Economía
Hay que crecer… con un modelo distinto
Elías Amor | Valencia | 25 Abr 2013 - 8:02 am.
Las previsiones de la CEPAL para 2013 lo confirman: las recetas
económicas de Raúl Castro no impulsan la economía.
Las previsiones macroeconómicas de CEPAL sobre la economía castrista en
2013 han supuesto un jarro de agua fría para los jerarcas del régimen.
Acaba de ser publicada una nueva edición del Balance Económico
actualizado de América Latina y el Caribe de CEPAL, en el que se vuelven
a suministrar los datos relativos al crecimiento y las principales
variables macroeconómicas de la región.
En esta edición, CEPAL destaca cómo el menor crecimiento de la economía
mundial está afectando a la dinámica de los países de América Latina,
cuyo ritmo de expansión del PIB se ha visto considerablemente reducido
en 2012 a un 3%. Sin embargo, en 2013 las previsiones actualizadas lo
sitúan en un 3,5%, cifra ligeramente superior e indicadora de que el
paréntesis de menor crecimiento ha sido superado en muy poco tiempo.
Visto desde esta perspectiva, América Latina aparece ante la economía
mundial como un espacio de crecimiento, si se tiene en cuenta las
dificultades en Europa, en Estados Unidos e incluso el menor crecimiento
de China.
La economía castrista, con un 3,5% de crecimiento previsto del PIB, se
sitúa en un pelotón de ocho países con ritmos de crecimiento similares y
en el entorno de la media. Desde luego, nada que ver con cifras
destacadas como las que ocupan Paraguay, con un 10% después de haber
registrado en 2012 un descenso del -1,2% en su PIB, o Panamá, más
estable, con un 8%, volviendo a confirmar su destacado desempeño
macroeconómico del año anterior, situado ligeramente por encima del 10%.
Tampoco son comparables las cifras cubanas con las registradas en Perú y
Haití, con estimaciones del 6% en ambos casos. El crecimiento de Perú se
mantiene sostenido con cifras similares a las de 2012, en tanto que en
Haití se acelera notablemente el crecimiento desde un bajo ritmo del
2,5% en 2012.
Un tercer grupo de países, integrado por Nicaragua, Chile, Bolivia y
Guyana, registran tasas en el entorno del 5%. Se trata de naciones con
estructuras socioeconómicas y modelos de organización diferentes, que
sin embargo, parecen beneficiarse del nuevo repunte del crecimiento
económico en la región.
Colombia y Suriname, por su parte, alcanzan tasas del 4,3% en 2013, que
se pueden calificar igualmente de positivas, lo mismo que las de
Uruguay, que registra un 3,8%.
Mediocridad cubana
Visto desde esta perspectiva, el crecimiento económico registrado en la
economía castrista se puede calificar de mediocre. En 2012, conviene
recordar, el PIB aumentó apenas un 3,1%, ligeramente modificado al alza
con la previsión del 3,5% de 2013, cuya consecución ya se verá conforme
avance el ejercicio.
La conclusión que cabe extraer de estos datos es que las recetas
económicas de Raúl Castro no sirven para que la economía crezca. Las
mediocres cifras de variación registrada en el producto indican que las
rigideces estructurales de la economía de planificación central, sin
derechos de propiedad privada, actúan como un freno al despliegue de las
fuerzas productivas eficientes vinculadas al trabajo por cuenta propia.
Los escasos espacios que poseen los emprendedores en la economía
castrista no se están trasladando en términos de una mejor ejecución
macroeconómica, tal y como reflejan las cifras de CEPAL. Y la
responsabilidad de que ello no sea así es del propio régimen, empeñado
en controlar y dirigir el proceso de crecimiento de las nuevas
actividades productivas.
En reiteradas ocasiones, he señalado que la única vía que tiene el
castrismo para hacer crecer la economía es facilitar el desarrollo de un
sector privado extenso y con capacidad para generar riqueza y empleo.
Las políticas de control de la actividad por cuenta propia contenidas en
los Lineamientos para facilitar la pretendida "actualización del
socialismo" conducen a cifras mediocres de crecimiento que alejan a la
economía castrista de los resultados positivos generados en otros países.
Es evidente que las recetas no están dando los resultados previstos.
Para que los cambios funcionen, la economía tiene que alcanzar ritmos de
crecimiento más elevados que permitan un mejor aprovechamiento de los
recursos, una mayor capacidad de consumo y de inversión, y la generación
de nuevas actividades productivas que desplacen el obsoleto e
improductivo armazón heredado del estalinismo castrista.
No se puede perder más tiempo. Cuando las cosas no dan los resultados
previstos y no funcionan, llegan los momentos de decisiones relevantes.
No se puede estar con políticas de parciales, restrictivas y limitativas
en sus efectos, cuando lo que necesita la economía es más libertad, más
iniciativa privada, y más emprendedores.
Los datos de CEPAL no dejan lugar a las dudas. Las cosas no salen como
se esperaban, y ante una pésima ejecución, se impone el sentido común,
la responsabilidad y la iniciativa. Los cubanos no merecen otro año perdido.
http://www.diariodecuba.com/cuba/1366869759_2936.html
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