Donde hay negocio no hay escrúpulos
Los corredores de permutas no cuentan con el beneplácito de la mayoría
de la población, quienes los consideran "tramposos, oportunistas y,
muchas veces, "gente peligrosa"
lunes, abril 27, 2015 | Ernesto Aquino
LA HABANA, Cuba- Las disposiciones gubernamentales que en noviembre de
2011 autorizaron la compra y venta de viviendas, estimularon una nueva
fuente de trabajo legal que antes sobrevivía en los negocios
subterráneos del mercado negro. Pero con el paso del tiempo, el regreso
a la ilegalidad se ha convertido en una mejor opción.
Belinda, más conocida como la Pucha, de 42 años, quien se dedicó durante
10 años a la labor de corredora de permutas, considera que los altos
impuestos, la ausencia de garantías legales y las constantes
fiscalizaciones por parte de inspectores estatales y autoridades
policiales están incrementando las ilegalidades en el sector privado
laboral.
"Decenas de ciudadanos prefieren entregar su licencia de trabajo por
cuenta propia y continuar sus labores en el mercado ilegal", nos dice
Belinda. "Yo, por ejemplo, tenía que pagar a la ONAT (Oficina Nacional
de administración Tributaria) 500 pesos, por la licencia, más el 10 por
ciento cada vez que se realizaba una permuta. Yo no sé cómo le va a
otros, pero a mí no me daba la cuenta; por eso, ahora opero en el
mercado negro".
Otro corredor que prefirió mantenerse en el anonimato, asegura que
"gestionar permutas y compra-ventas de casas es un trabajo que muchas
veces resulta agotador y muy inseguro".
Este cuentapropista ilegal nos contó que tiene que "localizar al cliente
que está vendiendo, ponerte de acuerdo con él para establecer la parte
que te pagará por la gestión y luego comenzar a buscar al comprador,
quien también tendrá que pagar su cuota. No digo que no se gane dinero,
pero las cosas no son tan fáciles como parecen. La gente solo ve la
parte del dinero que ganamos, que no es tanto como se piensa".
Pero lo cierto es que estos cuentapropistas ilegales, que cada vez suman
más, no cuentan con el beneplácito de la mayoría de la población,
quienes los consideran "tramposos, oportunistas y, muchas veces, "gente
peligrosa" y sin escrúpulos".
Una funcionaria de la ONAT, que antes que se creara esta institución en
junio de 1995 se había dedicado al negocio de las permutas y
compra-ventas de casas, accedió a proveernos información sobre las
particularidades de este tipo de negocio.
La funcionaria afirmó que "el negocio de los corredores no solo es
lucrativo, muy lucrativo, sino que además, cuando ya has adquirido
alguna experiencia lo puedes realizar desde tu casa si tienes un
teléfono. Cuba es un país con mucha gente desempleada y con una
escolaridad muy deficiente; así que los más pícaros y habilidosos se
buscan 3 ó 4 necesitados y los ponen trabajar para ellos por unos pocos
pesos".
"Los 'buscadores' se encargan del trabajo más pesado. Y ahora con la
página de Revolico las cosas son más fáciles. El resto, es estrategia de
lobos: Detectar la desesperación del cliente y ofrecerte como la
solución salvadora. Yo conozco gente que lleva más de 30 años viviendo
de ese negocio, y viviendo bien", agrega.
Inconvenientes y peligros
Idelisa Caballeros, de 56 años, refirió que "en el año 1991 yo estaba
permutando. Un día, un señor con muy buena apariencia se presentó en mi
casa a las 9:00 de la mañana para ver la casa. Luego que la recorrió, me
aseguró que le convenía, y que si yo estaba de acuerdo podía ir a ver la
suya por la noche. Me dio una dirección, y sobre las 8:00 de la noche
fui a verlo. Lo cierto es que nunca encontré la dirección y cuando
regresé a mi casa me habían robado. Fue muy dolorosa la forma en que
tuve que aprender la lección".
Carlos Alberto Seijas, de 73 años, contó que a su hermana le cobraron
700 dólares por la venta de una casa que ella vendió en 25 mil dólares.
"Me parece abusivo, considerando que estos señores no se ocupan de
ningún trámite de cuantos hay que realizar; y además, ni siquiera pagan
impuestos".
Muchos y diversos fueron los testimonios recogidos sobre la labor que
realizan los llamados 'corredores de permutas' y 'gestores de
compra-venta de casas'.
"Es un negocio más; uno como tantos otros", nos dice Antonio Sarmiento,
de 42 años. "Gente mala y tramposa las hay en todas partes y en
cualquier negocio. El problema en Cuba es que el ciudadano no posee una
cultura del comercio honrado, de ese comercio que te permite ganarte la
vida sin estafar a nadie. Todo lo que aprendió sobre negocios se lo
enseñó la necesidad de sobrevivir en un país gobernado por leyes que lo
penalizan todo".
"Eso es muy cierto", afirmó Moraima, la esposa de Sarmiento. "Incluso en
los casos que el gobierno te permite legalizar un negocio, fíjate qué es
lo que pasa: que no te garantiza nada para trabajar y tú tienes que
acudir al mercado negro. La vida del cubano está marcada por la
improvisación".
Poco puede decirse sobre el futuro de la ilegalidad en Cuba, pero lo que
sí parece cierto es que a la improvisación y al empeño de sobrevivir
bajo cualquier circunstancia le queda mucho camino por recorrer todavía.
Source: Donde hay negocio no hay escrúpulos | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad-destacados/donde-hay-negocio-no-hay-escrupulos/
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