Marketing guevariano
El símbolo más importante de la publicidad izquierdista está prohibido
en la televisión cubana.
Javier Gómez, La Habana | 05/06/2008
Ernesto Guevara no podrá celebrar su ochenta cumpleaños en las pantallas
cubanas. Por lo menos esa es la opinión de Ernesto López, presidente del
ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión).
López, otrora camarógrafo de los estudios fílmicos del Ejército, ha
emitido una resolución que prohíbe portar, en espacios televisivos,
vestuarios con "la imagen Che". Esto, a pesar de haber servido el icono
por años para engrosar las arcas de la familia del guerrillero argentino.
La medida se origina precisamente en momentos en que el linaje de
Ernesto Guevara, propietario de "la imagen Che" en todo el mundo, se ha
visto obligado a ceder ante las protestas populares, debido a los
exorbitantes precios de estos artículos en las tiendas cubanas
"recaudadoras de divisas". Ahora se pueden adquirir los productos a un
30% menos de su valor original, pero los herederos de Guevara han puesto
una condición: "no será más utilizado el símbolo" en los medios de
comunicación de la Isla.
Pulóveres, gorras, fosforeras, mochilas, relojes, sacacorchos,
humidores, pegatinas, pañuelos, discos, bolígrafos, agendas, almanaques,
vasos… El Che parece estar en todas partes, a lo largo y ancho del país,
pero siempre en divisas. Fuera del círculo en "moneda dura", sólo la
Unión de Jóvenes Comunistas y el Partido Comunista tienen permiso de los
herederos de Guevara sobre los efectos publicitarios relacionados con el
guerrillero argentino-cubano.
En los actos políticos, la autocracia comunista se asegura de entregar
un diploma plastificado con una fotografía de Fidel Castro y algún
"recuerdo" guevariano, sobre todo de aquellos modelos y tallas que no
han tenido salida en el mercado turístico.
El más próspero negocio
La contradicción más importante, que ahora es tema de debate en los
centros estudiantiles, es por qué no pueden exhibirse en la televisión
nacional los atributos relacionados con el Che.
Recientemente, en la Universidad de La Habana, saltó el tema en uno de
los foros organizados por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
Estudiantes de Comunicación Social preguntaron por qué está permitido
usar pulóveres de Metallica o de algún paraje exótico hawaiano, mientras
se prohíbe a los invitados de los programas televisivos llevar "la
imagen Che".
La respuesta cuelga en la estática. Los ciudadanos escuchan cada día,
desde hace casi cincuenta años, los mismos discursos en los noticieros,
pero ahora con nuevas imágenes, sin la presencia del Che, como en la
época de Robertico Robaina.
Aleida March y el resto de su equipo de publicidad están al tanto de
cada piedra relacionada con el guerrillero que se mueva en el mundo.
Aquellos ataques de "revolución" protagonizados en los noventa por su
hija, Aleida Guevara March, han sido reemplazados por los complejísimos
mecanismos de marketing.
Ahora se trata de otra revolución, la de los precios y las demandas
judiciales. Se vela y actúa con precios coordinados, tanto por utilizar
una fotografía en una etiqueta de vodka, en la escenografía de una
película pornográfica o en los documentos por revelar sobre la vida del
argentino.
Así de complejo resulta el mundo publicitario vinculado a la imagen de
Ernesto Guevara. Millones de personas en el mundo acuden a
manifestaciones con su rostro como estandarte, otros miles lo llevan
tatuado y hay quienes lo asocian con la canonización o el terrorismo.
Sin embargo, en el país del comunismo guevariano, no se puede exhibir.
Primeramente, por los precios prohibitivos y, ahora, por el acuerdo
entre el gobierno y los dueños del más próspero negocio que haya
existido jamás en la Cuba castrista.
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/marketing-guevariano-89063
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