"...La visión oficial de los problemas y soluciones de la economía
cubana supone, ante todo, dejar intacto el modelo comunista existente en
la Isla desde comienzos de los años 60..."
Elías Amor
17 de junio de 2009
La grave crisis que atraviesa la economía cubana está provocando entre
los economistas un debate que pone de manifiesto la existencia de dos
posturas diferentes. De un lado, los que se alinean con las tesis
oficiales, piensan que el problema de la economía es grave pero se puede
resolver dentro del sistema comunista, es decir, con el modelo basado en
la planificación centralizada, la ausencia de propiedad privada y de
economía de mercado libre.
En tal caso, el diagnóstico es muy claro. El pasado lunes, Alfredo Jam,
premio nacional de Economía de Cuba, en un discurso en la inauguración
de un encuentro internacional de contabilidad, auditoria y finanzas,
resumía esta posición oficial en los siguientes términos, "la crisis de
la economía cubana es muy profunda y difícil por la ineficacia del
sistema de gestión, la baja productividad de sus trabajadores, la
desmovilización de los jóvenes y los efectos de la coyuntura mundial".
Para terminar diciendo, ´´estamos en un momento verdaderamente
complicado de nuestra historia´´.
La denominada versión oficial alimenta las tesis "reformistas" de Raúl
Castro que, hasta la fecha, no han visto la luz como consecuencia de las
trabas burocráticas y administrativas existentes. De igual modo, los
problemas de la economía se atribuyen, a la "falta de estímulos de la
población", señalando que "en Cuba es alta la población en edad activa
que no trabaja porque los jóvenes rechazan tareas que pudieran darles
ingresos pero que no les dan satisfacciones´´. En ese sentido, Jam
piensa que "hay una reserva de fuerza laboral para sectores vitales como
la producción de alimentos y la construcción, pero que la gente no se
moviliza".
La receta a los problemas se sugiere dentro del propio sistema, y se
basa en que ´´es necesario que el salario estimule la eficiencia. Como
existe un exceso de protección, tenemos una población económicamente
activa más alta que la deseada´´ dijo Jam. Para concluir que "existe una
muy baja productividad en varios sectores de la economía a pesar de las
reservas de fuerza laboral, que deben ser estimuladas de inmediato".
Los problemas quedarían entonces resueltos, "aumentando las
exportaciones y sustituyendo las importaciones, aumentando la
productividad de las empresas y eliminando las deficiencias del modelo
de gestión".
Esta visión oficial de los problemas y soluciones de la economía cubana,
alineada con destituciones de altos cargos, ataques continuos desde
Granma y Juventud Rebelde a directivos de instituciones y empresas
estatales de actitudes de ´´tolerancia´´ y ´´blandenguería´´ que
empeoran la crítica situación, supone, ante todo, dejar intacto el
modelo comunista existente en la Isla desde comienzos de los años 60.
Por una extraña razón, que no se consigue comprender, la versión oficial
no admite la posibilidad de que el principal problema de la economía
cubana sea su modelo estatal e intervencionista, basado en la supresión
de la libertad de empresa y la propiedad privada. Quiénes han fracasado
en la dirección de los asuntos económicos en la Isla, no van a acertar
tampoco ahora en las soluciones propuestas.
Se requieren cambios de largo alcance que supongan la remoción
definitiva de las instituciones que laceran el funcionamiento de la
economía de mercado. Restaurar la propiedad privada a todos los niveles,
devolver a los cubanos el derecho de propiedad a su vivienda, a su
empresa, al ejercicio libre de su profesión u oficio, es el primer paso
a dar en la reorganización del sistema. Ello debe ir acompañado de un
aumento de confianza en las posibilidades reales de cada uno, y en el
conjunto de la sociedad, requisito básico para el funcionamiento de la
economía.
En los 50 primeros años del siglo XX la economía cubana demostró al
mundo su extraordinaria capacidad productiva y organizativa, generando
una sociedad dinámica, próspera y eficiente que cada año atraía a medio
millón de ciudadanos europeos en busca de una vida mejor. Los cubanos ya
demostraron su capacidad, y lo puede volver a hacer si el modelo es el
adecuado. Miami es un ejemplo más, pero no el único.
En presencia de propiedad privada, el funcionamiento normal y cotidiano
de las instituciones del mercado y del intercambio lucrativo debe ser el
eje básico que corrija los excesos de planificadores y burócratas. La
economía de mercado, a través del funcionamiento transparente de los
precios, asigna los recursos existentes hacia las tareas prioritarias y
más demandadas por la sociedad. La economía asigna recursos y crece de
manera eficiente, sin despilfarro y sin obstáculos. Los trabajadores,
que ahora están desmotivados, canalizarán sus esfuerzos laborales hacia
las actividades mejor retribuidas, y el aumento de salarios traerá
consigo el aumento de la productividad en la mayoría de sectores.
La reinserción de la economía privada y de mercado de la República de
Cuba en América Latina, y el mundo, sólo puede traer beneficios
positivos para la Isla. El dinamismo de la inversión extranjera, sin las
ataduras legales y administrativas existentes en la actualidad, puede
transformar la base de la mayor parte de los sectores productivos del
país en muy poco tiempo, aportando los bienes y servicios demandados por
la población, así como las tecnologías internacionales que en Cuba son
altamente rentables, dados los costes relativos. La propuesta "oficial"
de sustituir importaciones por exportaciones pertenece a mediados del
siglo pasado, y no es en la actualidad solución alguna para avanzar en
lo económico.
Hace falta valentía política para reconocer los fracasos, pero más aun
para impulsar los cambios que verdaderamente se necesitan para superar
los atrasos históricos. El régimen castrista hizo su apuesta y la ha
perdido, a tenor de los datos existentes. No existe una economía en el
mundo que experimente una crisis tan continua, estructural, grave y
persistente como Cuba, que es incapaz de alimentar a su población con
sus propios recursos, a pesar de las bondades de la tierra y clima. Ha
llegado el momento de apostar por un nuevo modelo. Esta es la otra tesis
que suscribo, porque considero que es la única que puede garantizar un
futuro para Cuba y los cubanos.
Fuente: CADAL
El debate en torno a los problemas de la economía cubana - EDE (17 June
2009)
http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo=31570
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