Ser decente o robar para sobrevivir
Los trabajadores estatales se debaten entre "inventar" y la honestidad.
Robar no soluciona el problema, pero alivia las necesidades
miércoles, mayo 28, 2014 | Ernesto Aquino Montes
LA HABANA, Cuba – Una considerable cantidad de hombres y mujeres, que
laboran en el sector estatal, coinciden en afirmar que entre las
principales causas del disgusto de los cubanos, se encuentran los bajos
salarios, las desigualdades entre los salarios de los administrativos y
los trabajadores, y las exigencias de los funcionarios estatales para el
cumplimiento de metas en las que el que produce no ha sido consultado.
Bajo la promesa de que no revelaríamos su identidad, un dependiente que
laboró en el Bar El Cristal, ubicado en la calle Monte #568, entre San
Nicolás y Antón Recio, en el municipio Centro Habana, La Habana, explicó
que "el salario básico de los trabajadores del sector gastronómico es
muy bajo; lo que nos pagan mensualmente son 225 pesos moneda nacional
(unos 8 dólares aproximadamente) y la falta de estímulo económico
produce un malestar que luego se traduce en la mala calidad en la
elaboración de los alimentos, deficiente higiene en los locales de venta
y malos tratos hacia los consumidores. ¨No estoy tratando de justificar
lo mal hecho, pero hay que entender que también nosotros somos víctimas".
Según este trabajador, la mayoría de las veces los usuarios no se
percatan de las pésimas condiciones bajo las cuales ellos tienen que
trabajar.
"No hay ningún medio de trabajo garantizado. Hay que estar inventando
para mantener activada la cafetería. Todos los problemas hay que
resolverlos generando recursos propios a través de relaciones
personales; ¡ah, y cuidándote!, porque el Estado no te resuelve nada,
pero te exige que el establecimiento tiene que ofrecer servicio y
cumplir con un plan de venta".
Otro ex dependiente del Bar-Cafetería El Mercy, ubicado en la calle
Monte, entre las calles San Nicolás e Indio, en el municipio Centro
Habana, La Habana, comentó: "Estamos obstinados. Mira en qué condiciones
tenemos que trabajar –dice, mientras señala el local, de paredes
deterioradas, mal iluminado y visiblemente sucio-. Como se puede
apreciar, las condiciones de
trabajo son muy malas. Los usuarios que frecuentan éste tipo de
establecimientos no son de los más deseables; y la verdad, uno no
siempre está de humor para soportarlos".
Aunque no todos los establecimientos comparten el mismo problema de la
mala apariencia e insalubridad, sí todos padecen el "síndrome" del bajo
salario y la falta de estímulos económicos.
Un ejemplo de ello es el mercado Variedades 23 y 12, ubicado en Calle
23, entre 10 y 12, en el Reparto Vedado, municipio Plaza, en La Habana.
Este establecimiento –de apariencia aceptable– ha logrado mantener, de
forma permanente, un aspecto general agradable en lo referente a la
limpieza y la presentación de los productos que ofrece.
Sin embargo, la causa de que establecimientos como este logren
distinguirse del resto de otros del mismo sector se debe, más que otra
cosa, a la posibilidad de los ingresos que obtienen por diferentes vías
ilegales.
Otro testimoniante, que fue empleado de ese mercado, aseguró que "allí
las cosas son un poco diferentes; porque hay rejuegos con algunos
productos de alta demanda como el queso, el helado y algunos cárnicos".
Explicó el ex trabajador que una parte de estos productos se retiene en
el almacén para luego venderlos clandestinamente a precios más elevados,
lo que compensa el bajo salario y contribuye a que los trabajadores no
busquen otras alternativas de empleo.
"Estrategias de la necesidad; donde el dolor de los valores perdidos, se
mezcla con el bienestar de una economía marginal que no soluciona el
problema, pero produce alivios; y entretanto, vamos entreteniendo la
ilusión de que estamos mejorando" –concluyó.
Source: "Ser decente o robar para sobrevivir | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/opiniones/ser-decente-o-robar-para-sobrevivir/
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