Analistas: En el gobierno 'parece haber consenso' sobre la necesidad de
eliminar la 'libreta'
Agencias | 20/05/2008
La libreta de abastecimiento, vigente desde hace 46 años, podría caer
bajo el peso de las transformaciones de la economía, reportó la agencia
IPS citando a especialistas.
Según economistas consultados por IPS, en el gobierno "parece haber
consenso" en cuanto a la necesidad de eliminar ese sistema de
distribución igualitario, porque se considera que, si en algún momento
jugó un papel importante, hoy es un elemento "anacrónico" que más bien
se ha convertido en un elemento de inequidad.
Sin embargo, "no es algo que pueda hacerse de manera abrupta y, además,
debe ir acompañado de una serie de medidas encaminadas a evitar un
impacto traumático en determinados sectores de la población", dijo a la
agencia el economista y profesor universitario Armando Nova.
"Hay que trabajar para eliminar esa forma de distribución que da a 11,2
millones de personas (la población de Cuba) lo mismo, aunque haya quien
no lo necesite. Puede ser mejor subsidiar a personas y familias en vez
de productos, pero dentro de un proceso muy bien pensado y de manera
sistémica", añadió el experto.
La discusión sobre el tema aumentó luego de que Raúl Castro calificara
de irracionales e insostenibles, en las actuales condiciones de la
economía del país, los "millonarios subsidios" que suponen, entre otros,
los productos distribuidos a través de la libreta de racionamiento.
Fuentes oficiales calculan en 1.000 millones de dólares el gasto anual
promedio en productos para esa canasta básica, que se vende a precios
subsidiados. Pero este año, se calcula que las importaciones totales de
alimentos llegarán a 1.900 millones de dólares, debido al alza
internacional de precios.
"La libreta no alcanza para el mes, pero al menos me asegura algunas
cositas a bajo precio; arroz, algo de frijoles, azúcar, alguna proteína,
y aún así la pensión se va en un suspiro. Si la quitan, ya te puedes
imaginar", comentó Digna Pérez, profesora jubilada de 59 años.
Según Nova, diversos estudios indican que en la actualidad los alimentos
que reciben las familias cubanas de manera racionada aseguran
aproximadamente el 36% de las calorías diarias por persona y cubren unos
12 días del mes, mientras las proteínas no alcanzan para más de 10 días
y las grasas, para nueve.
"La libreta no es ni la sombra de lo que fue en los años sesenta, ni
constituye una fuente determinante respecto al consumo total de
alimentos, pero tampoco es para despreciar", dijo el investigador del
Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), de la Universidad de La
Habana.
El sistema de distribución nació mediante la Ley 1.015, del 12 marzo de
1962, para sortear la escasez generada, entre otros factores, por la
ruptura con Estados Unidos, principal abastecedor del país entonces.
"Se creó una situación compleja, que internamente podía ser explosiva, y
la libreta cumplió su objetivo de asegurar a cada familia lo necesario
para vivir. Hacia los años ochenta, gracias a esa forma de distribución
normada y la existencia de un amplio mercado libre a precios accesibles,
se pudo decir que Cuba había alcanzado un nivel de equidad único en
América Latina", indicó Nova.
Pero a fines de esa década y principios de los años noventa, la
desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista europeo,
entonces los principales socios políticos y económicos de la Isla, la
privaron nuevamente de sus mercados fundamentales y la economía cayó en
picada, con impacto dramático en el nivel de vida de los cubanos.
Hacia 1993, el consumo se redujo un 31% respecto a 1989, en tanto el
producto interno bruto (PIB) bajó un 35%. La situación comenzó a
revertirse en los años siguientes y, según datos oficiales, en 2000 el
consumo total había crecido un 37%.
A fin de completar sus necesidades, los cubanos deben acudir a los
Mercados Agropecuarios que, a precios muy altos, ofrecen en moneda
nacional frutas, hortalizas, granos y cereales, carne de cerdo y otros.
Los demás renglones, igualmente imprescindibles, desde calzado,
artículos de aseo personal y para el hogar, hasta electrodomésticos o
muebles, tienen que adquirirlos —también a altos precios— principalmente
en las llamadas Tiendas Recaudadoras de Divisa (TRD), que surten además
alimentos ausentes desde hace mucho tiempo del sistema de racionamiento.
En las TRD funcionan en pesos convertibles (cuc), única divisa de
circulación permitida y sin valor fuera de la Isla. El salario medio de
los cubanos es del equivalente en moneda nacional a unos 15 cuc mensuales.
Nova consideró que "habría que trabajar por la unificación de todos
estos los mercados e ir buscando un acercamiento que permita bajar los
precios", como parte de una receta que debe incluir la eliminación de
las "ataduras o nudos que traban el desarrollo de las fuerzas productivas".
En su opinión, eso requiere "cambios en las relaciones de producción"
que faciliten el aumento de los rendimientos, particularmente en el
sector agropecuario, y marchar "hacia la creación de una tasa de cambio
en el ámbito empresarial que posibilite cerrar el ciclo productivo".
Expertos han señalado que entre los factores de desestímulo que pesan
sobre los productores de alimentos, figuran la tasa de cambio de uno por
uno (pesos cubanos por pesos convertibles) que se aplica en el caso de
las empresas, y la falta de un mercado de cambio en el cual pudieran
comprar divisas para importar insumos y equipos que les permitan mejorar
la producción.
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