¿Y si Chávez faltara?
Viernes, Diciembre 14, 2012 | Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Los rumores sobre la
gravedad del estado de salud del Coronel Hugo Chávez, presidente de
Venezuela, se han confirmado. El mismo, en una alocución televisada en
Caracas, también emitida en directo en Cuba el 8 de diciembre, reconoció
que en el lugar donde había sido operado por la existencia de un tumor
canceroso se han reproducido células malignas y al mismo tiempo está
sufriendo dolores. Ante un inminente procedimiento quirúrgico
peligroso, determinó dejar como continuador de su obra a Nicolás Maduro,
recientemente nombrado vicepresidente, alternando como ministro de
Relaciones Exteriores, cargo que desempeñaba desde hacía 3 años.
Incluso señaló que, como dispone la Constitución de la Republica, "si se
presentara alguna circunstancia sobrevenida –así dice la Constitución-
que a mi me inhabilite –óigase bien- para continuar al frente de la
presidencia de la República Bolivariana de Venezuela…Si algo ocurriera
repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no solo en
esa situación debe concluir como manda la Constitución el período, sino
que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta,
total es que ese escenario que obligaría a convocar como manda la
Constitución de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a
Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de
Venezuela". De esas palabras se desprende la gravedad de la situación
y la posibilidad cierta de que Chávez no pueda seguir al frente del
gobierno venezolano.
El proceso iniciado en 1998 con la victoria del chavismo en las
elecciones fue el resultado de la desesperación del pueblo venezolano
ante los malos gobiernos de partidos tradicionales, causantes de amplia
miseria, lo cual supo aprovechar el astuto teniente coronel, asesorado
desde La Habana. Al asumir el poder con un considerable apoyo popular
podía haber tomado la línea de centro-izquierda de países como Chile,
Brasil y Uruguay que tantos beneficios ha traído. Pero lamentablemente
prefirió la deriva populista, convirtiéndose en un típico caudillo
latinoamericano y líder insustituible de su movimiento, el corazón de
Venezuela, como él ha definido.
En esas circunstancias, la ausencia de Chávez, hasta ahora apoyado por
un movimiento muy heterogéneo, e incluso con una apreciable oposición
como se evidenció en las elecciones del 7 de octubre pasado, cuando el
45,0% votó contra él, produciría un vacío político, con la posible
implosión de las fuerzas afines, que van desde el marxismo a un supuesto
cristianismo, todo enmarcado en un nacionalismo superlativo.
Por otra parte, el legado económico y social de Chávez no dejará mucho
margen y cualquier gobierno que sobrevenga, sea continuador del chavismo
o de la oposición, tendrá que enfrentar una situación muy compleja. La
deuda externa se aproxima a los 100 mil millones de dólares -ha recibido
créditos chinos por 42,5 miles de millones de dólares (según la revista
Bloomberg Businessweek), así como de Rusia, dedicados fundamentalmente a
proyectos sociales y compra de armas, mientras se observa que la
producción de petróleo se ha reducido en un 22,0% en relación con los
niveles de 1999, cuando asumió el poder.
Sin dudas, las obras sociales han dado gran popularidad al presidente,
por ejemplo con la construcción de alrededor de 300 mil viviendas, pero
lo ha realizado con un objetivo político, creando desproporciones
económicas, como la caída en la producción de petróleo, altas tasas de
inflación, desabastecimiento de artículos de primera necesidad y otros
fenómenos nocivos. Al mismo tiempo, existen altos niveles de corrupción,
al extremo de que en el último reporte de la organización Transparencia
Internacional, Venezuela comparte el lugar 165 con Haití, entre los 174
países considerados, para el último lugar en América Latina. El
escenario no es nada halagüeño como se puede apreciar, a lo que se añade
que, si el precio internacional del petróleo se redujera, lo cual podría
suceder si la situación económica internacional empeorara, las
repercusiones en Caracas serían fuertes.
Por supuesto, los acontecimientos en Venezuela tendrían unas
consecuencias nocivas para los países que hoy dependen de su petróleo
barato y subvención económica. Es el caso de Cuba, que además de
recibir 100 mil barriles diarios del combustible, a bajos precios,
obtiene importantes financiamientos para la ejecución de obras, como la
refinería de Cienfuegos, y la posibilidad de pagar en contrapartida con
asistencia técnica.
Si ese esquema se rompiera, se cortaría este cordón umbilical que une
Cuba con Venezuela y sobrevendría una situación que podría ser más
trágica que cuando La Habana perdió la subvención de la Unión Soviética
y otros países del este de Europa. Al producirse el derrumbe del
socialismo y la pérdida de los subsidios, en los años 90, Cuba poseía
aun una notable industria azucarera, con una producción de más de 8
millones de toneladas de azúcar, y una infraestructura productiva. Todo
eso ha desaparecido, tras más de 20 años de continua descapitalización.
Actualmente esa industria está en una situación deplorable, la
producción manufacturera no alcanza el 50,0%, e iguales condiciones
presenta el transporte y casi todo el resto de la infraestructura del
país. Habría que preguntarse cómo Cuba pagaría 100 mil barriles de
petróleo a los precios actuales del mercado.
Pero no solamente habría que afrontar problemas económicos, sino también
sociales, pues las diferencias de ingresos en Cuba han crecido
extraordinariamente, generando conflictos que antes no eran tan
evidentes. Incluso en el campo de la política existe una situación
diferente, pues la población está muy disgustada, frustrada y
desesperada. A eso se suman problemas demográficos, medioambientales y
de pérdida generalizada de valores, inexistentes en esa magnitud a
comienzos de la década de 1990. Por otra parte, el gobierno cubano no se
ha preparado para la eventual pérdida del apoyo venezolano. Los cambios
reducidos a una "actualización", según el gobierno, han sido
insuficientes y tardíos. Incapaces de sacar a Cuba de la grave crisis
que la asfixia.
En consecuencia, la ausencia de Chávez no solo incidiría notablemente en
Venezuela, sino que impactaría muy fuertemente en otros países,
particularmente en Cuba, donde la subvención venezolana se ha convertido
en un factor fundamental para la sobrevivencia económica.
http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfy-si-chavez-faltara/
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