Tuesday, August 25, 2015

'Ni bancos ni buena conexión ni un carajo'

'Ni bancos ni buena conexión ni un carajo'
MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 25 Ago 2015 - 10:25 am.

En la calle o en las oficinas de ETECSA o en los hoteles, los habaneros
quieren navegar de cualquier modo posible.

Como en medio de una feria la gente va a conectarse al parque Fe del Valle.

"Teclado y mouse a 27", avisa un negociante, y para dar credibilidad a
su venta cuenta cómo ese que tiene en la mano ya lo tiene vendido porque
"son buenísimos".

"Manos libres, mami, para que oigas mejor", se oye decir a otro y,
cuando la "mami" le pregunta por el precio, él se acerca como si a la
misma vez la quisiera seducir, y le responde: "A siete".

"Tarjeta de una hora a tres", dice otro y no se detiene mucho. "Porque a
nosotros nos tienen marcados", explica, pero la gente ya sabe a quién
preguntarle si se les acaba la hora que compraron a 2 CUC en cualquier
telepunto de ETECSA.

"Conectify, conectify", es el pregón más reciente. "A dos pesos la hora,
conectify."

"Esta es la competencia de los vendedores de tarjetas, que eran a su vez
la competencia de la ineptitud de ETECSA", comenta Karolina, que no es
primera vez que se ve obligada a conectarse de ese modo porque "en los
telepuntos se pierde el día entero".

Conectify permite que desde una laptop sea amplificada una red WiFi que
a su vez distribuye la señal WiFi de ETECSA a través de los usuarios que
crea cada tarjeta de internet que vende la empresa. Eso implica que las
siete u ocho personas que se conecten tienen que estar a menos de un
metro de distancia del proveedor.

"Por ejemplo, en el parque Fe del Valle hay uno que se llama K-star",
cuenta Karolina. "Ese tipo está quintuplicando como mínimo su
inversión, pero lo más jodido es que la conexión es peor de lo que ya
está porque con la escondedera hay que alejarse demasiado de la antena
WiFi."

Y si alguien protesta el propio K-star dice: "No, ya eso es problema del
Gobierno. La conexión de ETECSA es muy mala".

K-star, como los demás, brindan otros servicios. Pasar Imo por bluetooth
e instalarlo, o cualquier otra aplicación por sencilla que sea, cuesta
un dólar o más.

"Oye, y con el calor que hace los ves todos los días por la tarde
aglomerados. Unos hablando por Imo con la familia; el tipo de la laptop
cogiéndole y trasteándole los dispositivos a todo el que quiere
conectarse a través de él; el intermediario que pregona el servicio
toreando a la gente para que se pegue más; el vendedor de cualquier cosa
que no está conectado, peligrosamente pegado a las carteras de la
gente…", enumera Luis, trabajador de la Feria de Flogar.

Y agrega: "Aquí es a dos, pero en el Vedado era hasta hace unos días a 1
CUC la hora. Pero claro, la policía abre más fuego aquí que en el
Vedado. Y ese intermediario que aparentemente no pinta nada es la
conexión con la policía también. A mí no hay quien me meta un cuento
porque yo los veo todos los días y estos tipos son de todo".

"Si no los cogen con la mano en la masa, no hay manera de detenerlos",
apunta un informático de ETECSA, que prefiere no ser identificado. "Y
por mí, qué bien, ¿no?"

Además aconseja: "Si quieres mandar algo conflictivo, no entres por tu
usuario de Nauta. No tenemos cómo rastrear cada tarjeta que vendemos.
Esa es una ventanilla a la libertad que significa internet".

"Aquí no hay ni baños ni comida, el vendedor de mani pasa muy poco, y si
no traes agua de tu casa ni sueñes en comprarla en el 'Rapidito' de la
esquina, porque casi nunca hay", Karolina termina de contar su experiencia.

"Qué bucólico, verdad? La gente tirada en las esquinas, sobre la acera o
sobre la hierba, tratando de coger internet", se ríe Yahima Rodríguez,
profesora de Español, ahora enfermera. "Y el periódico con un artículo a
doble página diciendo lo linda que se ve la juventud así. Serán cínicos.
Ni bancos ni buena conexión ni un carajo."

