El estrés, nueva fuente de negocio
LUZ ESCOBAR, La Habana | Agosto 21, 2015
La imagen de Cuba como un país con gente siempre distendida y ajena al
curso del reloj dista mucho de la realidad. El estrés cotidiano va en
aumento por estos lares, en especial entre quienes llevan la carga
económica de una familia, tratan de sacar un negocio adelante o trabajan
con jefes exigentes. Para paliar la tensión, afloran espacios y
servicios que prometen una relajación efectiva y "un cuerpo renovado".
Técnicas como el masaje, la acupuntura, el taichi o el yoga son algunas
de las más populares entre quienes buscan sacudirse las preocupaciones y
el cansancio corporal. Para los que pueden pagar más, han surgido las
saunas y los jacuzzi, aunque la gran mayoría de la población sigue
apelando al banco de un parque o al rítmico balanceo de un sillón para
alejar la ansiedad.
A Gilberto sus clientes le dicen "manos de oro", porque "donde pongo los
dedos no hay dolor, nudo o malestar que se mantenga", cuenta orgulloso
de sí mismo. Se graduó hace casi dos décadas de médico general integral
y después se especializó en fisiatría, algo que siempre le gustó desde
niño. "Miraba a mi abuela cuando sobaba a alguien para quitarle un
empacho y aquello me fascinaba", cuenta este cienfueguero que se instaló
hace años en La Habana.
Ahora tiene su propio negocio, pero después de un largo periplo por las
instituciones de salud estatales. "Estuve en un policlínico y allí
conocí a muchos de los clientes que siguen conmigo ahora", cuenta.
"Aquella sala de fisiatría fue una escuela y no sólo por lo que aprendí,
sino por los mil y un inventos que teníamos que hacer para poder prestar
servicio", recuerda Gilberto. Un día la suerte dejó de estar de su lado.
"Le di un masaje a una mujer joven y me salté el protocolo de tener una
enfermera presente en la sala, porque ese día teníamos poco personal",
detalla como el motivo de su salida del sector estatal. "Después ella me
puso una denuncia por supuestamente haberme propasado con las manos y me
pusieron una sanción que no firmé". Pocos meses después ya estaba otra
vez atendiendo clientes, pero en esta ocasión "por la izquierda".
"Ahora gano diez y hasta quince veces más de lo que me pagaban en aquel
policlínico", asegura. Un selecto grupo de clientes pone sus cuerpos en
manos de este diestro masajista para que les haga olvidar la dura
jornada laboral. En la lista de sus más fieles parroquianos hay desde
empleados de la recién reinaugurada embajada de Estados Unidos, hasta
escritores con libros publicados en el extranjero. "Le cuentan a sus
amigos y después ellos me llaman para contratarme", explica.
Si hace unos años las ofertas de relajación estaban enfocadas en
diplomáticos, deportistas y una élite social con moneda convertible,
ahora el consumo de estas prácticas se ha extendido. "Tengo un par de
clientes que tienen un restaurante privado y cada noche terminan muertos
de cansancio; sin mi ayuda no podrían mantenerse en pie". Los
trabajadores por cuenta propia del sector gastronómico y de alojamiento
demandan las terapias anti estrés e invierten parte de sus ganancias en
ellas.
Pero también hay casos como el de Lucía, secretaria en una firma con
capital mixto y atada a su teléfono móvil para recibir las órdenes de su
jefe desde Valencia. "Cuando empecé en este trabajo pensé que me iba a
volver loca, no paraba, no tenía vida y los fines de semana me los
pasaba en la cama durmiendo". Ahora asiste al Spa O2 en Nuevo Vedado,
cerca del Zoológico de La Habana, donde puede optar por un rato en la
sauna, masajes o hacer hércules. "Soy otra persona", concluye.
El lugar está lleno de celebridades y gente de cine o televisión. "Lo
mismo me encuentro con la cantante Liuba María Hevia que con el último
rostro femenino de la telenovela cubana", detalla Lucía, quien esta
semana optó por un masaje reductivo y parafina. "Tengo que hacer todo
esto antes de la próxima semana, porque el valenciano viene y me tiene
que encontrar nueva de paquete, lista para el trabajo".
El mercado de objetos pensados para la relajación también va en aumento.
"Vendo un colchón con ocho puntos de masaje para el cuerpo, en especial
el cuello, la espalda, nalgas y piernas", ofrece en el sitio digital
Revolico, un vendedor llamado Santiago que quiere 150 pesos convertibles
por su peculiar objeto. Las llamadas camillas de masaje también son muy
demandadas y algunas de las que se venden en el mercado informal han
sido sustraídas de hoteles y hospitales.
Por diez pesos convertibles Gilberto ofrece un masaje corporal intenso y
por el mismo precio pone a mover sus pulgares y hace una terapia
shiatsu. "También tengo en el catálogo masaje reductivo, con piedras
calientes y linfático", puntualiza. "Es una ventaja que sea médico
porque conozco muy bien la estructura del cuerpo humano, la posición de
los músculos, tendones y las cuestiones óseas".
El cine y la televisión también han contribuido a un aumento en la
demanda de estas terapias. "Hay mujeres que llegan y me dicen que
quieren que les haga la misma técnica que vieron en una telenovela... Se
creen que yo soy adivino o que me paso el día pegado al televisor",
ironiza el fisiatra. "Estoy tratando de aumentar el catálogo y voy a
contratar a una amiga especialista en reflexología", dice este
emprendedor nato.
Sin embargo, Gilberto no ha querido regularizar su situación y sacar una
licencia de masajista que le permita hacer su trabajo de forma legal. Su
sueño es "abrir un spa propio con sauna y jacuzzi", aunque no descarta
otra opción: "Si la cosa sigue como va, creo que me iré con mis manos de
oro a otro país".
Source: El estrés, nueva fuente de negocio -
http://www.14ymedio.com/nacional/estres-nueva-fuente-negocio_0_1838216170.html
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