Una dolorosa y real historia cubana
La falta de ómnibus durante los principales horarios, en los cuales el
flujo de viajeros aumenta, obliga a recurrir a los almendrones y
camiones particulares
Iván Hernández Carrillo, Matanzas | 12/12/2011
Disfrutaba por "Radio Martí" en su programa Cuba al Día de la
intervención que hacía la periodista independiente Leticia Ramos
Herrería el día 21 de noviembre desde la ciudad de Cárdenas, donde
reside. Ella desarrolló con mucha facilidad el tema del transporte en
nuestro país y consiguió especificar muy bien el de nuestra provincia.
Leticia hizo hincapié en la ausencia de ómnibus durante los principales
horarios en los cuales el flujo de viajeros aumenta, lo que obliga a
estos a tener que dar un uso mayor a los almendrones y camiones
particulares para poder llegar a su destino, enfrentándolos así a las
altas tarifas que en muchos casos se encuentran por encima del salario
real devengado por el punto medio de los cubanos.
También abordó las peripecias que enfrenta cada día la familia para
garantizar que sus hijos lleguen a tiempo a los centros estudiantiles.
En una gran parte de estas experiencias, los problemas se resuelven a
través de la contratación a vehículos particulares, ya que el MINED no
garantiza el transporte a los estudiantes que viven lejos de las escuelas.
Sobre el tema en cuestión viene a mi memoria la tragedia ocurrida en
Martí, uno de los municipios matanceros, hace muy pocos días. La joven
Ismelvis Alfonso Alonso, de dieciséis años de edad perdió la vida horas
después de caerse del camión que abordó a las siete de la mañana en el
batey Favorito donde vivía, para llegar hasta el politécnico de Itabo.
Una vez que murió la estudiante, las pruebas realizadas demostraron que
el cadáver presentaba nueve fracturas craneales producidas al impactarse
contra el pavimento. Este fatal accidente se produjo el 14 de noviembre
y el sepelio se desarrolló el martes 15, a las cinco de la tarde.
La falta de medios de transporte adecuados en la mayor parte de las
instituciones educacionales de nuestro país, dentro de los que se
encuentra el politécnico de Itabo, tiene que ser objeto de revisión por
el Ministerio de Educación y la solución no puede ser otra que la
garantía para la vida de las nuevas generaciones de cubanos, o sea:
restituirse de inmediato la transportación por ómnibus, desde zonas de
embarque próximas a los hogares del estudiantado, hasta las escuelas.
Igual itinerario, pero de retorno, debe producirse al concluir la
jornada de cada día.
Cuando se pierde la vida de un compatriota no solo se deprime la
familia. Sobre el barrio, los amigos, o los compañeros de trabajo y
estudio, se desliza un velo de tristeza. Pero cuando la víctima es una
criatura en pleno proceso formativo, el dolor no tiene límites, traspasa
tanto los ámbitos sanguíneo, generacional como regional, pues todavía en
pleno siglo XXI muy pocos humanos asimilamos el proceso de la muerte en
sentido general y mucho menos cuando esta se produce en niños y jóvenes.
Así de consternados aún permanecen los ciudadanos del batey Favorito,
porque aunque los motivos de esta irreparable pérdida se pudieran
conjugar y lograr diferentes matices, no cabe dudas de que en la
negligencia e irresponsabilidad gubernamentales, recae el mayor acierto
de culpabilidad. Que en paz descanse Ismelvis Alfonso Alonso.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/una-dolorosa-y-real-historia-cubana-271485
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