Trump podría cambiar política de Obama con Cuba
enero 20, 2017
Armando de Armas / martinoticias.com
Cuando visitó en Miami la sede de la Brigada 2506 en plena campaña,
prometió a los veteranos de la fallida invasión a la isla por Bahía de
Cochinos en 1961 luchar por restaurar la democracia en Cuba.
En medio de las medidas de seguridad relacionadas con el acto de toma de
posesión este viernes del presidente Donald Trump, de policías
fuertemente armados, barreras frente a edificios, restricciones de
estacionamiento, cámaras en todas partes, calles céntricas de Washington
cerradas al tránsito vehicular desde más de dos semanas, salta la
interrogante, entre muchas otras de índole internacional, de qué
política seguirá hacia Cuba el multimillonario de Nueva York, devenido
mandatario de EEUU.
La postura del presidente Trump hacia Cuba podría calibrarse desde sus
múltiples declaraciones en plena campaña presidencial, hasta sus más
recientes críticas al castrismo, a raíz de la muerte el pasado 25 de
noviembre del hombre que rigió los destinos de la por más de medio siglo.
Cuando visitó en Miami la sede de la Brigada 2506 en plena campaña,
prometió a los veteranos de la fallida invasión a la isla por Bahía de
Cochinos en 1961 luchar por restaurar la democracia en Cuba.
"No los defraudaré", dijo a los exiliados cubanos que sueñan desde hace
décadas con una Cuba libre.
Meses después, la muerte de Castro provocó en el presidente profundas
críticas al régimen cubano y a la figura del dictador.
"El día de hoy, el mundo registra la desaparición de un dictador brutal
que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de
Fidel Castro es uno de fusilamientos, expoliación, sufrimiento
inimaginable, pobreza, y la negación de los derechos humanos
fundamentales", señaló.
"Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que el día de
hoy marque un alejamiento de los horrores soportados por demasiado
tiempo, hacia un futuro en el cual el maravilloso pueblo cubano
finalmente viva en la libertad que tanto merece", subrayó Trump.
"Aunque no se pueden borrar las tragedias, las muertes y el dolor
causados por Fidel Castro, nuestro gobierno hará todo lo posible para
asegurar que el pueblo cubano pueda finalmente iniciar su camino hacia
la prosperidad y la libertad", apuntó.
"Me uno a los numerosos cubanoamericanos que me respaldaron tan
admirablemente durante la campaña presidencial, incluyendo a la
Asociación de Veteranos de la Brigada 2506, que me brindó su apoyo con
la esperanza de que un día no lejano podamos ver a una Cuba libre", recalcó.
El 28 de noviembre dejó clara su disposición de culminar la política de
normalización iniciada por la administración Obama si La Habana no
cambia su postura:
"Si Cuba no está dispuesta a hacer un acuerdo mejor para el pueblo
cubano y los cubano-estadounidenses en su conjunto, pondré fin al
acuerdo", escribió en Twitter, confirmando algo que había anunciado
desde su campaña cuando prometió que "revocaría" las medidas ejecutivas
de Obamasi no eran restauradas "las libertades en la isla".
Un día después su equipo declaró en un comunicado que la liberación de
presos políticos, el retorno de fugitivos de la Justicia estadounidenses
y la libertad política y religiosa serán las prioridades para Cuba del
próximo presidente de EEUU.
"El presidente electo quiere ver libertad en Cuba, para los cubanos, y
un buen trato para los estadounidenses, en el que no nos tomen por
tontos", dijo su portavoz Jason Miller en una conferencia telefónica con
periodistas.
Hasta el momento ha nombrado a varios cubanoamericanos de línea dura
respecto al régimen isleño en puestos importantes de su equipo de
transición: John Barsa, Carlos E. Díaz-Rosillo, Mauricio Claver-Carone e
Yleem Poblete, hecho que los analistas valoran como un adelanto en su
promesa de apretar las tuercas al régimen castrista.
