Ofensiva empresarial en Cuba
Las empresas españolas rediseñan su estrategia en la isla para
adelantarse al desembarco de la inversión estadounidense
CÉSAR URRUTIAMadrid Actualizado:30/05/2015 02:26 horas
Los avances de Cuba y Estados Unidos en el restablecimiento de
relaciones tras 54 años de embargo mantienen alerta a los empresarios
españoles, tanto a los que ya están allí presentes como los que ven el
proceso como la mejor oportunidad en medio siglo para invertir en la
isla. Paso a paso, se consolida el desbloqueo y ayer, seis meses después
de que los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaran por
sorpresa el comienzo del proceso, Washington retiró a Cuba de su lista
negra de países que apoyan el terrorismo.
La medida es un paso clave en una dirección, la de normalizar las
relaciones políticas y comerciales entre ambos países, que genera
grandes expectativas sobre el potencial del cambio en Cuba. Nadie duda
del protagonismo de Estados Unidos en el proceso, pero existe interés
por «tomar posiciones». «El cambio es irreversible pero hay exceso de
optimismo acerca de los plazos», sostiene Gabriel Escarrer, presidente
de Meliá Hotels, la empresa española más veterana en la isla.
Además de los casi 60 años de guerra fría entre ambos países, los plazos
hacen referencia al embargo que, a pesar de la iniciativa de Obama,
mantiene el Congreso en Estados Unidos fomentado con fondos del lobby
cubano en Miami. «La Ley está ahí y el año que viene hay elecciones en
Estados Unidos», advierte el empresario de origen cubano Leopoldo
Fernández Pujals.
Para Pujals, que abandonó Cuba junto con su familia con 13 años en 1960,
el régimen cubano es «un régimen asesino que ha traficado con armas
drogas y seres humanos».
Sin avances hasta 2017
El empresario que se hizo millonario con Telepizza y redoblará su
fortuna con la venta de Jazztel es un activista del lobby cubano. «Si
salen los republicanos todo se dará la vuelta y si salen los demócratas
se verá lo que pasa. En el mejor de los casos no habrá grandes avances
hasta 2017», advierte.
El pasado abril, el secretario de Estado de Comercio de España, Jaime
García-Legaz -el político español de más alto rango que ha visitado el
país en los últimos meses- encabezó una delegación de 45 empresas
españolas para estudiar inversiones en la isla. La Habana también
recibió esos días a empresarios japoneses, franceses y canadienses y
hace apenas 15 días Francois Hollande aterrizó en la isla para pedir el
fin del embargo.
La reconstrucción de infraestructuras es una necesidad evidente en Cuba
y la falta de obra pública en España ha forzado un éxodo de empresas
pero la patronal de constructores, Seopan, descartó profundizar por la
falta de seguridad jurídica que suponen las leyes del Congreso
estadounidense que penalizan a las empresas que establecen relaciones
económicas con la isla.
Oportunidad en el turismo
No sucede así con el turismo, el área donde los principales empresarios
españoles han puesto el ojo. Meliá Hotels tiene actualmente 27 hoteles
con 13.000 habitaciones en Cuba, que opera en régimen de gestión porque
la propiedad es pública.
La relajación desde enero de las normas que regulan los viajes de
estadounidenses a la isla son la mejor noticia para estos empresarios.
En 2014, Cuba -cuyo PIBdepende en un 10% del turismo según la OMT-
recibió un total de tres millones de turistas, de los que poco más de
100.000 eran estadounidenses. La expectativa es que con mejores
relaciones esos tres millones sean a medio plazo solo estadounidenses
con lo que el negocio se duplicará.
Entre quienes ya han avanzado en este sentido figura Juan José Hidalgo,
presidente de Globalia. Gracias a su grupo de agencias de viajes y a su
aerolínea, Air Europa, Hidalgo, que declara conocer Cuba desde hace 40
años, es ya una potencia en República Domincana. Reconocido por su don
de la oportunidad, apostó por reemplazar a Iberia cuando la antigua
aerolínea de bandera abandonó la ruta entre Madrid y La Habana. Iberia
retomará la ruta esta semana.
