El buey volando de los cuentapropistas
JOSÉ HUGO FERNÁNDEZ | La Habana | 31 Mar 2016 - 7:33 am.
De poco podrá servir a los cuentapropistas cubanos la atención
diferenciada que les dispensó Obama en La Habana, o hasta cualquier tipo
de ayuda material que pueda derivarse de su reciente visita. El
estancamiento o la mediatización de este sector responden a una condena
congénita, fríamente prevista en su diseño. Porque para la dictadura de
los Castro (incluidos descendientes y herederos políticos), la propiedad
privada es un delito, siempre que no sean ellos los dueños, y porque
según su obtusa e hipócrita manera de enfocarse políticamente hacia el
exterior, la solvencia económica del pueblo no puede depender del
esfuerzo individual de cada uno de sus miembros, sino del trabajo en
rebaño y de la distribución de tipo esclavista, donde el Estado es por
ley amo, parásito y único explotador.
Supongamos que gracias a la ayuda procedente del extranjero, y aun al
intercambio directo con proveedores de Estados Unidos, los
cuentapropistas puedan hallar solución hoy mismo a uno de sus tres
grandes impedimentos para el progreso, que es la existencia de un
mercado mayorista dinámico y bien surtido, capaz de propiciarle avances
sustanciales en la calidad de sus servicios y de permitirles vender a
precios mucho más bajos. Todavía van a quedar gravitando sobre sus
cabezas dos impedimentos insolubles: los impuestos y el total control
del régimen.
En cuanto a los controles totalitaristas, no haría falta insistir, pues
ya se conocen suficientes detalles acerca de cómo los trabajadores por
cuenta propia los están sufriendo doblemente, como ciudadanos comunes y
como personas emprendedoras dentro de un sistema enemigo de la
iniciativa individual. Entonces tal vez baste con echarle una ligera
ojeada al tema de los impuestos, un instrumento de indiscutible utilidad
socio-económica en el mundo real, pero que en nuestro espacio virtual ha
devenido ley opresiva y tabla de salvación para el opresor.
Ahora mismo, cuando los pequeños empresarios privados de América Latina
pagan por impuestos un promedio de apenas el 27% de sus ingresos
anuales, los de Cuba están obligados a pagar hasta el 50%, sin que
importe siquiera que su resurgimiento estuviese condicionado por una
necesidad extrema del régimen.
Tampoco parece importarles a los caciques de la Isla las recomendaciones
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un
organismo que le es tan afín, pero que en este caso aboga por la
implementación de políticas que promuevan la inversión pública y
privada, mejorando el acceso a los pequeños negocios.
Por otra parte, o por la misma, mientras le aprietan el cuello al sector
privado (desentendiéndose de los consejos de su fraterna CEPAL), han
estado exonerando de pagar impuestos a las derrochadoras y corruptas
empresas del Estado. Para citar solamente un ejemplo, en 2014 la
Asamblea Nacional de Cuba liberó de impuestos a entidades con un déficit
fiscal de 3.890 millones de pesos. Tales entidades pertenecen al
Ministerio del Turismo, a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La
Habana, al Grupo GAESA, adscrito a las FAR (Fuerzas Armadas), y al Grupo
PALCO, las cuales, amparadas por el artículo 63, de la Ley 117, quedaron
excluidas de pagar el 10% de sus ingresos al erario nacional. Y no son
las únicas, ni las últimas: la misma "suerte" correrían otros
importantes monopolios económicos del régimen, como los grupos Palmares
o Caracol.
En su afán por frenar el empuje del sector privado, la dictadura no lo
ha pensado dos veces a la hora de arrimar para su sartén los
instrumentos impositivos del sistema capitalista. Expertos de España han
viajado a la Isla con la especial encomienda de entrenarlos en su
manejo. También funcionarios de la Administración Tributaria de Cuba
fueron a Madrid para recibir adiestramiento en la Agencia Estatal de
Administración Tributaria de España (AEAT). Todo esto mediante un
programa financiado por la Unión Europea (UE), a la que parece haber
correspondido la triste misión de aceitar las armas represivas de la
dictadura, inocentemente, claro está, pues, de las lecciones que les
imparten, nuestros caciques solo aprovechan aquellas que les sirven para
depurar y ampliar la imposición de impuestos al sector privado, al
tiempo que tiran a la basura lo aprendido respecto a las obligaciones
que tienen los gobiernos ante el ciudadano que los paga.
Ello, claro, no impide que los cuentapropistas continúen en la brecha, y
ahora más, con esperanzas renovadas por la visita de Obama. Pero
mientras permanezcan atados al yugo castrista, tales esperanzas no
pasarán de ser un buey volando.
Source: El buey volando de los cuentapropistas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1459372087_21334.html
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