El ex congresista federal estadounidense, Lincoln Díaz-Balart, dijo en
una reciente entrevista con Martí Noticias que, por ejemplo, el
nombramiento del cubanoamericano John Barsa en su equipo de transición
para el Departamento de Seguridad Interna por el presidente electo de
EE.UU, Donald Trump, "es sumamente emocionante" y que "estamos ante una
extraordinaria noticia".
El ex legislador cubanoamericano abundó que Barsa es un "hombre
brillante, profesional de éxito, un amante de la libertad y un patriota
no sólo en relación con Estados Unidos sino en relación con Cuba"...
"Barsa es un experto en la temática de la isla y un amante de su
libertad", puntualizó Díaz-Balart.
Los congresistas cubanoamericanos por Florida, Ileana Ros-Lehtinen y
Mario Díaz-Balart, en compañía de Lincoln, dijeron en diciembre en rueda
de prensa en Miami que esperan que las concesiones unilaterales de la
Casa Blanca al gobierno de Raúl Castro lleguen a su fin cuando Donald
Trump asuma el poder el 20 de enero.
Por otra parte, el empresario Rex Tillerson, nominado por Trump para ser
secretario de Estado, mencionó ampliamente a Cuba en su discurso para la
confirmación en el puesto, algo inusual en este tipo de evento, al
apuntar que el proceso de acercamiento a la isla de Obama se desarrolló
sin forzar a Cuba a hacer "concesiones significativas" en el área de
derechos humanos, y dijo que recomendaría al presidente vetar cualquier
propuesta de ley sobre el levantamiento del embargo a la isla.
"Debemos adherirnos a estándares de rendición de cuentas. Nuestra
reciente relación con el Gobierno de Cuba no estuvo acompañada por
ninguna concesión significativa en cuanto a derechos humanos. No les
hemos hecho rendir cuentas por su conducta", dijo Tillerson en su
audiencia de confirmación en el Senado.
"Quisiera examinar el criterio por el cual Cuba fue excluida de la lista
de naciones que apoyan el terrorismo y ver si esa exclusión fue
apropiada y si las circunstancias que condujeron a la exclusión aún
existen", dijo Tillerson.
A la pregunta del senador republicano Marco Rubio de si, en el caso de
que el Congreso estadounidense apruebe el levantamiento del embargo a
Cuba y "no ha habido cambios democráticos en la isla", Tillerson
aconsejaría a Trump que vetase esa ley, el nominado a secretario de
Estado respondió: "Sí, lo haría".
Y se preguntó además Tillerson cómo fue que salió Cuba de la lista de
países terroristas del Departamento de Estado, y cómo se hizo esa
evaluación por los funcionarios de esa entidad. Destacó que "si las
circunstancias cambian se deben cambiar las políticas" pero se deben
analizar la situación de Cuba, las leyes estadounidenses como La ley de
la Libertad, etc.
Es de considerar también que el consejero de política exterior más
cercano de Trump es el teniente general Michael Flynn, un ex jefe de la
Agencia de Inteligencia de Defensa que fue nombrado como asesor de
Seguridad Nacional en noviembre, ha lanzado fuertes críticas a la
conducción de la guerra contra el terrorismo bajo la Administración
Obama y ha mencionado a Cuba en ese sentido.
"Estamos en una guerra mundial, frente a una alianza enemiga que va
desde Pyongyang, Corea del Norte, a La Habana, Cuba, y Caracas,
Venezuela. En el camino, esa alianza recoge a los países musulmanes
radicales como Irán y organizaciones tales como Al Qaeda, los talibanes
y el Estado Islámico", declaró Flynn en julio del año pasado a New York
Post.
Source: Trump podría cambiar política de Obama con Cuba -
http://www.martinoticias.com/a/trump-cambiara-la-poitica-de-obama-con-cuba/137381.html
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