El tránsito de mercadería hacia la isla podría verificarse con un
recorrido leve por el Aeropuerto Internacional de Miami.
Manuel Vazquez Portal / martínoticias.com 30 de marzo de 2011
La mixtura entre reformas económicas emprendidas por el gobernante
cubano Raúl Castro y la flexibilización a las restricciones de viajes y
envíos de remesas a Cuba realizadas por el presidente estadounidense
Barack Obama, han producido en los últimos meses un fenómeno económico
que podría calificarse de intercambio comercial incipiente entre la isla
y el sur de la Florida.
El tránsito de mercadería hacia la isla podría verificarse con un
recorrido leve por el Aeropuerto Internacional de Miami, el que pondría
ante la vista una larga fila de viajeros cargados de bultos que
contienen desde utensilios de cocina, vajillas, manteles, juegos de
cubiertos, tela antiséptica para la confección de pañales, productos de
belleza e higiene personal, hasta sábanas y toallas, que no sólo van a
solucionar las precariedades de unos familiares necesitados, sino a
mover una economía informal que oscila entre el mercado subterráneo y el
abastecimiento a los pequeños negocios que cuentan con licencias estatales.
En la búsqueda de soluciones a la crisis económica que agobia a la isla
caribeña, el Gobierno ha empezado a conceder microcréditos a
agricultores que están arrendando al Estado tierras ociosas en
usufructo, una medida que busca incrementar la producción de alimentos.
Los créditos están siendo propuestos por los bancos estatales a una tasa
de interés del 3% en los dos primeros años, un 5% por los próximos tres
años y, a continuación, un 7%.
Sin embargo para otros sectores de la producción y los servicios no se
ha dado a conocer que los bancos estatales estén brindando créditos que
permitan el desarrollo de pequeños y medianos establecimientos, sino que
ello depende del capital inicial y las fuentes de abasto conque cuente
el presumible pequeño comerciante.
Toda pequeña empresa –como es bien sabido- que pretenda abrirse al
comercio, ya sea en la producción o los servicios, necesita de un
capital inicial y de una fuente de abastecimientos de insumos.
Ese capital que iría creciendo y reinvirtiéndose, según prospere o no el
negocio, ha de tener una procedencia clara, susceptible de auditoría en
la que pueda probarse su legalidad.
El pueblo cubano, en su generalidad, no cuenta con las posibilidades
reales para probar que tiene un capital inicial conque emprender la
creación de empresas.
La pregunta que surge inmediatamente frente a la esperanza de que el
sector privado se establezca en Cuba es, ¿de dónde obtendrá la población
cubana ese capital inicial?
La respuesta no puede ser más clara. El exilio cubano –sobre todo el
localizado en el sur de La Florida –parece ser la fuente natural de ese
capital inicial para la reanimación económica en el interior de la isla.
Si el gobierno cubano no crea empresas mayoristas que abastezcan de los
insumos necesarios a los potenciales negocios, ¿cómo los obtendrían sus
propietarios?
Si el gobierno cubano no provee licencias de importación y exportación a
los eventuales "hombres de negocios" para que abastezcan a las empresas
mayoristas que, a su vez, abastecerían a los pequeños negocios, ¿quien
garantizaría el flujo de insumos y materias primas que, constante y
crecientemente, se necesitaría?
Interrogaciones tan simples parecen ser respondidas con la práctica
ejercida desde hace mucho tiempo por la comunidad cubana en el exilio.
Pequeñas y grandes tiendas instaladas, sobre todo en Miami, anuncian
rebajas de artículos destinados al consumo dentro de Cuba, con lo que la
comunidad que viaja a la isla ayuda a los familiares y nacientes
negocios, a la vez que mejora las ventas en la ciudad surfloridana.
Nancy Ollarzabal, gerente de operaciones del almacén de productos Avon
en Miami dijo que gran parte de sus productos están destinados a Cuba.
El dueño de Ño qué Barato, Baby Caché y El Dolarazo, Serafín Blanco,
quien habló de un alza en las ventas luego de que el presidente Barack
Obama eliminara las restricciones de viajes y envíos de remesas a Cuba,
dijo que se espera que ese comercio tome más fuerza en la medida que los
cubanos se animen a abrir sus propios negocios.
Mientras Ollarzabal comentó sobre las ventas de champú, desodorantes,
talco; creyones labiales, polvos, lápiz para cejas y otros cosméticos,
Blanco habló de las ventas de ropa ligera, ropa interior, telas
anticépticas, imperdibles e hilos para bordar.
Luego veremos a dónde llega este incipiente intercambio comercial que
avanza cauteloso y sin tanta publicidad como el famoso intercambio
cultural que tantas polémicas ha creado.
http://www.martinoticias.com/noticias/Intercambio-comercial-118915819.html