Martes 14 de Septiembre de 2010 16:35 Agencias
Una vez que se produzca anunciado recorte de la plantilla laboral del
Estado, los cubanos podrán abrir cooperativas que se ocupen de la cría
de conejos, fabriquen ladrillos o dulces y administren transportes
públicos, según un documento que circuló entre dirigentes políticos de
la Isla, informó AP.
La Habana confirmó la víspera que medio millón de personas tendrán que
dejar sus puestos de trabajo, pues las plantillas estatales están
"infladas" y el país no puede cargar con el peso de la ineficiencia.
Un documento que circuló desde finales de agosto entre altos dirigentes
del Partido Comunista, y al cual la AP tuvo acceso el martes, ofreció
detalles sobre los recortes laborales y la apertura de cooperativas o
entrega de licencias para ocupaciones independientes.
Un apartado sobre "ideas de cooperativas", del texto de 26 páginas,
especificó que serán bienvenidas por ejemplo las cooperativas de
curtidores de pieles o fabricantes productos de pienso, de carpinteros o
talleres de chapistería y reparación de autos; así como las licencias
para brindar servicios como la venta de flores o la apertura de gimnasios.
"Los gastos en salario y otros de personal no son respaldados por los
niveles productivos actuales", indicó el documento.
Según la información que circula en centros laborales, el gobierno prevé
dar 250.000 permisos en unos 120 tipos de negocios: talleres de
reparación de electrodomésticos, zapateros remendones, limpiabotas,
peluqueros, relojeros, mecánicos, jardineros, traductores, masajistas,
vendedores de hierbas, informó AFP.
Aunque Raúl Castro prometió que "nadie quedará abandonado a su suerte",
muchos están preocupados, pero otros celebran el otorgamiento de
permisos de trabajo por cuenta propia.
Yvonne Molina, de 27 años, recibió hace poco licencia para montar un
pequeño taller de costura en el garaje de su casa, en Centro Habana, y
aspira a ganar más de los 20 dólares de salario promedio que paga el Estado.
"Pago al mes por la licencia 300 pesos (unos 12 dólares) y gané 250 en
una semana (unos 10 dólares). Siempre he arreglado ropita. Antes lo
hacía ilegalmente. Ahora puedo hacer vestidos, venderlos y ganarme la
vida sin miedo a que me metan una multa. Esto facilita las cosas porque
la situación está dura", dice a la AFP.
Los cuentapropistas deben contribuir a la seguridad social, abonar
impuestos sobre sus ingresos y, quienes contraten empleados, tributar el
uso de esa fuerza, lo cual no es del agrado de muchos en un país donde
la población no está acostumbrada a pagar impuestos.
"Nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas,
entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas
infladas y pérdidas que lastran la economía", advirtió el lunes la CTC.
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