"Quien sacrifique ganado mayor va a la cárcel"
Martes, Junio 18, 2013 | Por Alberto Méndez Castelló
PUERTO PADRE, Cuba, junio, www.cubanet.org -Hace poco más de una semana,
la policía ejecutó una redada en Puerto Padre, al oriente de Cuba.
Directivos y empleados del comercio fueron detenidos y estarían siendo
procesados, por presuntos delitos de actos en perjuicio de la actividad
económica, enriquecimiento ilícito, cohecho y negociaciones fraudulentas.
Durante los arrestos y con posterioridad a éstos, las autoridades
ocuparon, en algunos domicilios, mercancías y bienes adquiridos con
dinero de procedencia presuntamente ilegal. "La operación forma parte
del enfrentamiento a la corrupción", dijo una fuente.
El nombre de la operación no lo revelaremos por motivos obvios.
En Cuba siempre hay en marcha una campaña política a la que,
invariablemente, seguirá alguna que otra acción legislativa, con la
consiguiente operación policial.
Corruptos han existido en todos los estadios de la humanidad, y seguirán
existiendo criminales en tanto existan caracteres psicópatas o
condiciones socioeconómicas propicias al delito. Pero esta particular
proclividad a la corrupción en la que hoy está empantanada la sociedad
cubana, tiene nombre, fecha de nacimiento, y… ¡Qué paradoja!, ahora
viene sobre sus padres, cual efecto bumerán.
Sólo un ejemplo: Mediante la Ley No. 890, del 13 de octubre de 1960, el
régimen dispuso la nacionalización mediante "expropiación forzosa de
todas las empresas industriales y comerciales, así como las fábricas,
almacenes, depósitos y demás bienes y derechos" de los empresarios
cubanos. No bastándole acabar con tales propietarios, ocho años más
tarde, en marzo de 1968, con la llamada "Ofensiva Revolucionaria", el
gobierno liquidaría todo vestigio de propiedad privada, minúsculas
bodegas de barrio, hasta los cajones de los limpiabotas.
Huelga decir que, con la desaparición de la actividad mercantil,
surgieron profusas figuras delictivas para penalizar desde la venta de
café, hasta la de unos cuantos limones. Por cierto, mientras conducía,
alguien atropelló a un ciclista, y, en lugar de socorrerlo, se dio a la
fuga, ¿motivo…? Transportaba nada menos que café en el maletero.
Fuera de las costumbres universalmente aceptadas, y esta es la
concepción de renombrados sociólogos dedicados al estudio de la
criminología comparada, figuras penadas como delitos no serían tales si
las instancias de control (policías, fiscales, tribunales y los
intereses de poder subyacentes) no involucraran al legislador, o ellos
mismos se transformaran en legisladores a la hora de tipificar delitos
de conveniencia.
En un país donde prevalezca el Estado de Derecho, el delito siempre
representa un daño a un bien protegido, ya sea a la propiedad o la
integridad de las personas, física o moral, y la pena ( la sanción) es
la respuesta al perjuicio ocasionado. Desafortunadamente, este no es el
caso que nos ocupa.
Con demasiada frecuencia, en Cuba, pena es sinónimo de represalia, y
téngase en cuenta que, en el vocabulario jurídico, la palabra venganza
no tiene cabida. En el cuerpo legal de la República de Cuba, numerosas
leyes y decretos-leyes son incongruentes con la idiosincrasia de la
nación, sin cabida en la cultura de nuestros ancestros, sólo sostenidas
por habérseles integrado, como delitos, en el Código Penal, o por
haberlas elevado a preceptos de latitud constitucional.
A tenor de la Resolución No. 281, del 1ro de octubre de 1962, del
Instituto Nacional de Reforma Agraria, esa entidad dispuso la Resolución
No. 329, regulando la matanza de reses en Cuba. Tal resolución es el
origen del artículo 241.1, del vigente Código Penal: "El que (…)
sacrifique ganado mayor es sancionado con privación de libertad de
cuatro a diez años".
Sabido es el resultado inhumano de tal legislación, con independencia
del desabastecimiento de carne: la desaparición del carnicero para dar
cabida al cuatrero, y la aparición en la sociedad cubana de un grupo
compuesto por cientos de miles de hombres marcados por una pena: la de
los sancionados por hurto y sacrificio ilegal, siendo en ocasiones los
propios dueños del ganado. Hogares deshechos, hijos sin padres, padres
sin hijos, es el saldo de penalizar el comercio de carne vacuna en Cuba.
Cabe preguntarse cuántos de los que hoy ejercen el trabajo por cuenta
propia fueron juzgados ayer, y cumplieron sanción por actividades
económicas ilícitas. Sería bueno saber con qué cara legisladores,
policías, jueces y fiscales miran a quienes mandaron a la cárcel por lo
que ayer llamaron delito y hoy llaman "cuentapropismo".
La respuesta de esta interrogante quizás sugiera la conveniencia de
realizar en Cuba una verdadera apertura económica, en lugar de jugar a
la economía. Así nos libraremos de la corrupción y de las redadas
policiales como las que en estos días están de moda por toda la Isla. Y
lo más importante, quienes tienen espíritu de empresarios, podrán
emplearse en sus industrias, y, en lugar de fabricar penas, los
legisladores podrán dedicarse a pensar en una nación con todos y para el
bien de todos.
Source: ""Quien sacrifique ganado mayor va a la cárcel" | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/%e2%80%9cquien-sacrifique-ganado-mayor-va-a-la-carcel%e2%80%9d/
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