En La Rampa la gente se puede conectar donde quiera pero no se puede
sentar frente a ninguna institución del Gobierno porque los custodios te
sacan con el pretexto de que es "un centro de trabajo".

En ETECSA

Son las 8:30 de la mañana y ya hay una cola para entrar a ETECSA que
asusta. La gente casi madruga para poder recargar la cuenta Nauta o para
sentarse en la máquina a revisar el Nauta o para habilitar la cuenta
Nauta en el teléfono o para cualquier otro de los servicios no
relacionados con internet. Y eso puede costar horas del día.

Para Nauta hay dos colas. Una para quien necesite sentarse en la máquina
directamente y otra para quien necesite primero recargar. Si quiere
hacer las dos cosas, tiene que hacer las dos colas.

Los bonos de recargar Nauta, que se suponían un alivio, no hay manera de
utilizarlas si no se accede a las máquinas de ETECSA.

Mientras, lo que se escucha decir ilustra más que cualquier artículo
publicado en Granma o Juventud Rebelde.

"Niña, WhatsApp es una mierda. El mejor es Imo", le dice una muchacha a
la otra porque quizás no sepa que ni WhatsApp ni Skype ni ninguna de las
compañías que ofrecen servicios gratuitos en el mundo tienen contratos
con Cuba.

"Tú sabes lo que es que con tanta gente que trabaja en ETECSA solo haya
una muchacha para atendernos", dice otra persona de la cola. "Hay más
gerentes que trabajadoras y todas con tacones."

Siempre hay más de una persona que no entiende por qué al mes de
recargada la cuenta "si yo la he estado utilizando desde el teléfono, se
me inhabilita y entonces tengo que venir a recargarla de nuevo".

Hay más que no entienden cómo "no hay WiFi alrededor de ETECSA y nos
ahorramos la cola. Si de todas formas hay que pagarla, no?"

"Las muchachitas esa que nos atiende tiene tremenda paciencia porque
mira que viene gente socotroca", comenta otro en la cola.

Algunos confiesan que han llegado muy tarde a "eso de la internet" y que
ahora no entienden "ni jota".

En los hoteles

"Si el periódico publicó que aquí podían venir a conectarse, mintió",
dice una funcionaria del Hotel Sevilla como respuesta a una usuaria que
ha ido a protestar porque el guardia de seguridad estaba desalojando a
los cubanos que se encontraban en el lobby.

"Lo peor es que miente para que tú y yo nos enfrentemos y que ellos
sigan siendo los buenos", y explica cómo nunca en ningún hotel nadie se
ha dignado a responder.

"La WiFi nuestra tiene alcance para solo 80 personas", explica, "y si no
satisfacemos la demanda de los clientes que se hospedan aquí, entonces
ellos nos devuelven las tarjetas, nos exigen que le devolvamos el
dinero, que tiene que salir del hotel porque ETECSA no permite
devoluciones. El hotel Parque Central puede darse el lujo de admitir a
más usuarios de internet porque ellos son un centro de negocios".

En el hotel Parque Central la política para excluir es otra.

"Antes uno entraba y subía al segundo piso. Allí había hasta un salón
con aire acondicionado para que nos conectáramos, pero después que
abrieron las WiFi en los parques alguien pensó que era suficiente y
chao. Ya no se puede", explica una desconocida que se conectaba
habitualmente en este hotel, donde ahora se puede entrar siempre que se
consuman las tarjetas al precio en que lo compran los huéspedes.

No obstante, la gente se pega a las paredes, coge la WiFi y se conecta.

"Y para que tú veas, los guardias de seguridad se portan bastante bien.
Si no estás obstruyendo el paso ni se dan cuenta que estás ahí", dice la
misma desconocida.

Así ocurre en todos los hoteles, salvo en el Capri, donde se ponen muy
agresivos si los que intentan acceder a la WiFi del hotel se pegan a sus
muros o siquiera se paran en la acera.

"A no ser que compres un café a 2,50 CUC o te tomes una cerveza medio
caliente al mismo precio. Pero lo que la gente no sabe es que en la
acera de enfrente hay mejor conexión", confiesa Adriana, que ha probado
en ambos lugares. "Dentro de la cafetería hay mucho aire acondicionado y
todo, pero nada. La señal coge fuerza apenas se sale del lugar."

Source: 'Ni bancos ni buena conexión ni un carajo' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1440447925_16524.html

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