Sobre las consignas de Raúl Castro a los agricultores cubanos
[17-09-2013]
Elías Amor
Economista
(www.miscelaneasdecuba.net).- Confieso que no entiendo nada. O mi
ignorancia es supina, o ahora resulta que estamos hablando de otro país.
Me cuesta sinceramente creer que en Cuba, donde el Estado domina más del
90% de los activos productivos y se supone que planifica centralmente
todas las decisiones de producción y consumo de los agentes que operan
en la economía, tenga que implorar el máximo dirigente del país a los
agricultores reunidos en un Encuentro nacional a que "cumplan sus
compromisos" y que lo hagan con "orden y disciplina".
Del "orden y disciplina" no tengo mucho que decir. Ya hace tiempo
descubrí que detrás de los llamados Lineamientos se esconde un modelo de
economía cuartelera diseñada por el militar Murillo, cuyo objetivo es,
según dicen, "actualizar el socialismo". Poco hay que decir de todo ésto.
Ahora bien, lo que sí me ha llamado la atención de las palabras de Raúl
Castro es la exigencia a los agricultores cubanos de "cumplir sus
compromisos". Vaya, ahora resulta que no se sabe muy bien por qué, pero
la cosa es que no se cumple. Me extraña. Una afirmación de estas
características podría tener sentido actualmente en Vietnam o China,
socios ideológicos del régimen castrista, en los que desde hace años se
dieron cuenta que la libertad de producción y de precios es lo mejor
para su agricultura, y ahí están los excedentes de arroz vietnamita
destinados a los principales mercados de consumo de Asia, que son la
principal fuente de ingresos de esta economía.
Pero en la economía castrista, en 2013, aunque se han entregado algunas
tierras infestas de marabú a unos cuantos agricultores, que nadie se
engañe. Las decisiones de qué producir, cuánto producir y a qué precio
producir no son libres, ni proceden del instrumento de asignación de
recursos más eficiente que conocemos los economistas, que es el mercado,
sino de una pamplina de decisiones burocráticas centralizadas, cuyo
resultado es éste. Que Raúl Castro tenga que pedir a los agricultores
que cumplan con sus compromisos.
Nadie puede estar en desacuerdo con los objetivos de independencia
agrícola del exterior. Por supuesto que la balanza comercial podría
mejorar, y mucho, si Cuba produjese, como hacía antes de 1959,
suficiente para alimentar a la población. Que se pregunte Raúl Castro
por qué ahora no sucede lo mismo, y por qué durante más de 55 años desde
que la llamada "revolución" confiscó los derechos de propiedad de los
empresarios agrícolas de la Isla, las cosas no han ido a mejor.
Creo que la economía tiene unas reglas que están más allá de la pesadez
ideológica, y de tanto cuento chino del "55 aniversario del Primer
Congreso Campesino en Armas, realizado en el territorio libre del
Segundo Frente "Frank País", de la inexistente unidad entre el
campesinado y el Ejército Rebelde. Toda esa palabrería sobra. Hay que
ser prácticos. Porque si el espíritu crítico que dicen que predomina por
todo el país, no se escucha realmente, y se mantiene la deriva
totalitaria en la gestión de la economía, seguirán con los mismos
problemas de improductividad e ineficiencia.
Cuando se den cuenta que superar el marasmo productivo no es ir dando
pequeños pasos, corrigiendo por aquí, eliminando una traba por allí,
sino por medio de una reforma en profundidad del marco jurídico de los
derechos de propiedad y los instrumentos de asignación de recursos de la
economía, otro gallo cantará. Desde luego, por esta vía, seguirán
produciéndose incumplimientos, no habrá orden ni disciplina, y todos los
años habrá que importar alimentos del exterior para evitar precariedad y
hambruna en la Isla.
Las llamadas reformas introducidas en la agricultura ni están bien
diseñadas, ni representan cambio significativo alguno para que la
economía empiece a funcionar. Se trata de parches estéticos cuyo único
objetivo es ganar tiempo, como las recientes autorizaciones a comercial
a los establecimientos turísticos.
Yo le hago desde la modestia una propuesta al responsable económico del
régimen para que, aprovechando este Encuentro Nacional adopte solo tres
medidas muy concretas, y relativas a la agricultura: generalización de
derechos de propiedad para los campesinos, con total libertad de
elección de producciones y superficie; y generalización de la
liberalización del comercio de todo tipo de productos y servicios. Ya
verán como el cumplimiento de los compromisos no será necesario. Ni
tampoco el orden y disciplina cuartelero. La economía agropecuaria
cubana en menos de dos ciclos productivos salta de dimensión y empieza a
ser productiva y autosuficiente. Hagan la prueba. No se cieguen por la
ideología, que ya se acabó.
Source: "Sobre las consignas de Raúl Castro a los agricultores cubanos -
Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/52380d743a682e10c09ad695
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