Por Rigoberto Díaz – hace 21 horas
LA HABANA (AFP) — En una casita rodeada de corrales, Idalmis García, una
cubana de 39 años, cría animales en la hectárea que le otorgó en
usufructo una ley del Gobierno de Raúl Castro sobre terrenos ociosos,
pero lamenta que no se atienda su petición de un área mayor.
"Pedí toda la tierra que pudieran darme, pero sólo me otorgaron 0,95 ha,
es poca, por eso hice otra solicitud y ahora llevo varios meses
esperando la respuesta", dijo García, quien se dedica a criar cabras y
carneros en el poblado de Las Guásimas, 20 km al sur de la capital.
La mujer es uno de 78.113 cubanos beneficiados hasta junio con la nueva
ley, puesta en vigor en septiembre de 2008 para incentivar la producción
de alimentos, en un país con más del 60% de las áreas cultivables
subutilizadas -1,6 millones de ha- y que importa el 80% de sus
comestibles -2.800 millones de dólares ese año-.
Muchos de esos terrenos están cubiertos de marabú, arbusto espino y
leñoso, que crece en bosques tupidos muy difícil de erradicar. Todavía
es frecuente apreciar en los campos áreas abandonadas, en fincas
estatales y cooperativas usufructuarias del Estado.
García y su familia ocupan tierras de una antigua unidad militar, y
aprovechó una barraca castrense abandonada para instalar su pequeña casa
y los corrales.
Tres huracanes que afectaron a Cuba en 2008, dejaron 10.000 millones de
dólares en pérdidas y arrasaron cultivos y granjas pecuarias. El
Gobierno apresuró un mes el inicio de la entrega de tierras, cuando aún
no estaba totalmente maduro el proceso.
Según el semanario Trabajadores, se han entregado 689.697 ha, el 41% del
total a repartir y de esa cifra "el 25,4% están en explotación o sembradas".
La mayoría de esas tierras son estatales, pues los 100.000 campesinos
privados del país son altamente productivos y no tienen marabú en sus
parcelas.
García precisa mas área para incrementar su cría, y "un mayor apoyo
material y asesoría del Estado". Espera "desde hace algunos meses"
permiso para comprar "cinco vacas lecheras" e iniciar la cría de cerdos
y conejos.
El viceministro de la Agricultura, Alcides López, reconoció
"irregularidades", pero señaló que se estaban atendiendo.
A 3 km de la casa de García, Orlando Venegas, un ingeniero mecánico que
hace tres años cultiva la tierra, espera "hace siete meses" por las dos
ha que pidió para ampliar su huerta, y contó, indignado, cómo la
cooperativa a la que vendió su cosecha de tomate en diciembre, no le ha
pagado la factura de 15.000 pesos (600 dólares). "Eso me crea problemas,
tengo que pagarle a mis trabajadores, ellos no entienden que los
mecanismos creados no funcionen", dijo Venegas. Los retrasos en los
pagos a productores es un problema "crónico", sobre el cual se
pronunciaron duramente Raúl Castro y el Parlamento.
Nuevos productores, citados en marzo por el diario Juventud Rebelde, se
lamentaron de la carencia de aperos e insumos agrícolas y dificultades
para obtener semillas. Tampoco es fácil conseguir ropa y zapatos de
labor, pues muchos de esos artículos solo se venden en las tiendas en
divisas, a altos precios para los nuevos campesinos.
Hacinado en una caseta de ladrillos y tejas de cuatro metros cuadrados
-única construcción que le permite la ley-, Rafael Echevarría, de 50
años, hace su vida en la finca de un cuñado, a la espera de ser
autorizado para ampliarla, "aunque sea un poquito". "Tengo los
materiales, pero me dicen que espere", explicó Echevarría, quien sin
embargo se declaró partidario de un estricto control, pues "muchas
personas pidieron tierras con la idea de construirse una casa" y darle
"el esquinazo" a los cultivos. "Pero controlar no quiere decir que no se
estudie cada caso", apuntó.
AFP: El reparto de tierras ociosas en Cuba transita por un camino
empedrado (13 July 2009)
http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5jbXOJRwh2ylcCkAlQvVPWH-qJ_Mg
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