Éxodo, "actualización", soluciones y exigencias desde el socialismo
democrático
Los socialistas democráticos hemos hecho muchas propuestas para superar
el "socialismo de Estado". Se nos ignora a pesar de nuestra disposición
al diálogo. El pasado no es la solución del presente, sino el futuro
PEDRO CAMPOS, Noviembre 04, 2014
No es un secreto para nadie que, en el último año, Cuba está
experimentando un aumento considerable de salidas al exterior,
particularmente hacia EE UU, por todas las vías posibles y,
desgraciadamente, por las más peligrosas, en embarcaciones improvisadas
por el Estrecho de la Florida y a campo traviesa por Centro América,
cruzando México para llegar a la frontera norte. Hace tiempo que el tema
viene siendo abordado por la prensa independiente e internacional. En
Cuba...mutis.
Y es que, hay que decirlo alto y claro: la "actualización" raulista, que
brindó esperanzas y un compás de espera para tiempos mejores, no está
dando los resultados económicos, políticos y sociales que inicialmente
despertó entre buena parte de los cubanos. Y esa es la causa fundamental
que está provocando este éxodo que amenaza con ser masivo.
El propio Gobierno de Raúl Castro, sin decirlo claramente, lo ha
reconocido con ese magro crecimiento anunciado en el primer semestre de
apenas 0,6% y con las medidas tomadas en la última reunión del Consejo
de Ministros.
Los economistas del patio, incluidos algunos calificados de
oficialistas, han manifestado públicamente su insatisfacción por las
limitaciones y las trabas de las medidas de la "actualización".
No se trata de culpar ni atacar a nadie en particular. Pero cualquier
gobierno, en cualquier parte del mundo, es el responsable de tomar las
medidas necesarias para garantizar el bienestar y la satisfacción de su
pueblo.
Este éxodo silencioso obliga a todos los interesados en el bien del
pueblo cubano a pensar en soluciones, echando a un lado todo tipo de
prejuicio, consigna o eslogan como ese de "sin pausa pero sin prisa",
para tratar de encontrar y aplicar soluciones prontas, prácticas, efectivas.
El Gobierno cubano culpa de nuevo al bloqueo imperialista de todos los
males. Pero no hace nada siquiera para apoyar la campaña anti-embargo
que lidera The New York Times.
Las medidas que toma en el orden práctico no acaban de liberar las
fuerzas productivas, como ha pedido el mismísimo Raúl Castro y siguen
las trabas de todo tipo contra el trabajo por cuenta propia, contra la
expansión de la pequeña empresa y, especialmente, contra el
cooperativismo autónomo, sin el cual la sociedad post-capitalista, el
socialismo, es una ilusión.
El Estado, por distintos mecanismos burocráticos, sigue monopolizando el
comercio interno y restringe cada vez más las mínimas posibilidades de
los ciudadanos de realizar pequeñas importaciones de medios de consumo
que el monopolio estatal-militar de las TRD es incapaz de ofertar.
La represión contra el pensamiento y el activismo político opositor no
cesa a pesar de su carácter pacífico e inofensivo.
Internet se mantiene inaccesible para la gran mayoría de la población,
desconociendo su importancia y significado para el amplio desarrollo de
las capacidades individuales y colectivas, para el mercado entre los
distintos sectores y áreas de la producción, para la cultura y el
desarrollo científico-técnico.
La supuesta descentralización de las empresas estatales ha quedado en un
simulacro con la creación de la Organización Superior de Dirección
Empresarial (OSDE), un eslabón intermedio subordinado a los ministerios
que neutraliza la anunciada autonomía empresarial y, en lugar de reducir
burocracia, la aumenta.
Por otro lado, no hay un solo movimiento de la actualización que apunte
a la participación directa de los trabajadores en la propiedad, la
dirección, la gestión y las ganancias en las empresas que el Estado
considera más importantes y productivas.
Sin embargo, organiza "cooperativas" en los talleres estatales de
servicios irrentables y en crisis, con una serie de condiciones y
dependencias que más parecen destinados a demostrar el fracaso del
cooperativismo que a buscar soluciones socialistas.