«Todo ha cambiado ya, pero sobre todo es que el cambio ya está en la
calle, en la gente», dice. Hidalgo estuvo en Cuba en la primera semana
de mayo. Coincide en que los objetivos que persigue el proceso en
términos de apertura económica se verán en una década. Pero entre los
nuevos proyectos que asegura estudiar ya en la isla destaca un hotel de
1.000 habitaciones en Varadero, la localidad más turística del país.
La competencia de EEUU
En Estados Unidos, la segunda economía mundial a tan solo 160 kilómetros
de distancia, está la esperanza y, también, parte del riesgo de una gran
competencia. «El crecimiento del negocio que traerá la futura apertura a
un mercado tan importante para todo el Caribe como es el Estadounidense,
es una gran noticia, y un acicate para mantener y fortalecer nuestra
posición», piensa Escarrer. «Pero para los nuevos empresarios que deséen
implantarse ahora a la vista de las nuevas expectativas, creo que será
difícil competir con los grandes grupos norteamericanos e
internacionales que sin duda querrán posicionarse con fuerza», avisa.
A finales de los años 90, Meliá llegó a ser acosada por la
Administración estadounidense por su presencia en Cuba. Salvada aquella
crisis, resulta curioso que su próxima apertura será este año en Miami,
la cuna del anticastrismo. En esos años era ministro de Exteriores el
empresario ibicenco Abel Matutes, que con complejos hoteleros de su
compañía Palladium Hotel Group en el Caribe, hoy sigue de cerca el
proceso con sus empresas participadas Baleària -naviera que ha pedido al
Departamento estadounidense del Tesoro una de las nuevas licencias para
conectar Florida con La Habana- y la propia Globalia, perteneciente a
Hidalgo.
Ritmo más lento
«El ritmo será más lento de lo que algunos creen», pronostica Matutes.
La amenaza de sufrir problemas legales en el mercado estadounidense es
uno de los principales riesgos que el empresario ve aún latente. «Sería
muy conveniente que también se produjeran cambios en este ámbito.
Los inversores necesitan contar con un marco jurídico estable que les
permita involucrarse en nuevos proyectos con cierta seguridad y
confianza. No podemos olvidar que la confianza es uno de los puntos que
determinan las inversiones», afirma. Y subraya como igualmente
«conveniente» la necesidad de «llevar este proceso a todos los sectores
implicados para evitar conflictos en el futuro» en alusión al exilio cubano.
Con sede principal en Miami, la colonia cubana, la segunda más
influyente en el Congreso estadounidense tras la judía, ha reaccionado a
la apertura del proceso dividiéndose entre quienes consideran la
iniciativa de Obama una traición y quienes lo consienten. Pujals está
entre los segundos.
Infraestructuras
«Ningún negocio en Cuba será próspero sin Estados Unidos y el embargo no
se debe levantar. En una hipótesis de economía abierta y democracia,
había gran número de sectores que cubrir pero, lógicamente, la
construcción y las infraestructuras serían de los primeros.
Posiblemente muchos de los empresarios españoles piensan: 'Vamos para
allí antes de que lleguen los americanos'. Y en esas los cubanos
piensan: 'Y nosotros qué?' Esta gente se cree que aún andamos en
taparrabos. Si llega la democracia a la isla, hay gente que puede ganar
unas elecciones libres y que no olvidará a quienes hicieron negocios con
el régimen. Ni sus inversiones ni la deuda que exista con ellos se
reconocerá», afirma.
Source: Ofensiva empresarial en Cuba | Economía | EL MUNDO -
http://www.elmundo.es/economia/2015/05/30/5568c933268e3e92518b45a6.html
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