Colaboración Esp - Viernes 20 de agosto (13:00 hrs.)
El Financiero en línea
México, 20 de agosto.- El discurso de Fidel Castro en Cuba durante los
años de la Guerra Fría era en el sentido de que el pueblo cubano debería
estar preparado porque en cualquier momento habría una invasión
estadounidense a la isla. Nunca se ha cansado de acusar a EU de librar
una guerra económica contra Cuba y ha pedido a su pueblo estar
"preparados militarmente contra el imperialismo".
Curiosamente en sus últimas apariciones Fidel Castro ha cambiado
ligeramente su discurso y ahora "asusta" a su pueblo hablando de un
próximo holocausto nuclear orquestado por Barak Obama e Israel en contra
de Irán. En palabras de Jaime Suchlicki: "Es irónico que el mismo líder
que en 1962, cuando la Crisis de los Misiles, pidiera a los soviéticos
que lanzaran sus misiles nucleares contra Estados Unidos, ahora esté
tratando de salvar a la humanidad."
Evidentemente que lo que persigue Castro con estos señalamientos es
apoyar a su amigo y aliado Mahmud Ahmadinejad, para que Estados Unidos
acepte a un Irán nuclear y desista de sus planes de sancionar a dicha
nación asiática por su programa nuclear. Sin embargo, aquí lo que llama
la atención es que por una parte el pueblo cubano parece creerle a su
líder sus mentiras y por otra parte, es ridículo que Castro pronuncie
esos discursos y no atienda las apremiantes necesidades de su pueblo (su
hermano Raúl parece estarle entendiendo al asunto económico). Obviamente
que Fidel Castro no va a cambiar, si no ha cambiado antes, ahora menos
que está viviendo su vejez. Y ese es el punto de este artículo: la
terquedad de los gobernantes y como esto se traduce en miserias para el
pueblo.
Llama la atención que Fidel Castro haya podido salirse con la suya
teniendo a uno de los pueblos con mayor nivel educativo del planeta
(obviamente sabemos de las acusaciones de violaciones a los derechos
humanos y del aleccionamiento que le dan a su pueblo, pero no deja de
llamar la atención que un pueblo educado aparentemente sea tan sumiso).
Un estudio de 1998 llevado a cabo por la UNESCO reportó que los
estudiantes cubanos mostraban un alto nivel de logro escolar. Los
estudiantes de tercer y cuarto año de primaria obtenían 30 por ciento
más puntaje que el promedio de la región en habilidades como idioma y
matemáticas. Cuba es líder en Latinoamérica en educación primaria y
secundaria. Su grado promedio de escolaridad es de noveno grado y e esto
no es producto de la causalidad, sino que se debe a que en los últimos
cuarenta años la educación ha sido una prioridad para el gobierno
cubano. Esto se demuestra al ver que el gobierno ha asignado el doble de
recursos públicos a la educación, comparado con sus vecinos más ricos,
en un nivel de 10 por ciento de su PIB. Además de que su tasa de
analfabetismo en los jóvenes es prácticamente cero, un dato que no es
igualado por ningún otro país latinoamericano.
Sin embargo, no es sorpresa mencionar que Cuba es uno de los países más
pobres de la región, en buena medida derivado del hecho de que el 95 por
ciento de la economía está en manos del Estado y el salario medio
mensual es de apenas 427 pesos, unos 16 dólares. Cuba sufre ahora la
falta de recursos ocasionada por un sistema comunista obsoleto que en su
momento Fidel Castro se resistió a cambiar, pero que ahora su hermano
Raúl comienza a modificar muy lentamente.
Ante todo esto surgen interrogantes: ¿De qué sirve toda la inversión en
capital humano con la que cuenta Cuba si no se traduce en desarrollo
económico? ¿De qué sirve tener ciudadanos tan brillantes y cultos si al
final de cuentas las políticas imperantes hasta ahora son las
retrogradas implementadas por Fidel? La paradoja cubana es cruel: el
país más educado de Latinoamérica y paralelamente uno de los más pobres.
Lo lógico es entonces preguntar ¿Por qué no cambian su modelo hacía uno
que mejore las condiciones de vida de su población?
Cuba atraviesa en la actualidad uno de los peores momentos desde la
Revolución y eso está forzando ya a algunos cambios que de concretarse
podrían transformar de manera importante la economía de la isla. Para
Carmelo Mesa-Lago, catedrático de la Universidad de Pittsburgh, la
actual se trata de una "situación crítica, la peor en la historia de la
economía de Cuba bajo el socialismo", después del "Periodo Especial" de
la década de los noventas cuando cayó la Unión Soviética.
Para ilustrar la gravedad de la situación económica en Cuba, recojo lo
publicado por el diario La Vanguardia apenas el 19 de agosto: "la
economía cubana no levanta cabeza. Los ingresos por el turismo o la
venta de níquel caen, las cosechas de productos emblemáticos como el
azúcar o el café están en mínimos históricos y las medidas adoptadas por
Raúl Castro para aumentar la producción no han traído el impulso
esperado. La crisis es grave, y Cuba apuesta ahora por eliminar empleos
en su ´inflado´ sector estatal y recurrir a la iniciativa privada,
autorizando por primera vez en años la apertura de pequeños negocios".
