El embargo interno ahoga a los cubanos
LA HABANA.- El embargo interno se ha flexibilizado, pero todavía los
cubanos no tenemos derechos a contratar una cuenta de internet en casa,
pasear o pescar en un yate de motor o acceder a ciertos servicios de
salud exclusivos para extranjeros
LA HABANA.- IVÁN GARCÍA
Especial
En el verano pasado, Lisván, de 48 años, dueño de un pequeño estudio
fotográfico en un barrio en el oeste de La Habana, sufrió en carne
propia las secuelas de las prohibiciones absurdas del régimen de Castro
hacia sus ciudadanos.
Con las ganancias obtenidas de su negocio y luego de estar guardando
parte del dinero enviado por su familia desde el exterior, se alojó
cinco noches con su esposa e hija por 822 pesos convertibles en el hotel
Meliá Marina Varadero.
"En la playa 'trabé' [hice] amistad con un grupo de canadienses. Una
mañana querían invitarme a pescar en un yate que habían alquilado. Pero
a pesar de ser huésped del hotel, los funcionarios de la marina no me
autorizaron. Ningún ciudadano cubano residente la isla, sin permiso del
Estado, puede subir a bordo de una embarcación con motor", relató.
Diez años atrás, las prohibiciones eran aún más aberrantes. Los cubanos
no podían alojarse en hoteles, rentar autos o tener una línea de
teléfono móvil.
Sentarse en el lobby de un hotel te convertía en una persona sospechosa
para la Seguridad del Estado. Con la llegada de Raúl Castro al poder,
tras el dedazo ejecutivo de su hermano Fidel, varias normas
discriminatorias fueron derogadas.
Los cubanos eran ciudadanos de tercera en su propio país. Óscar,
cantinero de un hotel habanero de cinco estrellas, participó como
soldado raso en la guerra civil de Angola.
"Nosotros, los que habíamos apoyado a Fidel, los que nos 'comíamos una
soga' [la pasábamos mal] en nuestro país debido a la escasez, no
podíamos subir a la habitación de un amigo extranjero. Y los cubanos que
se habían marchado a la Florida, calificados como 'gusanos' por el
Gobierno, tenían derecho a disfrutar de los centros turísticos. Era una
contradicción olímpica", recordó.
En el invierno de 2015 esas prohibiciones ya no existen. Pero en vigor
se mantienen varias normas que vulneran los derechos inalienables de los
ciudadanos de la isla.
Se habla mucho, con argumentos a favor y en contra, del embargo
económico y financiero de Estados Unidos al régimen de Raúl Castro, pero
en los foros internacionales se debate poco del embargo del Estado verde
olivo a su gente.
El embargo interno se ha flexibilizado, pero todavía los cubanos no
tenemos derechos a contratar una cuenta de internet en casa, pasear o
pescar en un yate de motor o acceder a ciertos servicios de salud
exclusivos para extranjeros.
Los derechos civiles apenas existen. No se permite la apertura de
partidos políticos, manifestaciones callejeras, huelgas obreras,
sindicatos autónomos, elecciones libres y populares para elegir un
presidente, periódicos independientes ni contratar canales televisivos
por cable.
Es delito de cárcel ofender la figura del que gobierna y, desde 2002,
tras una campaña de Fidel Castro, ninguna agrupación de la sociedad
civil puede presentar una propuesta para cambiar la Constitución.
El sistema es perpetuo. Los gobernantes cubanos son una casta intocable.
El pueblo se debe a ellos, no viceversa. El Estado es el único
autorizado para difundir noticias, libros y películas.
Aunque existen periodistas independientes, partidos disidentes y una
incipiente sociedad civil, el régimen mantiene una legislación que
permite sancionar las discrepancias políticas con años de prisión.
Cuba es el único país del hemisferio occidental donde la oposición
política es ilegal. No se permiten chistes o caricaturas a ejecutivos de
la autocracia. Una revista como Charlie Hebdo es imposible en la isla.
Continúan vigentes normas discriminatorias que impiden la libre
circulación de cubanos dentro de su propio país, como el decreto 217 de
1997. El Ministerio del Interior desmantela pequeñas redes Wi-Fi locales
donde los jóvenes juegan en la internet, envían filmes o chatean.
Incluso, algunas de estas normas perversas han sufrido una nueva vuelta
de rosca. La Aduana General de la República ha implementado un grupo de
medidas para frenar las importaciones de los viajeros de origen cubano.
Estas regulaciones afectan la calidad de vida y el bolsillo de las
familias en Cuba. Pregúntenle a Migdalia, ingeniera. En los últimos dos
meses ha gastado 75 cuc por recibir paquetes que se exceden del
kilogramo y medio autorizado por las autoridades.
En las valijas no venían folletos "contrarrevolucionarios", ni artículos
de lujo, sólo ropa y regalos por el cumpleaños de su hija. Es el embargo
del régimen de Castro el que provoca más perjuicios al cubano de a pie.
El otro, el estadounidense, es más mediático que efectivo.
Source: El embargo interno ahoga a los cubanos :: Diario las Americas ::
Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/4847_cuba/2932705_embargo-interno-ahoga-cubanos-habana.html
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