EE UU dice que América Latina apoya la presión a Cuba
El Gobierno de Obama afirma que la isla no cuenta ya con la "excusa"
para no efectuar cambios internos
SILVIA AYUSO Washington 3 FEB 2015 - 22:09 CET
Estados Unidos no se engaña sobre la "naturaleza" del gobierno cubano y
su falta de interés en lograr los avances democráticos y de respeto de
los derechos humanos que Washington desea ver en la isla. Pero el cambio
de política anunciado en diciembre por el presidente Barack Obama le ha
quitado a La Habana la "excusa" usada durante medio siglo para no
efectuar reformas políticas internas. Y, lo que es más importante para
EE UU, está logrando que cada vez más países de la región se comprometan
a presionar a la isla por las cuestiones de derechos humanos y
libertades fundamentales como quiere Washington, según aseguraron altos
responsables del gobierno estadounidense en la primera audiencia pública
sobre el cambio de política celebrada en el Congreso.
"Estamos recibiendo señales ya de que nuestra nueva estrategia nos da
más capacidad de integrar a otras naciones del hemisferio y en el mundo
en la promoción del respeto de las libertades fundamentales en Cuba",
afirmó la secretaria de Estado adjunta para América Latina, Roberta
Jacobson, ante el Subcomité para el Hemisferio Occidental del Senado. La
alta funcionaria dirigió la primera ronda de negociaciones para
normalizar las relaciones, el 21 y 22 de enero en La Habana.
En esas mismas fechas, el secretario de Estado adjunto para Democracia,
Derechos Humanos y Trabajo, Tom Malinowski, encabezaba la delegación
estadounidense que asistió a la asunción del presidente Evo Morales en
Bolivia. Según ha revelado ahora, fue con el "propósito expreso" de
aprovechar la presencia de numerosos mandatarios y altos representantes
del Hemisferio Occidental para "urgirles para que se unan a nosotros
para presionar al gobierno cubano en materia de derechos humanos y
democracia".
Y la respuesta, aseveró, fue "abrumadora". "Hemos notado que hay una
reacción completamente nueva en nuestras interacciones con los líderes
hemisféricos cuando les pedimos que nos ayuden con los derechos humanos
en Cuba, y pensamos aprovecharlo", señaló. Algo que, agregó, está
poniendo "nervioso" al gobierno de Raúl Castro, "porque ahora la presión
está sobre ellos, que era el objetivo de esta estrategia".
Que ésta tenga éxito es algo que sin embargo ningún alto funcionario del
Gobierno de Obama se atreve a prometer aún. Malinowski confirmó este
lunes las cifras de la oposición cubana, que calcula que en enero se
produjeron más de un centenar de detenciones temporales por motivos
políticos, un número más bajo que en los últimos años pero aún
significativo. "Esta administración no se hace ilusiones sobre la
naturaleza del Gobierno cubano", acotó Jacobson. Pero negó rotundamente
las acusaciones de los senadores críticos con el proceso de diálogo con
Cuba -encabezados por el republicano Marco Rubio y el demócrata Bob
Menéndez, ambos de origen cubano y con "profundas reservas" ante lo que
califican un "mal acuerdo"- de que las conversaciones supongan una mera
"concesión" a La Habana.
La nueva política hacia Cuba divide a los congresistas
La audiencia sirvió de hecho para constatar que los cambios de política
han creado una división no necesariamente entre partidos, sino entre
posiciones más allá de las formaciones políticas. La dura postura del
republicano Marco Rubio frente a los cambios de política decididos por
el presidente Obama recibió el respaldo explícito no necesariamente de
sus colegas de bancada, sino del demócrata Bob Menéndez que, como él, es
de origen cubano y un fuerte crítico de cualquier apertura hacia la
isla. Por el contrario, el republicano Jeff Flake, sentado en el mismo
comité que preside Rubio, se distanció en sus declaraciones de la
posición del senador por Florida, como ya lo ha hecho legislativamente.
"No estamos de acuerdo en este tema", subrayó Flake ante su colega de
partido. Flake es el patrocinador de una propuesta de ley bipartidista
presentada la semana pasada que pretende levantar todas las
restricciones que aún pesan para que los estadounidenses viajen
libremente hacia la isla. Además, firmó una carta de apoyo a las medidas
de Obama que cuenta con la rúbrica de otros prominentes republicanos
como el "presidenciable" Rand Paul.
Jacobson confirmó ante los legisladores que la próxima ronda de
negociaciones con Cuba tendrá lugar este mismo mes, probablemente en
Washington. No obstante, advirtió de que el proceso de normalización
total de las relaciones va a llevar "años" y que el restablecimiento de
relaciones diplomáticas no es más que "el primer paso".
Miriam Leiva: No se debe perder la oportunidad abierta en Cuba
S. AYUSO
Miriam Leiva es enjuta y a veces titubea a la hora de expresarse en
inglés. Pero la voz de una de las disidentes más conocidas de Cuba no
tembló cuando este martes afirmó, ante una audiencia del Senado de
Estados Unidos, que Washington no puede dejar escapar la oportunidad
abierta en la isla con el anuncio de la normalización de relaciones tras
50 años de política de aislamiento.
"Hay ahora una oportunidad única para ayudar al pueblo cubano y no debe
desperdiciarse", instó en su primera alocución en directo ante una
comisión del Senado norteamericano.
Antes de su esperada intervención, junto con los también disidentes
cubanos Manuel Cuesta Morúa, que apoya su posición favorable al cambio
de política decidido por el presidente Obama, y Rosa María Payá y Berta
Soler, más escépticas con la nueva estrategia hacia La Habana, Leiva
había asegurado que el pueblo cubano está "muy contento y esperanzado"
con esta nueva situación que no se debe dejar pasar.
"Estamos en el momento más importante de Cuba, que no podemos perder, en
los próximos cuatro años se preparan los cambios y hay una mayor
oportunidad de tener una mayor participación de la sociedad civil y el
pueblo cubano", dijo en un encuentro con periodistas previo a la sesión
parlamentaria.
"Este es el momento de definición, hay que tener la mente muy abierta,
es una época de retos y amenazas, pero también de esperanza y
oportunidad", insistió.
Para Cuesta Morúa, el cambio de política de EE UU no garantiza la
llegada de la libertad a la isla. Eso, subrayó, es "cuestión exclusiva
de los cubanos". Dicho lo cual, señaló ante los senadores, "esta nueva
política nos brinda mejores opciones para obtenerla por nosotros mismos".
La hija del fallecido disidente Oswaldo Payá subrayó por su parte la
importancia de que en el proceso de apertura tenga un espacio de
participación la sociedad cubana, mientras que Soler reiteró la demanda
de que Cuba liberte a todos los presos políticos sin excepciones,
reconozca a la sociedad civil, elimine la penalización de la libertad de
expresión y permita elecciones libres.
Source: EE UU dice que América Latina apoya la presión a Cuba |
Internacional | EL PAÍS -
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