Cuba-Unión Europea: Otro diálogo de sordos
Los gobernantes cubanos se escudan en trasnochados conceptos de
soberanía para mantener su hegemonismo político, apuntalado por el total
desprecio a los derechos individuales y la soberanía popular
lunes, abril 27, 2015 | Leonardo Calvo Cardenas
LA HABANA, Cuba. -Los medios informativos internacionales dieron cuenta
esta semana de que la Unión Europea y el gobierno cubano convinieron el
pasado miércoles 22 de abril "estructurar el diálogo" sobre derechos
humanos. La decisión conjunta fue dada a conocer en una conferencia de
prensa conjunta de la jefa de la diplomacia del bloque europeo Federica
Mogherini y el canciller cubano Bruno Rodríguez en el marco de la
reciente gira de este último por varios países del viejo continente. El
anuncio abre de hecho tantas expectativas como dudas a tenor del
redimensionamiento o reorientación de las relaciones de las naciones
democráticas de Europas y Norteamérica con el único totalitarismo que ha
conocido el hemisferio occidental y la persistente resistencia del alto
liderazgo de La Habana a asumir posturas autocríticas en esta materia o
tan siquiera reconocer la pertinencia de los valores universalmente
reconocidos.
Después de un mes del viaje de Mogherini a La Habana, al hacer el
anuncio ambos representantes se mostraron optimistas en avanzar en el
diálogo en curso, aunque reconocieron las diferencias que en esta
materia mantienen las dos partes, lo cual hace complejo y nada fácil el
intercambio planteado. La alta funcionaria europea anunció la
designación de Stavros Lambrinidis, representante especial de la Unión
Europea para los derechos humanos, para encargarse de la difícil tarea.
A pesar de que ambas partes han reiterado su voluntad de hacer avanzar
este nuevo diálogo bilateral, matizado además por los nuevos ambientes
de distensión que caracterizan las relaciones Cuba- Estados Unidos,
considero que no va a ser nada sencillo alcanzar resultados
trascendentes en este nuevo intento de comprometer a las autoridades
cubanas, de manera seria y consecuente, con el respeto a los derechos y
dignidades de la persona humana.
Ya constituye una enorme concesión comenzar un diálogo sobre el tema
mientras el gobierno cubano mantiene intactos sus presupuestos legales e
institucionales y las prácticas cotidianas que desconocen y violan casi
todos los derechos de los cubanos. Porque para respetar los derechos de
los demás solo hay que respetarlos, para asumir las responsabilidades
que asisten a cualquier gobierno con la garantía y promoción de los
derechos humanos solo hay que actuar en consecuencia, no hace falta
conversar con ningún ente ajeno, por mucha buena voluntad y compromiso
que anime al interlocutor foráneo e influyente.
No es la primera vez que se ensaya un ejercicio como este, en otros
momentos la propia Unión Europea o algunos gobiernos por separado han
intentado conducir al gobierno cubano, a través del diálogo
constructivo, por el camino del compromiso serio con los valores y
prácticas universalmente reconocidos. Recuerdo ahora los esfuerzos del
ex primer ministro canadiense Jean Luc Cretien, con quien incluso los
gobernantes cubanos llegaron a importantes acuerdos y de quien
obtuvieron considerables recursos financieros, y a quien por cierto
empujaron a una crisis política al ser cuestionado en su país por
propios y ajenos por los nulos resultados de un acuerdo que el alto
liderazgo de La Habana convirtió en letra muerta.
No puedo imaginar cual será el diseño planificado por la Unión Europea
para alcanzar resultados positivos tanto en materia de cooperación
como en ámbito de los derechos fundamentales en Cuba, habida cuenta de
que los gobernantes cubanos se escudan en trasnochados conceptos de
soberanía para mantener su hegemonismo político, apuntalado por el total
desprecio a los derechos individuales y la soberanía popular.
Hace unos meses en el marco de un diálogo de varios líderes de la
sociedad civil independiente con el viceministro de relaciones
exteriores de Polonia, expresamos nuestro respaldo a los esfuerzos de la
Unión Europea por encaminar al gobierno cubano por senderos democráticos
a través del dialogo, pero reafirmamos el imperativo de dejar de ser
objetos de solidaridad para convertirnos en sujetos protagonistas
legítimos de una correlación sociopolítica que exprese la natural
diversidad y pluralismo de la Cuba actual.
Varios son los argumentos que la Unión Europea puede esgrimir en el
marco de este difícil diálogo. Bien podrían hacer hincapié en las
normativas y presupuestos institucionales que desconocen derechos
fundamentales, que penalizan libertades elementales. La aberración
jurídica del índice de peligrosidad pre delictiva podría ser un fuerte
elemento de discusión y cuestionamiento. Los interlocutores europeos
deben impugnar de manera persistente la violencia terrorista que cada
día reprime la oposición pacífica dentro de Cuba.
Otro elemento factible de analizar es el doble rasero del gobierno
cubano, el cual participa en el sistema de promoción y protección de
los derechos humanos de la ONU, pero mantiene hacia el interior de la
Isla silencio o tendenciosa manipulación sobre lo que sucede en estos
espacios vinculantes de articulación global.
La Unión Europea en el marco del diálogo planteado podría reafirmar la
necesidad de ratificar los Pactos de derechos humanos firmados en
febrero de 2008 por las autoridades de La Habana, amén de utilizar como
patrón de cuestionamiento y exigencia las críticas, señalamientos y
recomendaciones enviados a Cuba por el Examen Periódico Universal EPU,
por el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial
CERD, por el Comité de la ONU contra la Violencia Contra la Mujer CEDAW,
por el Comité de la ONU de los derechos del Niño o por el Comité de la
ONU para la protección de la Libertad de Asociación, Reunión y
Manifestación Pacífica.
Deseo la mejor de las suertes para los interlocutores europeos, sin
embargo dudo mucho puedan lograr un compromiso consecuente de una
contraparte que carece de la mínima voluntad para reconocer la dignidad
y los derechos del otro, una contraparte que sueña con construir sólidas
alianzas con las grandes potencias y conservar intactas su hegemonía
interna y su capacidad represiva.
Atención líderes democráticos del mundo, en Cuba y América no
necesitamos un Mubarak, un Rey Fahd, tampoco un Vladimir Putin.
Montesinos3788@gmail.com
Source: Cuba-Unión Europea: Otro diálogo de sordos | Cubanet -
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