Así, la nota de La vanguardia da cuenta de que aparentemente el gobierno
cubano de Raúl Castro quiere poner fin a eso y para ello es necesario
dejar atrás la idea de que Cuba es el único país del mundo en que se
puede vivir sin trabajar. Así, extraoficialmente se dice que piensan
recortar aproximadamente un millón de puestos de trabajo pagados por el
Estado, lo cual es una cifra enorme si se toma en consideración que la
Población Económicamente Activa (PEA) en Cuba es de 5 millones de personas.
Para mitigar esta pérdida de empleos estatales, el gobierno cubano ha
anunciado nuevas medidas para el trabajo por cuenta propia, que si bien
no han sido expuestas todavía en detalle, son consideradas ya como las
más trascendentales desde la llegada de Raúl al poder en 2006. Así, se
prevé que próximamente se le permitirá a los particulares abrir pequeños
negocios, contratar mano de obra y comercializar determinadas producciones.
De esta manera, parece ser que las políticas retrogradas del modelo
económico cubano, implementadas por Fidel Castro, comenzarán lentamente
a quedar atrás y ahora sí Cuba podrá comenzar a explotar su potencial en
términos de los grandes recursos humanos con los que cuenta. Ahora ya el
desempleado que curso Hotelería y Turismo podrá poner su propia empresa
de tours en la isla y ya no estará irremediablemente destinado a ser
mesero o taxista. Ejemplos como este veremos muchos en los próximos años.
Y entonces surge una pregunta más grande para nosotros los mexicanos.
¿Por qué si hasta los cubanos son capaces de comenzar a cambiar su
modelo económico nosotros no somos capaces de hacerlo? ¿Por qué en
México seguimos tercos (como Fidel Castro) en un modelo que ya probó que
no funciona?
Lo hemos dicho hasta el cansancio, nuestros gobernantes son unos tercos
y parece que trabajan a favor de los grandes consorcios nacionales e
internacionales; y parece que no se preocupan mucho por cambiar aspectos
elementales del modelo económico. ¿Qué aspectos habría que cambiar?
1. Tener un tipo de cambio competitivo, lo cual implica tener una
política monetaria acorde a este objetivo (bajar tasas de interés para
evitar entradas masivas de capitales especulativos que sobrevaluan al
peso mexicano).
2. Apoyar decididamente al sector exportador para que aumenten sus
ventas y diversifiquen mercados. En este sentido habría que dotar de más
recursos a ProMéxico para que puedan apoyar a más empresas, cobre todo
mipymes.
3. Destinar verdaderamente un mayor porcentaje de recursos de compras
gubernamentales a la adquisición de bienes y servicios proporcionados
por mipymes.
4. Revisar aquellos tratados de libre comercio en los cuales tenemos una
clara desventaja, de manera que pasamos de tener un déficit moderado a
uno abultado (la mayor parte de los acuerdos comerciales firmados con
México ocasionaron que los déficits que tenía México se incrementaran).
5. Y si nos queremos meter en reformas estructurales podemos mencionar:
tan sólo la necesidad de una verdadera desregulación administrativa; el
gasto público; la fiscal; energética; laboral; telecomunicaciones; y de
seguridad Social.
Así, resulta más que lamentable que otros países han cambiado su modelo
económico y les ha ido muy bien (China que ya es la segunda economía
mundial), otros comienzan a cambiarlo (tenemos el caso de Cuba comentado
en este artículo), y nosotros que no cambiamos y seguimos con la
terquedad de políticas que ya probaron ser generadoras de pobres y
estancamiento económico.
Nuestro país pierde año con año posiciones en la tabla de competitividad
mundial, y eso parece no preocuparle demasiado a los gobernantes. En
este sentido tenemos que el Comité Nacional de Productividad e
Innovación Tecnológica (Compite) acaba de informar que en los últimos 50
años, México perdió 30 por ciento de su competitividad frente a Estados
Unidos, mientras en el mismo lapso descendió 36 por ciento la
productividad contra sus competidores de países asiáticos.
Además de lo anterior, el año pasado atravesamos la peor crisis
económica de la historia reciente y los legisladores no fueron para
aprobar ni una sola reforma estructural.
Lo peor es que no se les pide que descubran el "hilo negro", y
simplemente no son capaces de siquiera copiar los modelos que han
funcionado en otras latitudes. Eso es muy lamentable y es algo que
seguramente les recriminarán los casi dos millones de desempleados, los
200 mil que acaban de ingresar a la economía informal y los que ahora
son niños cuando vean cancelada su posibilidad de tener asegurado un
empleo digno para cuando sean mayores.
(*) Director General GAEAP
Correo electrónico: alejandro@gaeap.com
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