Los mejores sitios para bucear en Cuba
De María la Gorda a los Jardines de la Reina, los mejores sitios para
sumergirse en la isla caribeña
Diez joyas sumergidas para bucear
El mejor buceo del mundo, por Paco Nadal
ANDREA NOGUEIRA CALVAR 22 AGO 2016 - 00:58 CEST
De La Habana a los cayos más exóticos, la isla de Cuba proporciona 5.700
kilómetros de costa y un lugar para bucear en casi cada uno de ellos.
Además hay que sumarle cerca de 4.200 islotes. El clima tropical y una
temperatura media del agua de 26 grados la convierten en más que
propicia para sumergirse en cualquier época del año con licras o trajes
de tan solo tres milímetros de grosor.
Las características subacuáticas aumentan sus atractivos: el borde de la
plataforma marina está rodeado de arrecifes coralinos en los que se
pueden encontrar innumerables peces tropicales y crustáceos, esponjas y
estrellas de mar, además de diferentes tipos de tortugas y mamíferos
como el manatí o la vaca marina, en peligro de extinción.
Cuba cuenta con siete marinas internacionales y 39 centros
internacionales de buceo. El precio varía según la actividad, pero se
puede hacer submarinismo a partir de unos 35 euros. Y recordar que uno
no se puede sumergir nada más bajar de un avión ni si se va a hacer un
vuelo largo en menos de 24 horas. Estas normas evitan problemas
deshidratación o de descompresión.
De La Habana a cayo Coco
El principal punto de entrada de turistas en la isla es el aeropuerto de
La Habana. Cerca existen tres zonas en las que sumergirse: la Marina
Hemingway, Blue Reef y las playas del Este. En todos ellos hay clubes de
buceo donde alquilar el material necesario e instructores que guían a
los aficionados hasta alguno de los 20 puntos donde realizar inmersiones
de entre 5 y 35 metros de profundidad.
Hacia el este, las playas de Varadero también son propicias para el
buceo, pero siguiendo la ruta por la costa se encuentran los cayos Santa
María, Guillermo y Coco. Este último cuenta con el aeropuerto
internacional, por lo que se puede llegar en avión, pero también en
coche, ya que está unido a la isla principal por un vial conocido como
Pedraplén.
Estos cayos son el Caribe en estado puro. A profundidades de entre 10 y
30 metros, peces endémicos de tamaño medio como los sibalos, las
palometas o las pacuales nadan junto a otros de mayor envergadura, como
las barracudas. La visibilidad es excelente, hasta 20 metros. Uno de los
lugares más recomendados es La Jaula. Su atractivo reside en la
presencia de gorgonias, corales cuyos cuerpos simulan árboles
esqueléticos, y esponjas de mar de colores.
Santa Lucía
La presencia de tiburones de arrecife es habitual en toda la costa
cubana, aunque según la zona cambia la especie. En la playa de Santa
Lucía, en la región de Camagüey, abunda la variedad toro, que aunque no
ataca al hombre sí puede ser peligrosa ya que cazan donde hay personas.
Llegan a medir más de tres metros de largo. Esta zona es muy conocida
entre los buzos ya que tiene el segundo arrecife de coral más largo del
mundo: mide 36 kilómetros. Esta gran extensión cuenta con unos 35 puntos
de inmersión entre los que destaca Mortera, donde a unos 27 metros de
profundidad descansa una antigua fortaleza española y un buque mercante
del siglo XIX.
Guardalavaca
Con su barco llegó Cristobal Colón hasta la provincia de Holguín en el
siglo XV. Aquí se encuentra la playa de Guardalavaca, a 50 kilómetros de
la ciudad que da nombre a la provincia. El centro de Buceo Eagle Ray
oferta paseos submarinos por el Canal Viejo de las Bahamas de hasta 40
metros de profundidad. Sus aguas turquesas esconden una pared vertical,
que oscila entre los 20 y 40 metros, donde crecen los corales negros.
Este animal, habitual en la costa cubana, se confunde con una planta
marina. Su recolección está limitada ya que se considera un coral
semiprecioso que se utiliza como amuleto y joya.
Jardines de la Reina
Colón dio nombre al archipiélago Jardines de la Reina, ya al sur de
Cuba, formado por 250 islas vírgenes. En 1996 fueron declarados parque
marino por el excepcional estado de conservación de la flora y fauna
marina. Su fondo, repleto de corales estrellados y desniveles, ha sido
modelado a lo largo de miles de años de evolución. A 17 metros de
profundidad se erige el Farallón, una montaña atravesada por túneles que
concluyen en un fondo de arena blanca. Las cavernidades tienen unos tres
metros de ancho por 10 de alto con aberturas que permiten la entrada de
luz solar, un paraíso para los buceadores. Para llegar hasta aquí hay
que tomar un barco en la ciudad de Júcaro y el centro encargado de las
inmersiones es Avalon.