¿Cuál es la consecuencia? Los emprendedores, los trabajadores jóvenes
técnicos y profesionales que de alguna forma esperaron ver los
resultados positivos de la "actualización", no ven en la práctica
ninguna rectificación real del rumbo estatalista, burocrático y
centralizado y simplemente cansados, han decidido emprender la aventura.
Raúl dijo que había que cambiar la mentalidad. Y es absolutamente
cierto. Pero también lo es que un verdadero proceso de rectificación
difícilmente puede ser llevado a cabo por los mismos que durante medio
siglo han estado trabajando y viviendo con esa mentalidad que hay que
cambiar.
Esa filosofía que sigue vigente la vemos todos los días en la prensa del
Partido, donde siguen las declaraciones de altos dirigentes culpando a
los trabajadores y burócratas inferiores por los graves problemas del
país y la falta de productividad, cuando todos sabemos que el único
responsable es ese modelo estatal asalariado, centralizado y
burocratizado que se pretende cambiar, sin cambiar nada en esencia.
Si Raúl no quiere pasar a la historia como un continuador fracasado de
las políticas voluntaristas tradicionales, tendrá él mismo que producir
un cambio en su mentalidad, abrirse a los nuevos tiempos, olvidarse de
las caducas teorías "marxistas leninistas" de partido único director de
la dictadura del proletariado, de la planificación centralizada, de la
"empresa estatal socialista" como eje de la economía y del
centralismo-no democrático, y acabar de realizar verdaderos cambios
encaminados a la democratización y socialización de la política y la
economía.
Esta demanda no viene desde Miami, desde la oposición tradicional a las
ideas socialistas, ni desde ninguna organización financiada por "el
enemigo". Llega desde el último escalón desposeído de la pirámide, con
apenas un mendrugo de pan en la mesa, por el derecho que da haber
sacrificado y entregado los mejores años de nuestras vidas a un proceso
revolucionario en el que las grandes mayorías depositaron sus esperanzas.
Lo hacemos desde esa generación que hoy, rondando los 60 o 70 años,
tiene que inventarse el sustento porque las miserables pensiones no
alcanzan ni para comer una semana; pero que no vaciló en dar un paso al
frente cuando Girón, el Escambray, la Alfabetización o las Milicias.
Cuando se nos pedía la entrega incondicional de miles de horas de
trabajos voluntarios en los campos de caña, de café y tabaco.
Lo hacemos desde el derecho que nos da el haber cumplido misiones
internacionalistas en que nos fue la vida, no en ocasiones, sino casi
diariamente, durante años y en campo adversario.
¿Cómo salir de esto?
Los socialistas democráticos cubanos y de todo el mundo hemos escrito
bastante sobre cómo superar el modelo del "socialismo de Estado" que
encubre un capitalismo monopolista de Estado. Nunca se nos ha querido
escuchar o nuestras propuestas han sido aplicadas sesgada e
incoherentemente, aunque siempre hemos estado abiertos al diálogo. Pero
algunos burócratas de pacotilla nos han tildado incluso de enemigos y
agentes del imperialismo.
Para nosotros, ya viejos, muchos enfermos, veteranos de batallas no
contadas, nada pedimos; pero sí exigimos con toda la fuerza de nuestras
voces semi-apagadas por los años y la intolerancia, que se acaben de
tomar medidas prácticas, efectivas para sacar al pueblo cubano de esta
situación, para que nuestros hijos y nietos no tengan que seguir
arriesgando sus vidas en las aguas del Caribe o cruzando fronteras en
Centro América y para que no tengamos que arrepentirnos en nuestros
lechos de muerte de haber servido a causas que han resultado innobles.
También sabemos que hay más tiempo que vida y que el pasado no es la
solución del presente, sino el futuro.
Por una sociedad de trabajadores libres.
Source: Éxodo, "actualización", soluciones y exigencias desde el
socialismo democrático -
http://www.14ymedio.com/opinion/Exodo-actualizacion-soluciones-socialismo-democratico_0_1664233564.html
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