1ro de mayo: vamos por más miseria
25 Abril, 2017 6:15 pm por Eduardo Martínez Rodríguez
El Cerro, La Habana, Eduardo Martínez, (PD) De nuevo, por enésima vez,
me veo compelido a escribir sobre un tema tan manido y repetido
alrededor del planeta en tantísimos años como es el Primero de Mayo.
Por estos días no he encendido la TV o la radio para no encontrarme con
lo mismo de siempre. Nuestros medios deberían grabar la historia y cada
año se ahorrarían millones de pesos con tan solo reproducir lo grabado
décadas atrás. Es exactamente lo mismo. El mismo lenguaje triunfalista,
los muy gastados clichés. No hay ni un asomo de novedad en los mismos
locutores, con las mismas aburridas expresiones.
Nada cambia, y hora me percato de que estoy haciendo exactamente lo
mismo que ellos, pues aburrido estoy de generar estos mismos comentarios
intentando mostrar al planeta cómo funciona toda esta absurda
propaganda. Pero vale, se los cuento de todas formas. Tal vez aprendan
algo viejo.
De todas formas no me puedo escapar y en todos los resquicios sale la
información con una musiquita melosa. Todos los locutores informan que
el desfile de cientos de miles de personas con camisetas iguales o
parecidas por las plazas de las principales ciudades cubanas es "la más
fehaciente expresión del apoyo a la Revolución" y eso no es verdad, es
totalmente falso.
Las personas son citadas en sus centros de trabajo para que estén allí
sobre la una y las dos de la madrugada. Igual los estudiantes. En los
lugares determinados se hace una especie de pase de lista. A todos se
les entrega camiseta por listas de emplantillamiento. Si no estás, tu
camiseta se queda en la oficina o en manos del jefe.
Se trasladan todos en ómnibus a los lugares que ya han sido previamente
destinados en la estructura del desfile. Los de la salud primero, los de
la construcción segundos, los jóvenes al final, etc. Lo que sea.
Serán las tres o las cuatro de la madrugada cuando estén en posición y
habrá que esperar hasta las siete y media cuando comienza el desfile.
Abundan las botellas de ron y otros brebajes espirituosos. Los colegas y
amigos comparten. Se hacen cuentos y chistes, algunos se enamoran, etc.
La inmensa mayoría no sabe siquiera por qué están ahí y no son más que
elementos componentes de la inmensa maquinaria de propaganda del
sistema, de ese mismo sistema que los mantiene en la miseria más larga
de la historia sin soluciones viables y pidiendo cada día nuevos
sacrificios desde lujosas mansiones con todas las comodidades. De esa
misma maquinaria diabólica que hace a esa inmensa mayoría temer como los
tres cerditos ante el poderoso lobo. No conocen de su fuerza enorme como
pueblo que debe levantarse y gritarles: ¡Ya basta de engaños, muestren
resultados o desaparezcan!
Todos a quienes conozco me responden lo mismo cuando les pregunto por
qué van al desfile: –Imagínate. Yo no puedo señalarme. En mi trabajo
todos tienen que ir porque al otro día te están cuestionando. -Si no vas
al desfile te lo sacan cuando menos lo esperes o cuando pidas un mejor
puesto de trabajo.
Y así infinidad de excusas que solo demuestran el miedo a lo que puede
pasar si no hacen lo establecido.
¡Qué horror de sociedad! No tenemos nada. Nada hemos hecho, nada hemos
demostrado en más de medio siglo y aún así tenemos miedo de perderlo.
Lo único que podemos perder son las cadenas mentales que nos han forjado
para que continuemos hipnotizados en la búsqueda de la solución que nos
haga avanzar.
Reconozco que hay socialistas de corazón. Yo fui uno de ellos por largos
años. Yo impartía los famosos círculos de estudio que no eran más que
los repetidos y frecuentes discursos de Fidel en alguna parte, pero lo
que no logro entender es cómo existe todo un pueblo, ese que va al
desfile, quien sabe que con su presencia apoya más terror y más hambre y
aun así marcha.
Nosotros mismos creamos "esto" que tenemos. Soportamos y apoyamos este
sistema que nos controla. Tenemos la suerte que nos regalamos, la comida
que somos capaces de conquistar, los medios informativos que nos
permitimos, el transporte que necesitamos, la salud que nos merecemos,
las mentiras continuadas que creemos.
Esa tercera parte de la sociedad que ha escapado son traidores al
sistema que nos ayuda y nos forma, aunque sean mis padres, mis hijos,
mis amigos.
En un futuro lejano las sociedades que llegarán tendrán muchas
dificultades para comprender qué pasaba en realidad en esta isla. Ojalá
les llegaran escritos como este, aunque sea dentro de una botella. Por
eso, aunque harto, aún escribo.
Toda la miseria que nos rodea no es más que lo que hemos permitido que
suceda. No hay otros culpables. Me avergüenzo de ser cubano en esta
época y haber sido parte de esto.
eduardom57@nauta.cu; Eduardo Martínez
Source: 1ro de mayo: vamos por más miseria | Primavera Digital -
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