La CEOE pone un pie en Cuba
La patronal española se alía con su par isleña para alentar la inversión
JUAN JESÚS AZNAREZ La Habana 3 MAY 2015 - 00:00 CEST
La onda expansiva de la distensión entre Estados Unidos y Cuba también
alcanzó al empresariado español, que cierra filas para ampliar su
presencia en el mercado cubano en la esperanza de que se liberalice
progresivamente. La Confederación Española de Organizaciones
Empresariales (CEOE) y la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba
(AEEC), el único sindicato empresarial extranjero autorizado a operar en
la isla, firmaron su primer convenio de colaboración para aprovechar
sinergias entre las sociedades ya instaladas en el país caribeño y las
que quieren hacerlo. "Creo que el sector privado en Cuba no tiene marcha
atrás y con el potencial de turismo se va a desarrollar más", sostiene
Xulio Fontecha, gallego, nuevo presidente de la AEEC.
Creada en 1994 e irrelevante hasta la renovación de su equipo directivo,
la asociación ha ganado posiciones a partir del deshielo del 17 de
diciembre entre Washington y La Habana y el nuevo contexto
internacional. La vinculación entre CEOE y la AEEC fue suscrita por el
vicepresidente de la patronal española, Joaquim Gay de Montellá, y
Fontecha, en el marco de la reciente visita a Cuba del secretario de
Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, al frente de una delegación de
45 empresas españolas.
"Uno de los objetivos del convenio es que las empresas interesadas en
comerciar o invertir en Cuba cuenten con nosotros", enfatiza el
directivo coruñés.
La AEEC agrupa a unas 230 empresas, que son entre el 80% y el 90% de las
que trabajan con Cuba, la mayoría pequeñas y medianas. La mitad de los
asociados reside en la isla. Recientemente, las firmas vascas, que
funcionaban aparte, se integraron en la AECC con un estatus propio.
"Nuestra interlocución con las autoridades cubanas es perfecta. Los
empresarios privados no tenemos intenciones políticas y no es mi tarea
promover cambios en Cuba", señala Fontecha. España es el tercer socio
comercial de la isla caribeña, por detrás de Venezuela y China, con un
intercambio bilateral que ronda los mil millones de euros anuales.
Legalmente, la AEEC es una asociación cubana constituida por
extranjeros, adscrita al Ministerio de Justicia de la isla y subordinada
a la Cámara de Comercio de Cuba. Cualquier reclamación, sugerencia o
análisis que desee trasmitir a las autoridades pasa por la Cámara, que
tramita la petición al resto de organismos cubanos.
Fontecha asumió la presidencia de la asociación en abril del año pasado,
sustituyendo a un equipo cansado después de muchos años de gestión y
problemas. "Había un gran desánimo. La asociación estaba prácticamente
muerta. No ofrecía nada", dice el emprendedor.
En los últimos tiempos, el empresariado había padecido una suerte de
corralito financiero en Cuba. Muchos empresarios españoles abandonaron
isla, otros redujeron su actividad o cerraron oficinas aunque
mantuvieron operaciones comerciales desde España. "Fue un momento muy
duro para el empresariado y para la asociación. Cada mes desaparecían
cuatro, cinco o seis asociados", recuerda Xulio Fontecha, administrador
en la isla de un grupo internacional de maquinaria industrial. Hace tres
años Estados Unidos, en aplicación de la ley Helms Burton, le requisó
una importante cantidad de dinero, que recuperará si el Congreso
norteamericano levanta el embargo a Cuba.
La AEEC se planteó un cambio en el equipo directivo cuando empezó a
mejorar la situación en el país: "Ganamos nosotros por una mayoría
contundente frente a otras candidaturas, y empezamos aplicar un
programa", explica el nuevo presidente. "Pero aquí todo se hace por amor
al arte. Aquí no hay ejecutivos ni tarjetas black, y te juegas mucho,
porque sabes que cuando te conviertes en directivo de una asociación de
este tipo, la única en Cuba, repito, te conviertes en una persona
observada, y todo lo que dices se tiene en cuenta".
La asociación ha comenzado a prestar servicios, como cursos de
formación, seminarios y conferencias. "Tenemos que hacer de todo: de
club financiero, de asociación empresarial y de club de actividades
lúdicas. Cuba no es un país fácil para el tema del mercado, de la
inversión. Es lento, complicado y tiene una legislación muy especial,
que no siempre se conoce bien".
Con más de 20 años de experiencia en Cuba, el presidente de la AEEC dice
que la nueva y emergente iniciativa privada de la isla empieza a
relacionarse con la asociación. "Algunas personas que eran clientes
míos, trabajadores en empresas estatales, me dicen que han montado un
cooperativa. Se han convertido en propietarios. Yo estoy a su
disposición cuando vayan construir una nave, o para venderles
tecnología, o para formarles. La cooperativa suena mucho a socialista,
pero es un término de transición. Son empresas privadas, las futuras
pymes cubanas".
Además de los emprendedores que abrieron paladares (restaurantes),
peluquerías o servicios de transporte público, operan cooperativas
creadas por empleados del Estado que perdieron el empleo. Son
agrupaciones que acometen, entre otros objetivos, obras de mantenimiento
de viviendas, explotaciones agrícolas o se encargan de la gestión de
restaurantes que antes administraba el Estado.
Primer contrato de Mariel
La empresa española Hotelsa, dedicada a la fabricación y
comercialización de productos alimentarios y bebidas para la hostelería,
construirá una fábrica en una parcela de 5.000 metros cuadrados situada
en la llamada Zona Especial de Desarrollo del Mariel.
Se trata de la primera empresa extranjera que llega a un acuerdo para
construir en el principal proyecto concebido por el Gobierno cubano para
atraer inversión extranjera, a 45 kilómetros de La Habana. Hotelsa
comenzará levantar su fábrica en junio y, en una primera fase, invertirá
seis millones de euros en la nueva fábrica. Empleará a unos 50
trabajadores, todos cubanos, según informa en su página web.
Elaborará productos alimenticios y establecerá contratos con empresas
cubanas para la compra de materias primas locales como pulpas,
concentrados de frutas, café, azúcares, melazas, harinas o alcohol,
entre otros. Desde hace 20 años, la empresa española comercializa sus
productos en la isla. En esta nueva etapa esperan que la gran mayoría de
los productos fabricados en Mariel se comercialicen en máquinas
dispensadoras que se instalarán en hoteles y otros establecimientos
turísticos. Cuba dedica cerca de 2.000 millones de euros anuales a la
importación de alimentos. Para conseguir la autosuficiencia en varios
sectores, ha ofrecido a la inversión extranjera 246 proyectos
presupuestados en más de 8.000 millones de dólares.
Source: La CEOE pone un pie en Cuba | Economía | EL PAÍS -
http://economia.elpais.com/economia/2015/04/29/actualidad/1430323284_169273.html
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