Anda mal la planificación empresarial
ORLANDO FREIRE SANTANA | La Habana | 23 Mar 2016 - 11:52 am.
Las economías basadas en la planificación centralizada adolecen de
múltiples males debido a lo irracional de semejante práctica. En primer
término porque una férrea planificación, por lo general, resulta incapaz
de adecuarse a los frecuentes imponderables que depara la vida.
Otro gran problema se presenta cuando los ejecutores de una tarea no
participan en la confección ni en la aprobación de los planes para
llevar a cabo dicha tarea. En este caso es lógico que nunca se sientan
dueños de lo que hacen. Eso sucede actualmente en las empresas y
entidades cubanas, pues el protagonismo en la planificación no lo asumen
esas unidades de base, sino las Organizaciones Superiores de Dirección
Empresarial (OSDE), especie de pequeños ministerios que agrupan a
infinidad de empresas.
No obstante esas evidencias, las autoridades de la Isla se empecinan en
enarbolar la planificación como el eje central de los cambios económicos
que llevan a cabo. Entonces, como mal menor, esa planificación debería
ser ágil, tanto en su confección y aprobación, como —y sobre todo— en la
desagregación de esos planes a los eslabones inferiores que producirán o
prestarán los servicios.
Sin embargo, ni en esto es eficiente el castrismo. En la edición del
lunes 21 de marzo, el periódico oficialista Trabajadores da a conocer la
lentitud del proceso asambleario en empresas y entidades de la provincia
de Cienfuegos — tendencia que sería extensiva al resto del país— con
vistas a presentarles a los colectivos laborales los planes
correspondientes al actual año.
Según esa información, de un total de 2.782 asambleas previstas, solo se
habían efectuado 718, lo que representa un escaso 25,8%. Y aunque son
varias las razones que han motivado la posposición de muchas asambleas,
sobresale el hecho de que buena parte de las empresas y entidades aún no
han recibido de sus correspondientes OSDE las cifras del plan.
Cualquiera podría imaginar los perjuicios que afrontan aquellas
entidades que, ya a punto de comenzar el cuarto mes del año, todavía no
cuentan con las cifras del plan anual. En el caso de las empresas es
difícil trabajar sin conocer la magnitud del encargo estatal que deberán
cumplir. Eso provoca, además, que a los colectivos laborales les resulte
arriesgado acometer producciones o servicios adicionales al referido
encargo —lo que les daría mayores utilidades—, ante la incertidumbre de
si les alcanzarán o no los recursos materiales.
Por otra parte, el no saber cuáles serán los indicadores directivos que
permitirán aplicar los estímulos salariales en el contexto de la
Resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, constituye
un desestímulo para los trabajadores de esas entidades. Tal vez, en el
afán de aplicar de todas maneras —y a toda carrera— dicha resolución, se
cometan errores, y al final, como tantas veces se ha denunciado, el
colectivo perciba menos ingresos que antes, o los jefes y
administrativos ganen más que los obreros directos a la producción.
Y en el caso de las entidades presupuestadas, el no contar con la
desagregación de su presupuesto podría ser también muy calamitoso.
Imaginemos que al desconocer los recursos asignados para el pago anual
de la energía eléctrica, se hayan excedido en ese gasto durante el
primer trimestre. Entonces esa unidad presupuestada podría verse
obligada a cerrar durante algún periodo del año, con el consiguiente
daño para los receptores de esos servicios.
Son solo varios de los desajustes que, como el clásico efecto dominó,
afectarían la economía de persistir las irregularidades en el mecanismo
de la planificación. Una planificación que frena el desarrollo de las
fuerzas productivas, y a la postre, aunque el discurso gubernamental
afirme lo contrario, ralentiza el proceso de otorgar más autonomía a las
empresas y entidades.
En vano el señor Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la
oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC), recorre el país
alentando a los trabajadores para que participen en las asambleas de
desagregación de las cifras del plan. En la práctica su gestión se ve
arruinada por el accionar de una burocracia que parece no ceder posiciones.
Source: Anda mal la planificación empresarial | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1458690883_21142.html
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