Brasil-Cuba: A toda vela
noviembre 15, 2012
Por Elsa Claro (Progreso Semanal)
HAVANA TIMES — Sin mucha fanfarria, Brasil se ha convertido en el
segundo socio comercial que tiene Cuba en Latinoamérica. La tendencia se
profundiza, según datos básicos: durante el 2011 el intercambio
comercial bilateral aumentó en un 45% comparado con el 2010, año que
totalizó con 501,4 millones de dólares.
El que casi concluye va a cerrar con un canje mercantil entre La Habana
y Brasilia, ascendente a 1 000 millones. O sea: hay un crecimiento del
15 % en relación con el anterior. Como es lógico, la balanza favorece
al gigante suramericano, pero están avanzando las compensaciones hacia
la Isla.
Las visitas del ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior,
Fernando Pimentel, a finales de agosto pasado, y la del titular de
salud, José Gomes, fueron antecedidas por la que hizo la presidenta
Dilma Roussof, casi al término de enero. En todos los casos, esos altos
dirigentes estuvieron acompañados de funcionarios y activos hombres de
negocios, a nombre de diferentes firmas.
Aunque las referencias mediáticas se han centrado en las obras de
Mariel, no es la única esfera que interesa a los cariocas. En los
hechos, 17 firmas cubanas están exportando productos, sobre todo de
aplicación clínica o veterinaria, cemento y níquel, así como servicios
en especialidades médicas.
En el ámbito de la biotecnología, hay contratos suscritos para el uso de
patentes cubanas. Uno incluye transferencia de datos técnicos sobre
el fármaco Interferón. Existen convenios para el suministro del
Heberprot-P, medicamento de probada eficacia en pacientes diabéticos con
lesiones en los pies.
Desde el 2006 a la fecha Cuba y Brasil avanzaron de modo apreciable en
el sector farmacéutico a través de una asociación para el desarrollo de
investigaciones y productos de alta tecnología destinados al
tratamiento de enfermedades como el cáncer y la propia diabetes, aparte
de vacunas patentadas por la Mayor de las Antillas.
"Queremos mucho más, queremos atraer más empresas brasileñas, que puedan
producir acá, que puedan aprovechar tecnologías cubanas que no hay en
Brasil, por ejemplo, en vacunas y medicamentos", dijo José Felicio,
embajador de ese país, en declaraciones a la televisión nacional.
Las dimensiones de Brasil le convierten en un ávido mercado, pues pese
al desarrollo que lograron en los últimos decenios, es imposible que
cubran por sí solos las necesidades de su población (195 millones de
habitantes).
Los ejes sobre los cuales están girando las relaciones Habana-Brasilia,
son la asociación sustentable, principios de reciprocidad y beneficio
mutuos. Así lo reiteró el ministro Fernando Pimentel, uno de los
primeros en referirse a la participación de empresas brasileñas en los
trabajos para modernizar la infraestructura turística de la Isla.
En otros ámbitos vale citar el plan brasileño de invertir en labores de
remozamiento en la niquelífera de Moa y los vínculos cubanos con
Petrobras para la pesquisa y producción de crudo en la Zona Exclusiva de
Cuba en el golfo de México. También ofertaron construir una fábrica de
lubricantes e. incluso, acaba de ser concertado un convenio para el
tratamiento de desechos sólidos.
Luego es evidente que el deseo del diplomático brasileño tiene
fundamentos, fortificados en la praxis por el empeño de empresas como
Fanavid, dedicada a la fabricación de cristales, que quiere establecer
una industria de ese tipo en Cuba. Marcopolo, (entre los mayores
constructores de autobuses del mundo), es otra compañía que pactó
compromisos para elaborar carrocerías de autobuses en la isla.
La Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex- Brasil),
ya acumula experiencia en sus tratos de diferente índole con Cuba, y en
FIHAV 2012, bolsa comercial que acaba de concluir, Hipólito Rocha
Gaspar, su director general, confirmó el interés que tienen de promover
exportaciones, inversiones y negocios bilaterales.
"Y es que Brasil se ha propuesto acompañar a Cuba en su desarrollo al
incursionar y trabajar juntos en sectores de gran envergadura y demanda
socioeconómica como el agropecuario, la salud pública, los centros del
polo científico del oeste de La Habana (con transferencia tecnológica y
compra de productos), educación, informática, energía, finanzas públicas
y turismo, entre otros", sintetizó Rocha Gaspar, dando idea de la
amplitud de proyectos en marcha o por venir.
"Brasil tiene posibilidades de aportar mucho a Cuba, mucha tecnología,
equipamiento, maquinarias modernas (…) la prioridad está por ahí, será
en el tema de la agricultura, el tema alimentario", explicó Rocha.
Precisamente en la rama agroalimentaria existe un amplio entendimiento.
Cuba compra ese tipo de producciones a Brasil y su gobierno concedió al
de la Isla un crédito para importar maquinaria destinada a su programa
de desarrollo alimentario. Son 200 millones de dólares, 70 de los
cuales, se ejecutaron este mismo año.
La adquisición de novedosa tecnología azucarera, cortadoras de caña y
otros elementos destinados a rehabilitar un sector que tuvo mejores
tiempos, figura entre las transacciones hechas o por ampliar. Brasil, en
definitiva, acaba de convertirse en el primer país que hace inversiones
en este sector.
Una filial de la poderosa firma Odebrecht firmó contrato con AZCUBA para
administrar durante 13 años un central azucarero en Cienfuegos a partir
de la zafra que comienza en este diciembre.
Con un aporte inicial de unos 60 millones de dólares, el acuerdo de
gerencia entró en vigor casi de inmediato. Ejecutivos y expertos
comenzaron faena examinando las plantaciones en busca de aumentar sus
rendimientos, y, en lo que respecta a la parte fabril, calibrando qué
mejoras técnicas pueden introducirse en ese ingenio cubano.
Desde Apex-Brasil trascendió que esta "primera experiencia contractual"
no será la única, solo despeja el camino para nuevos proyectos. Fuentes
de todo crédito insisten en decir que Brasil está interesado en 10
centrales o fábricas de azúcar.
Este recuento –incompleto, aclaro- exige puntualizar que en menos de un
semestre (abril del 2013) comenzará la primera fase de su actividad
portuaria la Zona Económica del Mariel, (50km al oeste de La Habana)
diseñada no solo para sustituir ventajosamente otras radas de menor
calado, sino en funciones de plataforma industrial receptora de
importaciones y también para la elaboración de bienes destinados al
mercado interno y exterior. Quiere decir que en sus cercanías surgirán
centros fabriles extranjeros o nacionales de diferentes materias.
Este megaproyecto tiene un coste cercano a los 900 millones de dólares.
La obra cuenta con financiamiento conjunto (640 millones aportado por
Brasil y el 15% del total a cargo de Cuba).
El convenio inicial fue signado por Luís Ignacio Lula Da Silva y
ratificado por su sucesora, la actual mandataria brasileña, quien le
aportó nuevas probabilidades. Lula le dio capacidad e impulso a los
intercambios comerciales, cuando selló diez convenios con el presidente
Raúl Castro, involucrando a las dos naciones en un creciente y
mutuamente ventajoso camino de cooperación.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=75242
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