De la península de Ancón a Rancho Luna
De vuelta a la isla principal, también se puede hacer submarinismo en
Santiago de Cuba o en Trinidad. La ciudad, declarada patrimonio mundial,
se encuentra a pocos kilómetros de la costa, donde crecen hasta 40 tipos
de corales. En la península de Ancón, donde se ubica el centro de buceo
Cayo Blanco, los fondos marinos cuentan con protuberancias de hasta
cinco metros de altura, túneles y una impresionante pared que cae 200
metros, además de peces tropicales o abanicos de mar. Aficionados y
profesionales también pueden tirarse al agua en Guajimico, un nombre
aborigen que vaticina lo que se van a encontrar: significa lugar de los
peces. Por último está playa Rancho Luna. Varios barcos pesqueros han
sido intencionalmente hundidos en esta zona para disfrute de los buzos,
que ahora pueden observar como la vida florece a su alrededor. En la
llamada lengüeta del Faro, una plataforma subacuática que cae cien
metros, las gorgonias gigantes, de hasta dos metros de diámetro,
ningunean a los nadadores. Las aguas son idóneas para practicar la
fotografía submarina y en los meses de invierno el tiburón ballena se
deja ver por esta zona.
Bahía Cochinos
Hacia el oeste se se ubica Bahía Cochinos, que se hizo famosa cuando la
CIA vio fracasar su intento de entrar en la isla por este canal en 1961.
Es un lugar óptimo de buceo, repleto de peces jóvenes gracias a que está
rodeado de manglares y plantas que protegen la bahía del envite del mar.
Se puede realizar buceo desde tierra, sin necesidad de tomar una lancha.
Sus puntos fuertes son un barco hundido, en Punta Perdiz, y una pared
vertical muy cerca de la costa, tanto que desde tierra se observa el
cambio del color del mar. Sin embargo, uno de los sitios más apreciados
para la inmersión se encuentra en tierra. Se trata de un cenote similar
a los mexicanos llamado La cueva de los peces. El mar se cuela por
túneles subterráneos hasta esta cavidad inundándola de peces de colores
que se resguardan en las múltiples cuevas. Es un lugar idóneo para los
amantes del espeleobuceo por la cantidad de estalactitas.
Cayo Largo
Frente a la bahía, aunque no es visible desde ella, se encuentra Cayo
Largo del Sur. Esta zona se divide en tres: la más cercana al cayo,
donde se puede nadar sobre largas montañas coralinas a una profundidad
de entre 20 y 30 metros; la segunda, al oeste, donde los corales forman
grandes laberintos que obligan a los peces a nadar en apretados bancos;
y la última, al noreste, en la que las paredes caen desde los 15 a los
200 metros. Aquí las reinas son las esponjas tubulares cuyos colores
contrastan con el coral negro.
María La Gorda
Continuando con el viaje, Maria La Gorda, en Pinar del Río, es famosa
entre los amantes del submarinismo de América Latina por su excelente
suelo. Tiene su origen en una cadena de tierra emergida que ha sido
moldeada por las corrientes que llegan desde el golfo de México. El
punto de inmersión está en la península Guanahacabibes, reserva de la
bioesfera desde hace más de dos décadas y que incluye naufragios del
siglo XVIII. Los corales son visibles a partir de los cinco metros de
profundidad, por lo que los que solo hacen snorkel también podrán
disfrutar de la naturaleza tropical. En los meses de mayo y junio la
arena de las playas se llena de tortugas que acuden a construir sus
nidos y en agosto y septiembre las ballenas se acercan a la costa.
Cayo Levisa
Casi completado el recorrido por la costa de Cuba aparece cayo Levisa.
Es un lugar donde ver peces loro, cuyos reflejos cambian de color, entre
otros peces tropicales. Pero su mayor particularidad reside en la
presencia de trigonias, los fósiles vivientes más antiguos de las
Antillas. Son un tipo de molusco, de concha cerrada e irregular, a la
que les sale una especie de minialeta. Recuerdan a una empanadilla. Su
aparición se sitúa hace 245 millones de años.
Source: Los mejores sitios para bucear en Cuba | El Viajero | EL PAÍS -
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2016/08/17/actualidad/1471454361_958088.html
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment