El capital amoral y la política indecente
El viaje de Andrew Cuomo a Cuba fue netamente de negocios, pero el
gobernador ha tratado de fusionar lo político con lo comercial, cuando
en realidad todo el asunto es exclusivamente de business
Julio M. Shiling, Miami | 29/04/2015 2:38 pm
Las cuadrillas del comercio internacional, en estos días, han ido
marchando a La Habana en compañía de sus oficiales electos. Nadie parece
querer perder la oportunidad de desaprovechar la percibida "ganga" de
comprar/arrendar barato antes de que llegue en groso del Norte, el
invasor convertido por decreto (tentativamente) en inversor. A Cuba la
geografía siempre la ha marcado. Ahora, nuevamente, vemos cómo su
colocación espléndida la convierte, perceptualmente, en el próximo edén
capitalista.
Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York, el aptamente titulado estado
del imperio ("Empire State"), lideró como se sabe una comitiva de una
parte de la alta élite empresarial neoyorkina de negocios de la talla de
MasterCard, la aerolínea JetBlue, la farmacéutica Pfizer y los yogures
Chobani. Lo trágico y risible a la vez, de esta excursión
comercial/política, es la racionalización incongruente y engañosa que el
primer jefe ejecutivo de Nueva York empleó. "El aislamiento no ha
trabajado", nos relató Cuomo. "El acercamiento y las relaciones
completas", continuó, "es la mejor forma de sostener un diálogo sobre
los temas que estamos de acuerdo y sobre los temas que no estamos de
acuerdo". Esta discursiva no es original para nada. Es consistente con
el disco grabado y rayado de los que ven en el "descongelamiento" lo más
grande desde el invento del pan rebanado.
Lo tragicómico de la visita emblemática del gobernador neoyorkino con
sus cortesanos comerciales, es la persistencia de querer engatusar al
pueblo estadounidense e impactar la opinión pública para promover
cambios más integradores en la política del Estado norteamericano hacia
la dictadura cubana. El viaje de Cuomo a Cuba comunista fue netamente de
negocios. El mismo encierra una iniciativa que ha titulado "Nueva York
Global" y es parte de una estrategia comercial que buscar ampliar las
operaciones mercantiles de empresas con el domicilio corporativo en el
Empire State. El descaro (o una parte del descaro) yace en la apología
barata que éste hace al fusionar lo político con lo comercial, cuando el
asunto se trata exclusivamente de business.
El gobernador de Nueva York no es la excepción en ejecutar este estilo
de llevar a cabo el negocio de gobernar. Todo lo contario, representa
más bien la regla de una clase política que busca ensanches económicos,
ignorando lo inmoral de comerciar con un régimen criminal y mafioso y
pretendiendo a la vez, que sus conciudadanos (potenciales consumidores)
no se den cuenta del encubrimiento. La mejor forma de timar al pueblo
estadounidense, en este caso específico, es meter la política en el
asunto y pretender convertir su postura mercantil en una gesta
estratégica con propósitos políticos y "humanitarios". "¿El aislamiento
no ha trabajado?". Podría adoptar esa postura si su misión a Cuba
comunista fuera la búsqueda de una mejoría en el respeto a los derechos
humanos, civiles, laborales, etc. Para eso, sin embargo, no estaría
llevando un batallón de mercaderes. Su incursión al establo de los
Castro, exclusivamente tiene que ver con intereses comerciales. La
política se ensucia al desnaturalizarse en una ejercitación apolítica.
Es cierto que Cuba apunta a ser un edén capitalista. Los cubanos han
demostrado su capacidad empresarial en todo el orbe. Su colocación
geográfica le beneficia extraordinariamente. Esto es fundamental, sobre
todo, cuando se toma en cuenta que la nación cubana extraterritorial
supera en producción a sus conciudadanos intramuros (medido por el PIB).
Cuba, sin embargo, sólo llegará a ese estado de adelanto y prosperidad
cuando sea libre y democrática y se haya reemplazado el bárbaro sistema
dictatorial actualmente en el poder.
Source: El capital amoral y la política indecente - Artículos - Opinión
- Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-capital-amoral-y-la-politica-indecente-322704
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