René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Continúa la campaña
propagandística desatada por el régimen cubano a raíz de la heroica
muerte del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo y del inicio de la
huelga de hambre y sed del líder opositor Guillermo Fariñas Hernández.
Se reitera la calumnia de calificar al primero como preso común, algo
que para los castristas no puede tener mucho sentido. Todos sabemos que
sus dirigentes afirman que "en Cuba no hay presos políticos". Por
supuesto, esto es falso, pero si fuera verdad, entonces decir que Zapata
era un cautivo común no pasaría de ser una perogrullada.
En el plano interno, se suceden las reuniones en los centros laborales;
en ellas, después de brindar una versión distorsionada de los hechos, se
coacciona a todos para que cierren filas ante la "campaña anticubana".
Hace unas horas se adoptó un acuerdo similar en el Congreso de la Unión
de Jóvenes Comunistas.
En este último evento tuvimos —además— la imposición adicional que
implicó la presencia de los "dirigentes históricos". Se trata de una
tradición de larga data, que comenzó en 1959 con el congreso
constituyente de lo que entonces se llamaba Asociación de Jóvenes Rebeldes.
Pero si por aquellas fechas la asistencia de Fidel Castro podía verse
como algo relativamente normal (por tratarse de un hombre joven), la
actual presencia de los dirigentes ya ancianos resulta chocante, y sólo
puede constituir una forma adicional de coartar cualquier manifestación
de heterodoxia.
Por su parte, los órganos de prensa oficialista continúan publicando
informaciones sobre la solidaridad mostrada por los "amigos de Cuba"
ante la "ofensiva propagandística" del "imperialismo". El pasado sábado
tocó el turno a algunos artistas brasileños.
Su argumento central, que destaca Granma, es la pregunta: "¿No les
parece una cobardía cruel volcarse contra ese pueblo heroico y pretender
enseñarle el significado de democracia y derechos humanos?". Parece que
esos intelectuales del fraterno Brasil quisieron parecer brillantes,
pero sólo han logrado demostrar su ignorancia de la historia y su
desprecio por la lógica, pues una cosa no tiene nada que ver con la otra.
¿Puede alguien dudar del heroísmo desplegado por los rusos y por muchos
de los pueblos colonizados de la Unión Soviética frente a la invasión
hitleriana? Pero a estas alturas, ¿habrá alguien que todavía ponga en
duda que no sabían casi nada de democracia y mucho menos de derechos
humanos?
Hace unos días, en otro artículo, denuncié que en esta ocasión, a
diferencia de otras, no se han publicado lo nombres de los intelectuales
cubanos que apoyan la postura oficial. La desvergüenza ahora se acerca
al colmo. Se publican las listas de escritores y artistas extranjeros
que se han hecho cómplices de la infamia, pero se niegan a hacer lo
mismo con los cubanos. Los castristas parecen empeñados en aplicar el
refrán "haz lo que digo y no lo que hago".
Por eso tengo que proclamar que constituye un verdadero descaro que se
pretenda cosechar el apoyo de los hombres y mujeres de pensamiento en
Brasil o Japón, y que no se haga otro tanto con los de nuestra Patria.
¿Será que estamos en presencia de un nuevo apartheid intelectual?
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