. De todos modos, ya se manifiesta una severa
ralentización en el crecimiento de los países más desarrollados, con un
impacto negativo en las naciones más pobres del mundo.
Por supuesto, la endeudada y destruida economía cubana, sin reservas de
ningún tipo, con una población que en un alto por ciento vive por debajo
de niveles de subsistencia, sin haberse preparado mínimamente para
enfrentar una situación internacional crítica, sufrirá
extraordinariamente. Pero aún más, las autoridades no parecen percatarse
de la situación que se avecina, y no preparan el país para al menos
hacer una resistencia elemental al peligro que acecha a la economía
mundial, y en particular a Cuba.
Los pasos dados continúan siendo extraordinariamente limitados e
insuficientes, y algunos hasta son ridículos. A comienzos de septiembre
la prensa cubana anunció como un gran suceso que se ampliarán los
oficios de 178 a 181 al permitirse el trabajo de granitero, agente de
seguros y organizador de servicios integrales para fiestas de quince,
bodas y otras.
Asimismo, se hace la gran concesión de permitir la contratación de
fuerza de trabajo en todas las actividades, y para las primeras cinco
personas contratadas no se cobrarán impuestos. En esas condiciones,
queda igual el pago de impuestos por la contratación de más de cinco
trabajadores, con un impuesto progresivo que para 15 trabajadores o más,
por su magnitud, podría ser hasta superior que el salario abonado,
manteniéndose a la vez el colosal impuesto sobre el ingreso neto anual,
que puede alcanzar hasta el 50,0 % del mismo; mecanismos diseñados para
impedir el crecimiento y la prosperidad de las iniciativas individuales,
a fin de mantenerlas a niveles controlables estrechamente por el Estado.
Entre otras medidas aplicadas de mínima significación para el conjunto
de la economía, están que la modalidad de "carretillero" asume la
denominación de carretillero o vendedor de productos agrícolas de forma
ambulatoria, así como la reducción de la cuota mínima mensual del
impuesto por alquiler de habitaciones, el aumento a 50 capacidades (30
anteriormente autorizadas) en paladares (restaurantes), y la
consideración como gasto deducible hasta un 40,0% de los ingresos
anuales de los cocheros. Todavía no se ha anunciado si se aplicarán
medidas flexibilizadoras a las tierras entregadas en usufructo, como la
libertad a los campesinos para vender sus cosechas en el mercado sin la
interferencia de intermediarios estatales.
Las reformas siguen trabadas, mientras los peligros reales de un
agravamiento de la situación internacional con repercusión interna
crecen. Cuando la recesión ocurrió en 2008, sus efectos en Cuba fueron
muy fuertes por la caída del turismo, las remesas y los precios del
níquel. Esto provocó el impago generalizado a los socios extranjeros,
que aún no se ha resuelto totalmente. Una nueva recesión hallará el país
más débil y, posiblemente, las consecuencias serán más serias, con mayor
alcance y profundidad. Los países desarrollados tienen menos recursos
financieros, al haberse empleado para afrontar los problemas generados
por la anterior recesión, comprendidas tasas de interés que difícilmente
puedan reducirse más para promover el crédito y la actividad económica.
También existe una situación política distinta, en particular en el país
más rico del mundo, Estados Unidos, a casi un año de efectuarse las
elecciones presidenciales, con fuerzas que no tienen ningún interés de
que la actual Administración resuelva las dificultades actuales, y se
anote éxitos. Esto resultó evidente en las recientes discusiones entre
el ejecutivo y legisladores republicanos para elevar el techo de la
deuda norteamericana.
En cuanto a Cuba, la situación podría complicarse aún más por cuanto su
mayor activo actual, Venezuela, extremadamente dependiente del precio
del petróleo, probablemente vea reducidos sus ingresos en divisas a unos
meses de efectuarse las elecciones presidenciales, cuando Chávez ya
afronta dificultades para ser reelecto. Recuérdese que cuando la
recesión 2008-2009 incidió de forma negativa en el precio del
combustible, ello provocó caídas de su PIB en los años 2009 y 2010, con
un modesto crecimiento en el primer semestre del presente año, todavía
sustantivamente inferior a los niveles alcanzados por Sudamérica. Todo
esto sin tener en consideración la enfermedad del caudillo.
Estos factores, unidos o separados, podrían limitar o poner término a la
vital subvención venezolana. Hoy la Isla recibe alrededor de 100.000
barriles diarios de petróleo en condiciones ventajosas, créditos
especiales para financiar importantes proyectos, así como tiene acuerdos
que permiten las exportación de servicios por un monto superior a los
5,0 miles de millones de dólares anuales, un valor relativamente cercano
a la suma total de las ventas cubanas de bienes, los ingresos por
turismo y las remesas, que en conjunto podrían estar en un entorno de
7,0 miles de millones de dólares.
El cuadro que tiene ante sí el gobierno no es sólo complicado por las
dificultades económicas actuales y por venir, sino también porque hay un
significativo deterioro del ambiente político interno, con un aumento de
los sentimientos populares de frustración y falta de esperanza, que
seguramente se incrementarán notablemente si hubiera un deterioro
económico adicional al existente; creándose condiciones para el
crecimiento de las tensiones sociales y eventualmente de brotes de
violencia.
Las autoridades están tomando medidas de atrincheramiento y aumento de
la represión, en lugar de promover cambios que faciliten la vida de los
cubanos. En los últimos tiempos, los reclamos pacíficos de libertad y
respeto a los derechos humanos han sido respondidos con violencia por
parte de turbas organizadas desde el gobierno y la detención de personas
por cortos períodos. Ante indagaciones realizadas por la Iglesia
Católica sobre las causas de la violencia, hipócrita e insólitamente han
respondido que las acciones agresivas contra el pueblo no han sido
ordenadas desde instancias superiores del gobierno, como si en Cuba
alguien pudiera hacer algo semejante sin que estuviera auspiciado y
autorizado oficialmente.
Paralelamente, se han acometido acciones contra la prensa extranjera
acreditada en Cuba, como la prohibición de entrada al país de un nuevo
jefe de la agencia France Press, y no se le extendió el permiso de
acreditación a Mauricio Vicent, corresponsal de El País y la Cadena Ser
desde hacía 20 años. Resulta evidente la intención de esparcir el temor
a ser expulsados entre los periodistas extranjeros y procurar acallarlos
para que no transmitan despachos objetivos. Igualmente, está en marcha
una campaña hacia el exterior contra el cantautor Pablo Milanés, para lo
cual se han decidido a utilizar hasta a sus agentes más selectos.
Aquellos usados en momentos álgidos como la Primavera Negra de 2003. Es
el caso de Silvio Rodríguez.
El gobierno, inmerso en sus temores y contradicciones para hacer frente
a sus crecientes dificultades, parece haber escogido la vía de las
persecuciones y represiones, como en otras ocasiones, para crear un
clima de terror y miedo, dejando de lado los cambios prometidos. Debería
tener en cuenta que por esa senda quisieron transitar los gobiernos
autocráticos de Túnez, Egipto, Libia, y solo lograron incrementar la
rebeldía popular. Esto podría suceder en Cuba, si las autoridades
intentan continuar por ese camino.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/camino-equivocado-268074
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