A la carga contra los taxis boteros
Si los boteros dejaran de funcionar mañana mismo, quedaría paralizada La
Habana. ¿Lo ignora el gobierno? No nos explicamos el bruto ensañamiento
con que le han caído arriba a esos luchadores de la calle gracias a los
cuales todavía los habaneros pueden llegar alguna que otra vez temprano
a su destino
martes, marzo 24, 2015 | José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba -La última ocurrencia de los estrategas de café con
leche que se dedican al acoso permanente contra los boteros, es que
ahora a ningún almendrón, porte o no la identificación de taxi, se le
permite llevar o recoger a extranjeros en la Terminal 3 del Aeropuerto
Internacional José Martí. Sólo pueden hacerlo los taxis estatales. Y por
otro lado, en la Terminal 2 (la de los vuelos a Miami), los almendrones
particulares están obligados a pagar 3 cuc por el parqueo, por breve que
sea su estancia para recoger o llevar a pasajeros, incluso a los propios
familiares. Quien se detenga en cualquier sitio que no sea el parqueo
para que un pasajero baje o suba, es multado por los policías que
permanentemente hacen guardia en los alrededores, a la caza de ingenuos
y desavisados.
No en balde entre los boteros se comenta que cada día hay menos
almendrones circulando en La Habana, debido a la abusiva saña de que son
víctimas por parte de inspectores y policías. En verdad se precisa de
aguante y necesidad para trabajar bajo tales presiones. Casi a diario
aparecen nuevas regulaciones y nuevos métodos de asedio. Vencerlos por
cansancio parece ser la consigna.
Un viejo empeño del gobierno cubano (pero mientras más viejo menos
realizable) es hacerle creer a la gente que al fin está en camino de dar
solución a la crisis del transporte público. Da ganas de reír, aunque no
es para risa la retahíla de estrategias engañabobos que ha puesto en
órbita en los últimos años, todas dirigidas a ganar tiempo para no verse
obligado a soltar de su puño absolutista un sistema de servicios que
jamás consiguió hacer que funcione debidamente y que ahora menos que
nunca podría conseguir, a no ser que al fin decida traspasarlo a la
empresa privada o al concurso de auténticas cooperativas.
Hace una década anunció que disponía de una inversión de 2 mil millones
de dólares para reestructurar, en un período de cinco años, el servicio
de ómnibus urbanos en La Habana. Pero el tiempo ha transcurrido y aquel
plan parece haber pasado a la historia. Desde luego que no había sido el
primer falso amago, ni fue el último. Planes y maromas verbales es lo
único que jamás escasean. Y de todo tipo, desde el cuantioso lote de
ómnibus que dijo haberle comprado a China, hasta el diseño de
cooperativas amañadas que fracasan desde su inauguración, por lo mismo
de siempre, porque no quiere soltar prenda.
Arrímate, para inspección
Según datos de la prensa oficial, a fines del año 2005, el número de
ómnibus que circulaba en la capital se había reducido, de 2.700 a 700,
durante un período de 17 años. Yo no veo que la situación haya mejorado
desde entonces para acá. Sin embargo, los planes y las promesas
continúan en alza. Ahora mismo la prensa oficial está cacareando otro
nuevo proyecto. No digo que mientan, digo que sueñan, o que les da gusto
hacer soñar gratuitamente a la gente.
Luego, para peor, cada vez que sueñan con la posible solución de la
crisis, su primera reacción es emprenderla contra los choferes de estos
viejos autos salvavidas.
Con todo y sus insuficiencias y sus altos precios, si los boteros
dejaran de funcionar mañana mismo, quedaría paralizada La Habana. ¿Lo
ignoran el gobierno y sus burócratas planificadores? ¿O será que lo
saben y no les importa? De otro modo no nos explicamos el bruto
ensañamiento con que una vez más le han caído arriba a esos luchadores
de la calle gracias a los cuales todavía los habaneros pueden llegar
alguna que otra vez temprano a su destino.
Source: A la carga contra los taxis boteros | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/a-la-carga-contra-los-taxis-boteros/
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